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Capítulo 12: Ejecutar los derechos del esposo

El tiempo pareció detenerse por un momento.

Frida cayó sobre las piernas de Simón, y se quedó tiesa.

¿Qué estaba haciendo?

El olor del hombre invadió todos sus sentidos.

-¡Suéltame!- Frida reaccionó, y empujó contra el pecho de Simón, tratando de alejarse.

Simón agarró sus muñecas y dijo fríamente, -Tu ex marido, ¿no te dijo cómo desabrocharlo? ¿O estás fingiendo conmigo para que te enseñe?-

-¿Qué?-

-Entonces, como desees.-

Simón empujó su mano y presionó el cinturón.

El cinturón se desabrochó…

Frida no pudo reaccionar y sus pupilas se dilataron.

El cinturón se tiró a un lado, y el ruido despertó a Frida a.

Pero como Frida aún estaba en estado de shock, su cuerpo tampoco reaccionó.

-¿Ahora ya lo sabes?- preguntó Simón con voz ronca.

Frida estaba sentada en su regazo y miró a Simón de cerca.

Debía admitir que Simón era un hombre muy guapo.

Solo con esta cara podía enamorar a muchas mujeres de la Ciudad Norte.

Sin embargo, Frida no olvidó su humillación.

Al verle acercarse gradualmente, Frida giró su cabeza de forma refleja.

La mirada de Simón se volvió agresiva y pellizcó su barbilla, -¿De qué te escondes? ¿Estás haciéndote la difícil? ¿Acaso crees que me interesará una mujer de segunda mano como tú?-

-¡No!- no escucharle, -Si no te interesan las mujeres como yo, suéltame.-

-¿Qué? No tiene nada ver con que te suelte mi interés por ti.-

Al oír esto, Frida le miró asombrada, -Tú…-

Simón le besó en los labios.

Frida se quedó en blanco varios segundos antes de reaccionar y empujó contra el pecho de Simón.

Simón quería humillarla y ver cómo besaba una mujer de segunda mano. No esperaba esta reacción.

¡Joder!

Ella no sabía besarse en absoluto.

-¿Tan estúpida eres?- Simón dijo furioso.

Frida estaba aturdida.

Nunca había experimentado esto aparte de aquel hombre de hacía un mes.

Simón entrecerró sus ojos y miró a sus ojos.

Esta mujer normalmente tenía una mirada tranquila y serena, haciendo que no tenga ningún interés en ella. Pero, ahora, al ver su mirada, le atrajo mágicamente.

¿Por qué se divorció esta mujer?

¿Será que…?

Simón entrecerró sus ojos, le cogió de la barbilla y se acercó. Preguntó con voz ronca, -¿Nunca te has besado? ¿Ni siquiera sabes respirar?-

Al escuchar eso, Frida por fin reaccionó y su mirada se volvió gradualmente más sobria.

Sin embargo, el hombre la besó de nuevo.

Simón tampoco sabía lo que le pasaba, solo quería conservar la mirada de Frida de ese momento, así que…la besó directamente.

Sin saber cuándo tiempo había pasado, Frida volvió en sí de repente, gritó y le empujó con fuerza.

Apartó a Simón y se cayó al suelo.

Antes, Simón no la agarró muy fuerte.

Frida se cayó al suelo, aturdida. Se tocó sus labios hinchados y le miró resentida, -¿Qué haces!-

Después de ser empujado, Simón estaba un poco consternado, pero pronto volvió a la indiferencia.

-Ejecuto los derechos de un esposo, ¿Qué pasa? ¿La señora Frida no estás acostumbrada?-

Tenía una sonrisa burlona, estaba claro que le estaba humillando a propósito.

Frida dijo enfadada, -¿No decías que no te gustaba? ¿Por qué me besas?-

En su conciencia, los besos eran cosas de parejas, y la mirada de Simón hacia ella, era obviamente de asco. ¿Cómo podía besarla?

-Señora Frida, ¿Acaso no te lo dije antes? El interés no tiene nada ver con la humillación-

Frida se sorprendió.

No esperaba que fuera tan malo, Frida estaba furiosa y quería salir de allí.

-Señora Frida, aún no me has ayudado a desvestirme.-

-O, ¿ya no quería ser mi esposa?-

¡La estaba amenazando!

Frida apretó su puño, estaba muy furiosa.

Pero, tenía que aguantarlo.

Era solamente quitarle la ropa.

Frida volvió a acercarse a Simón, Simón se dio cuenta de que la mirada de Frida había vuelto a la tranquilidad.

¡Vaya disgusto!

Quería quedarse en la familia Frexita, pero no sabía seducir a los hombres.

Frida se inclinó para desvestirle, pero debido a la postura incorrecta, no podía quitárselo, y dijo, -Ayúdame.-

Simón le dijo fríamente, -¿Acaso no sabes que soy un discapacitado? ¿Cómo te voy a ayudar?-

-…Si no te haces fuerza, no puedo hacerlo.-

-Bueno, parece que no sirves de nada.-

Al oír esto, Frida cambió su expresión y se calló.

Después de dos minutos…

Frida seguía sin poder hacerlo…

¿Qué podía hacer? Frida estaba a punto de llorar, tenía los ojos sonrojos.

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