Librería
Español

Hombre ingrato

93.0K · Completado
SHEYssLA
47
Capítulos
64
Leídos
8.0
Calificaciones

Sinopsis

El chico malo mas reconocido en su ciucdad. Su carácter es bien conocido ya que es un patán grosero a mas no poder. No le interesa el amor en lo absoluto, para él lo mejor es tener un encuentro casual con algún chico, tener sexo, y después irse cada quien por su lado.

Una noche de pasiónAventuraDramaCrushTraicónSEXOAcciónTerrorCelosoChico Malo

1

Cayetana Rodriguez es una mujer de 20 años, recién graduada de Arquitecto, lista para salir a su primera entrevista de trabajo, nerviosa, pero no lo demuestra, por su cabeza pasan un millón de cosas, todas malas, ¿qué pasará si digo algo mal? O si ¿no estoy lo suficientemente capacitada? ¿Y si me caigo? ¿ Y si me pongo más nerviosa de lo que estoy y no puedo hablar?.

- No Cayetana, cálmate, lo harás bien, eres una mujer fuerte e inteligente, así que deja las inseguridades para otro dia- se susurró a ella misma... Pero no lo suficientemente bajo.

- Te faltó la palabra: hermosa.

¡Otro más! ¿Pero qué le pasa a los hombres? ¿De verdad creen que a las mujeres nos gustan ese tipo de comentarios fuera de lugar? Aparte, de alguien que no conoces, ¿qué sabe el sí soy una psicópata asesina serial? No, claro que no piensa eso, el sólo piensa en tener sexo, como todos.

Decido voltearme y responder. Pero mi corazón se detiene, las palabras no me salen, es que, ¡por todos los santos misericordiosos! Pero ¿de dónde salió este hombre? ¿De una revista?

- Eh...- Cayetana por Dios tú no eres así, ¡despierta! es solo una persona... Muy bonita, pero una persona. Me enderezo, lo veo a los ojos y de la manera más educada le digo:

- Claro, es que eso estaba de más decirlo. Buenas tardes. - lo dejé ahí parado y seguí mi camino, con eso aprenderá a pensarlo dos veces antes de meterse en lo que no le importa.

-Buenas tardes señorita, vengo para la entrevista para el puesto de Arquitecto.

- Buenas tardes, espere por ahí, en un segundo la llamo.- me dijo la mujer con una sonrisa hipócrita, protocolo.

- Muchas gracias.- le dije sonriendo igual de hipócrita.

No pasaron más de 5 minutos cuando me llamaron, al parecer era la primera en llegar, porque donde estaba no había nadie esperando.

- Sígame - me dijo la rubia hipócrita; yo muy obediente la seguí. Pasamos por un pasillo algo oscuro, no se que les costaba colocar unas cuantas luces, llegamos a una puerta doble de madera, pero elegante, la mujer la abrió y me indicó que esperara afuera, obedecí, en un momento salió y me dijo que entrara.

- El señor Mohamed está listo para atenderla.- con su sonrisa hipócrita, se retiró. Tomé una bocanada de aire y exhalé, aquí voy.

Con mi mejor sonrisa entro y veo una oficina espectacular, tenía un aspecto rústico pero a la vez limpio y minimalista, me encantaba, era justo el tipo de decoración que me gustaba, era como si lo hubieran hecho para mi. Una voz me interrumpió los pensamientos.

- Se supone que el que debería estar impresionado soy yo, con tu currículum.

No tuve que verlo para saber de quien se trataba, en ese momento mi corazón se detuvo—de nuevo— lo primero que pensé fue: ya se que no conseguiré el trabajo, hace menos de 5 minutos le contesté a este hombre de una manera mal educada. Que estúpida. Volteé para enfrentarlo.

- Disculpe es que me distraje con la decoración, siempre me ha gustado este estilo.- digo, tratando de obviar los hechos que pasaron hace minutos.

- Está bien, supongo que es algo de arquitectos.- me dice con una expresión divertida en su cara. Su hermosa cara, con esos ojos color ámbar, su tez blanca y a la vista se ve suave, cabello negro, labios grandes y rosados, ¡oh Dios mío! le estoy viendo los labios, ¡deja de mirarlo Cayetana!

- ¿Me permite su currículum por favor?.- Me dice disimulando la risa, claro que se dio cuenta que lo andaba viendo, ¡ pero que pena!

- Claro.- no se que me pasa, no me salen las palabras.

- Muy bien, impresionante.- me dice mientras hojea la carpeta.

- Muchas gracias.- digo limpiando mis manos sudorosas disimuladamente.

- Señorita Rodriguez, veo que sabe usted muchos idiomas, Il est si jeune, vous aimez langues? ( es muy joven, le gustan mucho los idiomas?)

Lo que me faltaba, que este señor me venga a hablar en francés, como para que mi corazón se detenga por tercera vez en el día.

