Capitulo 4 : Pagando Los Errores
Patrick extraña cada vez más a Sofía. Ha tratado de localizarla, pero ha perdido completamente el rastro. Ahora está pagando su error, porque no solo lo lastima la ausencia de Sofía, sino que además Amanda le ha declarado la guerra. Ella no es la mujer dulce que él tenía en mente. Amanda había sacado a la luz su verdadera personalidad. Tal vez eso era lo que se merecía Patrick por haberle causado ese gran dolor a Sofía.
Una tarde, Amanda llega furiosa a la oficina de Patrick y sin ningún reparo le dice: "¿Me puedes decir por qué mis tarjetas están bloqueadas?" Patrick se queda mirándola sorprendido por la descarada pregunta y le contesta enojado: "¿Es en serio? ¿Todavía me preguntas por qué te bloqueé las tarjetas? No vas a seguir gastando mi dinero, Amanda, así que si quieres seguir gastando en ropa y joyas, ¡ve y trabaja!".
"Eso no es todo, Patrick. Si quieres el divorcio, tienes que darme la mitad de todo lo que tienes. ¿Eres abogado y no sabes eso? Cuando uno se casa por bienes mancomunados, la mitad es del otro cuando hay divorcio. Así que lo sabes", le dice ella con una sonrisa de cinismo mientras se soba los labios con sus dedos.
"No sabes cómo me arrepiento de haber dejado a mi esposa por ti", dice Patrick con un tono de lamento mientras mira a Amanda con enojo.
"No, no es mi culpa. Cuando te busqué, me dijiste que jamás me habías olvidado, que querías a tu esposa pero que aún me deseabas, y yo tenía que aprovechar eso. Yo no te obligué, Patrick. Fue tu decisión dejar a tu Sofía por mí", dice ella y lanzando un beso se va.
Patrick lleva sus manos a la cabeza y lamenta tanto su equivocación. Desea recuperar a Sofía, pero ni siquiera sabe dónde está. Mientras tanto, en Madrid, Sofía se prepara para otro viaje. Esta vez irá a Alemania y tiene que estar muy puntual en el aeropuerto. Mientras empaca su maleta, tocan la puerta. Ella cierra rápidamente el cierre de la maleta y se dirige a abrir la puerta.
Cuando abre un gigantesco ramo de rosas, ella se asoma. Ella se sorprende al verlo, pero al darse cuenta de quién lo trae, sonríe.
- ¡Hola! Un pajarito me dijo que hoy partes nuevamente, así que vine a traerte estas rosas para animarte un poco - dice sonriendo Marcos mientras hace una reverencia frente a Sofía.
- Ese pajarito es un chismoso. Hola Marcos, entra - dice Sofía sonriendo mientras recibe las flores.
- ¿Dónde es el viaje esta vez? - pregunta Marcos mientras observa el apartamento.
- ¡Alemania! Esta vez es Alemania - dice Sofía mientras saca un florero para las rosas.
- ¡Wow! Sabes, yo soy un poco tímido para las alturas, así que eso de piloto no es lo mío. Déjame con mi cocina, ¡ser chef me encanta! - dice Marcos sonriendo.
- Sí, esa noche me dijiste que era tu pasión. Eres mitad español y mitad italiano, eso lo explica todo - dice Sofía un poco tímida.
La presencia de Marcos pone un poco nerviosa a Sofía. Él es un hombre muy apuesto, sus ojos cafés, cabello castaño y sus 180 de estatura pueden ser intimidantes. Además, es muy carismático y alegre.
Ambos se quedan mirándose por un momento, y Sofía para romper el silencio dice:
- Ya me tengo que ir, debo llegar puntual al aeropuerto.
- ¡Sí, claro! De hecho, me ofrezco a acompañarte, ¿si se puede? - dice Marcos.
- Sí, se puede. Espérame un momento y saco mi maleta.
- No, yo la saco. ¿Qué caballero dejaría que una bella mujer cargue su maleta? - pregunta él sonriendo.
Sofía sonríe, le parece muy graciosa la forma de ser de Marcos. Él la acompaña al aeropuerto y ella le dice adiós con una sonrisa.
Marcos se da cuenta de que no solo le gusta Sofía, sino que está enamorado de ella, y toma la decisión de declararse cuando ella regrese a Madrid.
Mientras tanto, en Estados Unidos, Patrick desesperado por saber de Sofía, contrata a un investigador para que lo ayude a encontrarla. Pero no solo eso, también para que investigue el pasado de Amanda y saber por qué se fue cuando se iba a casar con él la primera vez. Tenía que lograr divorciarse de ella para estar libre y poder reconquistar a Sofía.
Patrick estaba decidido a lograr que Sofía se enamorara de él nuevamente y volviera a su lado. Pero Patrick no se imaginaba que el corazón de Sofía latía cada vez menos por él y más por Marcos, ese hombre que llegó de la nada y estaba decidido a quedarse en la vida de Sofía para siempre.
Pasaron dos días y Sofía regresó a Madrid, pero no por mucho tiempo. Tenía que salir al día siguiente para Indonesia, así que solo estaría unas horas en la ciudad. Pero ese tiempo era suficiente para Marcos, quien tenía todo listo para declararle su amor a Sofía.
Así que, preparándole una cena romántica en la azotea de su restaurante, Marcos, nervioso pero decidido, estaba listo para abrir su corazón.
"¡Wow! Qué lindo", dijo Sofía al subir a la azotea y ver cómo Marcos adornó todo con flores y una linda mesa decorada para la cena.
"¿Te gusta?", preguntó él nervioso.
"Por supuesto, está todo muy lindo. ¿Pero a qué se debe esta cena?", preguntó ella intrigada.
"Bueno... Yo quería recibirte de esta manera para que sepas que en Madrid siempre te extrañamos mucho", dijo él con una sonrisa nerviosa.
Sofía lo miró extrañada y, sentándose, le preguntó:
"¿Así haces siempre con todos tus amigos? Porque Lucía nunca me ha dicho que la has recibido con una cena en la azotea de tu restaurante".
"Bueno... Es que Lucía es mi amiga y la quiero mucho, pero tú eres especial, es por eso", dijo él con la voz entrecortada por los nervios que tenía.
Después de cenar, Sofía le agradeció la deliciosa cena y él, respirando profundo, se llenó de valentía para la parte más importante de la noche. Levantándose de la silla, se inclinó frente a Sofía y le preguntó con voz temblorosa:
"¿Te gustaría ser mi novia?"
Ella lo miró y no supo qué responder. Su corazón aún estaba dolido y no estaba segura de lo que sentía por Marcos, así que prefirió ser sincera y, contándole su pasado, le pidió tiempo.
Marcos se quedó triste. Pensó que esa noche Sofía aceptaría tener una relación con él, pero al mismo tiempo le agradeció su sinceridad. Lejos de desanimarlo, Marcos sintió que Sofía definitivamente era la mujer que él quería a su lado.
