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Escondida(Saga: Contigo)

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letmebetheonlyof
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Sinopsis

Libro I - Escondida(Saga: Contigo) Libro II - Aprendrí a ser feliz (Saga: Contigo) Libro III - Amor en señas (Saga: Contigo) Libro IV - Me enamoré(Saga: Contigo) Libro V -Quédate(Saga: Contigo) Mi nombre es Ariel Panos y tengo veintidós años. Vivo en Brisbane, Australia y he estado en coma durante nueve meses después de un accidente. Me he recuperado bastante bien, mi cerebro no tiene defectos; Puedo hacer todo lo que necesito, no estoy paralizado y no he informado de ningún déficit cerebral que me impida vivir una vida muy normal. Al parecer, es como si prácticamente no me hubiera pasado nada. Solo hay un problema muy pequeño: no recuerdo absolutamente nada de mis veintidós años de vida antes del coma.

DulceUna noche de pasiónHistoria PicanteAmistadComediaSociedadSegunda Chance 18+

1

-¿Estás seguro?- Pregunté a mis amigos, mirando la multitud de gente que se agolpaba alrededor del quiosco y dentro de él, donde la música sonaba muy fuerte. -Eres muy muy seguro?-

Junio.

Playa Pipeline, Oahu.

Hawai.

Mis amigos habían planeado este viaje para mí y, como resultado, literalmente me sacaron a la fuerza de mi casa y me subieron a un avión.

-Hawaii, hombre. Eso es todo lo que necesitas-. dijo Calvin, un amigo de la infancia. -¡Aloha!-

Seguía afirmando que estas vacaciones eran más para ellos que para mí, por su 'ser salvaje', pero eso obviamente era otro asunto.

Según ellos, más bien debería divertirme un poco, desconectar la mente y disfrutar, sin perder ninguna de las oportunidades que la vida me ofrecía.

Y, nuevamente según ellos, quedarse en casa todo el día viendo películas en Netflix con una bolsa de papas fritas en las piernas no estaba en absoluto en la lista de cosas que debería haber hecho en la flor de su juventud.

-¡Oh Dios!- dijo Oli, mi mejor amigo, dándome una mirada exasperada. -¿Qué sucede contigo? ¡Siempre has sido de los primeros en querer unirse a la refriega para hacer ruido!-

-No lo sé.- suspiré, pasando una mano por mi cabello, peinándolo hacia atrás. -Para mí es mejor ir a un club que a una fogata en la playa.-

-Louis.- Luke, moreno, de ojos oscuros y con un mechón bien colocado en la parte de arriba, puso sus manos sobre mis hombros y me miró directo a los ojos. -Mira amigo, no te preocupes. Estamos aquí para protegerlos, ¿no es así, chicos?-

Se volvió hacia los dos vagabundos pidiendo confirmación, pero cuando vi que fruncía el ceño, me incliné sobre su cuerpo para verlo mejor.

Oli acababa de enrollar uno de los papeles que se usan para hacer cigarrillos y estaba escupiendo pedazos de papel a Calvin, quien se puso a cubierto y luego agarró las mismas bolas y se las arrojó.

-Oh bueno, de todos modos.- Dijo Luke en este punto, sacudiendo la cabeza antes de mirarme y darme una sonrisa que debería haberme tranquilizado. -Estoy aquí, estás en buenas manos. En cuanto una niña pequeña se abalanza sobre ti y entiendo que no quieres, bum, vete.-

-Pero no es eso.- dije sacudiendo la cabeza. -No sé, hoy no tengo ganas de perder el tiempo.-

-Lo hablaremos en unas copas de ron.- se rió, dándome una palmadita en el hombro.

Cuando una bola de papel lo golpeó en la nuca, Luke se giró lentamente; Oli y Calvin se miraron, luego ambos soltaron sus subespecies de hondas y comenzaron a correr hacia la playa.

-¡Vamos, Louis!-, gritó Calvin cuando estaba a mitad de camino, girándose hacia mí y continuando corriendo hacia atrás. -¡Nos divertimos! ¡Hay surfistas!-

Vi que Oli se interpuso en su camino y Calvin tropezó con sus pies, chocando contra él, y ambos volaron al suelo, rodando dos veces en la arena antes de detenerse.

-¡Cabrón!- escuché gritar.