- Oui M.Mohamed, dépuis que je suis enfant j'adore les langues, l'anglais, je l'ai appris lorsque j'avais 12 ans, j' ai su que je devais continuer à apprendre des nouvelles langues, je ne pouvais oas m'arreter ( si señor Mohamed, desde que soy una niña, aprendí inglés a los 12 años, y a partir de ahí supe que tenía que seguir aprendiendo y no pude parar) - se me escapo una sonrisa, era inevitable, cada vez que hablaba un idioma diferente me emocionaba.

- Muy bien Señorita Rodriguez, me alegra tener algo en común con usted, a mi también me gusta aprender nuevos idiomas, es muy importante si quiero hacer tratos internacionales, aunque usted me lleva mucha ventaja, puede que le pida que me acompañe en algunos viajes de trabajo y sea mi traductora, ¿estará de acuerdo?

- Si claro por supuesto.- respondí, emocionada con la idea de poder viajar a conocer otras culturas.

- ¿Está segura? ¿No tendrá algún problema su novio, esposo? ¿Algún hijo?

- No creo que eso sea un problema porque no tengo ninguno de esos. - Solté una risita, sosteniendo la mirada con el Sr. Mohamed, esa hermosa mirada, parecía satisfecho con mi respuesta, o sólo eran imaginaciones mías, no lo sé, ¡pero tengo que dejar de verlo ya!

- Muy bien Señorita Rodriguez, creo que es suficiente, la llamaremos en estos días para informarle si está contratada. Un placer conocerla.- estrechó su mano hacia mi.

- El placer fue mío Sr Mohamed.- le di mi mano, sintiendo mil mariposas en mi estómago por el contacto.

Tomé mis cosas y me di la vuelta para retirarme cuando su voz me detuvo.

- Lo que dije esta mañana fue en serio, discúlpeme si la ofendí de alguna manera, no fue mi intención.

Me quedé paralizada muriendo de la vergüenza, debe pensar que soy una engreída y mal educada por cómo le respondí, a lo mejor es una prueba, ¿Dios que hago?.

- No se preocupe, es que no soporto a la gente que se mete en lo que no le importa.- ¡SHIT! ¿WTF? ¿Qué acabo de decir? ¿Le acabo de decir metido a mi futuro jefe? Bueno mejor me voy olvidando de este trabajo. ¡Los odio nervios!

- No es que usted se haya metido, discúlpeme a veces no mido mis palabras, permiso. - ¿Se estaba riendo? No lo sé pero salí casi corriendo de ahí.

Ya ha pasado una semana desde mi entrevista. No he recibido ninguna llamada, estoy segura de no haber conseguido el trabajo, es decir, ¡le dije metido al jefe! ¡que vergüenza!. Tengo que aprender a controlar mis nervios, he investigado en Internet miles de veces pero ya no se que más intentar.

Ahora estoy en mi café preferido, se llama Breakffee, si, no es el mejor nombre del mundo, pero sirven los mejores desayunos y los mejores cafés que he probado. Estoy sentada comiendo mis tostadas francesas cuando escucho mi ringtone de counting stars de One Republic.

- Buenos días.- respondo tomando un sorbo de café.

- Buenos días Señorita Rodriguez.- abrí los ojos de par en par y me ahogue con el café.

- ¿Está bien? ¿Interrumpo su desayuno?

- No para nada, Sr Mohamed.

- Ok, la llamaba para decirle que ha sido contratada, quería decírselo yo mismo, espero que no le moleste que haya tomado su número de teléfono.

- No, ¡para nada! No se preocupe, muchas gracias por darme esta oportunidad, le aseguro que no se arrepentirán.- la sonrisa no me cabía en la cara, ¡gracias Dios! Eres grande.

- Estoy seguro que no, la espero el lunes, que tenga un feliz día y buen provecho.- colgó.

Casi pego un grito pero recordé que estaba en un lugar público, de repente se me quitó hasta el hambre, pero volví a ver mis tostadas y mi apetito volvió. ¡Estaba tan feliz!

Llegó el domingo en la noche y la emoción no me dejaba dormir, por más que intentaba cerrar los ojos no lograba dormir, recordé que tenía todavía algunas pastillas de dormir que mi mamá toma, fui y me tomé la pequeña píldora rosa. El sueño fue instantáneo. Despierto y lo primero que veo son los rayos de sol que se filtran por mi ventana, me desperezo y volteo a ver el reloj, 6:30, NO. PUEDE. SER. ¡Me quedé dormida! ¡Pero no puede ser! ¡La alarma estaba puesta! ¡Tuvo que haber sonado! Perfecto, lo primero que dije fue que no se arrepentirán y me aparezco el primer día de trabajo tarde. Dejo de pensar y salgo corriendo a la ducha mientras me cepillo los dientes al mismo tiempo y pienso en lo que me pondré.

La rubia está tomando una llamada, me mira con cara de pocos amigos y vuelve a su trabajo. ¿Más o menos a ésta qué le pasa?

- Buenos días, es mi primer día de trabajo con el Sr. Mohamed.- le digo con mi mejor sonrisa, no es buena idea empezar el trabajo haciendo enemigos. Bueno, tampoco llegando tarde...