1 - 2
—¿y si es todo lo contrario?
—lo contrario ¿de que?
—me refiero a que quizá la policía está involucrada en esto, ambos sabemos que tú no te suicidaste Max, ¿por qué ellos darían la versión que te suicidaste cuando no es así? ¿No será que hay alguien más queriendo saber qué pasó contigo?
—suena algo lógico, pero es muy peligroso, Nish, quien haya sido, sea el asesino u otra persona no me imagino hasta donde llegarían sus límites. A veces me enojo conmigo mismo que no puedo recordar nada, quizá ya hubiéramos atrapado a esa persona.
—no te culpes, ya habrá momento en el que recuerdes todo.
•
Llegué al aula de clases, estaban todos murmurando, lo más probable era lo que habían transmitido los noticieros. Max se sentó en el escritorio del profesor subiendo los pies encima de la mesa.
—Hoy seré tu profesor, Nish, ¿no te gustaría tener un apuesto profesor? —presumía Max.
Sonreí, Max y sus ocurrencias... siempre tenía lo egocéntrico, pero acepto que me divertía.
Llegó el profesor.
—Buenos días, jóvenes, necesito que por favor hagan silecio. Busquen sus asientos. El día de hoy tendremos visita de los oficiales, así que no tendremos clases, pero necesito que se mantengan en él aula mientras ellos vienen.
No habían llegado y yo ya estaba nerviosa, no soy buena mintiendo y menos a un oficial, ellos son expertos y van a notar que estoy mintiendo.
Dos oficiales entraron al aula.
—Hola, chicos, la visita de hoy no es nada fuera de lo común, haremos interrogatorios uno a uno solo para esclarecer ciertas cosas referente a lo sucedido con su compañero Max Stuart, así que pueden salir e iremos llamando según la lista.
Al menos yo era de las últimas en esa lista.!Salí del aula con Max, necesitaba relajarme, debía encontrar el lugar donde pudiera hacerlo.
AsEstás en problema, Nisha Sullivan, hasta yo puedo percibir tu nerviosismo, deberías de estar tranquila, tú no tienes nada que ver con eso. Míralo desde ese punto de vista —sugería Max, quizá estaba haciendo un esfuerzo para tranquilizarme.
Caminaba directo hacia la biblioteca, era el único lugar en donde sabía que tendría paz, ahí me gustaba leer y escribir mis libros.
—¿Dónde vamos? —preguntó Max.
—A la biblioteca, no creo que te guste estar ahí. No es tu estilo supongo
Loren se acercaba, pero como teníamos que seguir el plan de Davis ni nos alzamos a ver.
Entramos a la biblioteca, estaba vacía. Perfecto para mi, me gustaba estar sola y sería el momento justo para escribir un poco. Me senté en una mesa que estaba cerca de una ventana, necesitaba un poco de aire, Max se sentó a mi lado.
—No, Max, necesito privacidad, no puedo escribir cerca de ti ¿si comprendes?
—que extraña que eres, pero bueno... estaré por acá cerca, suerte con tus cosas.
Saqué mi libreta de apuntes y empecé a escribir, ciertamente escribir me servía para tranquilizar mis nervios, mis ataques de ansiedad, era la manera perfecta para desahogarme.
Pasaron los minutos y yo seguía escribiendo cuando una mano cruzó mi vista poniendo un libro encima de la mesa. Miré el libro y fui elevando mi vista sobre el brazo de la persona. Se trataba de Oliver Lyne, era un chico conocido desde años atrás.
—Te recomiendo este libro, Nish —sonrió.
—Te lo agradezco, Oliver, por cierto. ¿Qué haces acá?
—Bueno, desde hace un tiempo he estado colaborando con las personas de la biblioteca, además me gusta la lectura es por eso que te recomendé este libro.
—Entiendo, es bueno saber que no todos los hombres son iguales, al menos hay uno que sí comparte lo mismo que yo. Con razón te había visto acá en muchas ocasiones e incluso platicamos algunas veces, pero pensé que hacías tus trabajos de clase.
—Así es y ¿cómo estás, Nish?
—Bien, estoy muy bien. Solo trataba de escribir un poco mi nuevo libro.
—¡Wow! ¿Podrías regalarme una copia cuando lo termines?
—si, no te preocupes, serás el primero en tener una copia.
—seré tu fan desde ya, no me culpes, pero me emociono con estas cosas
—oye, tranquilo, sé cómo se siente, lo mismo me pasa a mi cuando leo un libro interesante y por supuesto que leeré tu libro
Max se aproximaba, lo miré de reojo. Oliver se volteó a la dirección de Max.
—¿Pasa algo, Nish? —pregunta Oliver.
—No, todo bien—regresé mi mirada hacia el.
—Vaya, vaya, señorita Sullivan, me voy un rato y ya está alguien detrás de ti, sí que eres atractiva para estos estupidos nerds, primero Dalton y ahora Oliver. Este típo es una especie de nerd camuflado, el hecho que perteneciera a mi equipo no lo hacía de los míos, por eso siempre como capitán lo quise en la banca, era un inservible, mediocre y ahora por lo que veo te enamora con tus cosas de libros. Que patético es. Guarda tus cosas que nos vamos Nish, ya pronto te tocará a ti dar tu versión y espero que ya hayas calmado tus nervios.
—¿Son ideas mías o estás un poco nerviosa Nish? —Oliver fruncía el ceño.
No entiendo cómo Max cambio su personalidad en un segundo al verme con Oliver, él solo me estaba hablando cosas de libros.
—Para nada, Oliver, solo que últimamente no he podido estudiar lo suficiente para mis exámenes y eso me pone un poco mal, pero creo que te dejaré. Quizá en otro momento continuemos las plática.
—Adiós...
•
—¿Qué te pasa Max? No me gusta que me trates así, yo solo estaba hablando con Oliver, algo normal.
—¿Que no te das cuenta como te queda viendo, Nish? Se nota que le gustas.
—¿Y qué con eso? Independientemente no te da el derecho de hablar así y menos tratar a las personas de esa forma. Algo que he notado es que cuando estoy con alguien conocido y es hombre tú te pones así Max, no lo entiendo.
—Solo trato de protegerte de todos esos degenerados, tú porque eres mujer no lo notas, pero yo si.
—Además, Oliver no es así, él solo trabaja en la biblioteca en sus tiempos libres, solo quiso saber acerca del libro que quiero publicar.
—Igual sigue siendo un estupido, Nisha.
Negué con mi cabeza.
—¿Sabes? Acá dejemos esta platica, no tengo cabeza para pensar en otra cosas que no sea el interrogatorio y al parecer no estás colaborando conmigo.
—No te preocupes, Nish, yo estaré contigo y te ayudaré — Max tomaba mis manos y me miraba a los ojos.
Era nuevamente el Max que estoy acostumbrado a ver, me daba seguridad, me protegía y estando él sabría qué responder.
Así nos dirigimos al aula, juntos y llenos de valor...