Reí y agité mi cabeza; Revisé mi celular por última vez, respiré hondo y lo puse de nuevo en mi bolsillo, caminando lentamente hacia el quiosco.

Entro allí sólo para conseguir algo de beber; el calor era agobiante y realmente había demasiada gente para respirar oxígeno puro.

Sin embargo, la fila en el bar era interminable; Vi a Oli perseguir a una chica y frotarse el uno al otro bruscamente como solo él sabía hacerlo.

Me eché a reír cuando este último se dio la vuelta y le dio una bofetada en la cara, pero inmediatamente después su amiga se le acercó, le puso una mano en la mejilla y un segundo después ella le tenía la lengua en la boca.

Luke abrió los brazos y puso los ojos en blanco mientras le murmuraba algo a Calvin mientras señalaba su reloj.

Apuesto a que estaba diciendo: -No hemos estado en este lugar en cinco minutos y ya se está besando con la mayoría de las personas que tienen vaginas-.

Siempre decía eso, y la expresión de aburrimiento de Calvin estaba confirmando que era lo mismo que estaba repitiendo esta vez también.

Contuve una carcajada y volví la mirada a la fila interminable de la barra, desconsolada.

Miré un poco alrededor y vi una mesa en un rincón llena de botellas de cerveza que un asistente estaba descorchando una tras otra.

Odiaba la cerveza, pero era mejor que nada.

Agarré uno y bajé los escalones, comenzando a pasear por la playa, cada vez más lejos del alma de la fiesta.

El océano estaba oscuro y furioso, pero esto era Hawái: nadie había visto aguas tan tranquilas como la muerte.

Seguí el camino de la playa que en un punto se curvaba hacia afuera y conducía a una roca de forma extraña.

Más que una roca, parecía una enorme piedra colocada en el centro de la playa, que llegaba hasta la orilla.

Me acerqué curioso hasta que me di cuenta de que se trataba de una cueva real, que desde el interior de la roca conducía directamente al mar.

-Yo no entraría.- Salté llevándome una mano al corazón cuando escuché una voz hablar.

Me giré hacia él; una niña estaba sentada en una roca a mi derecha, no a poca distancia de mí.

¡¿Cómo no lo había visto?!

-Se llena de rizos a medida que te acercas al agua.- me explicó, antes de acercar la botella de cerveza a sus labios.

-Oh.- dije sin saber que decir. -Gracias.-

-No te preocupes.- respondió ella encogiéndose de hombros, sin dejar de mirar el océano frente a ella. -Experiencia personal. Es realmente doloroso pisar un erizo, ¡no se lo deseo ni a mi peor enemigo!-

Reí y también miré la extensión de agua, bebiendo un poco de mi cerveza.

-¿Por qué estás aquí?- me preguntó después de unos segundos, cuando notó que estaba parado detrás de ella. -La fiesta está del otro lado.-

-Lo sé.- dije. -Es por eso que estoy aquí.-

Se giró para mirarme y me dio una sonrisa astuta, luego se encogió de hombros.

-Entonces siéntate.- dijo con un suspiro, señalando la roca a su derecha. -También hay sitio para ti, en el mundo de los -deprimidos en una fiesta-.-

La miré por unos segundos más, indeciso si seguir su consejo o rechazar la invitación y marcharme.

No tenía ganas de entablar una conversación, especialmente con un extraño, así que quizás era mejor no dejar que ella iniciara una conversación.

-No, tal vez... es mejor si doy un paseo.- Dije entonces, señalando con un movimiento de cabeza la playa que aún se extendía por kilómetros.

-Como quieras.- respondió ella sin siquiera mirarme. -Pero entonces aléjate, porque me estás poniendo ansioso a mis espaldas.-

Resoplé una carcajada y negué con la cabeza, antes de escucharla y dar unos pasos para alejarme.

-¿Por qué estás aquí en su lugar?- Me encontré volteando la pregunta hacia ella de repente. -Dijiste que la fiesta está del otro lado.-

-¿Aún no te has ido?- observó enfadada, girándose completamente hacia mí. -¿Qué eres, un maníaco? ¿Debería empezar a practicar mis lecciones de defensa personal?-

-¡¿Qué?!- dije confundida. -¡No!-

La expresión de su rostro frunció el ceño, luego sus ojos se movieron hacia su botella medio vacía y las otras dos a sus pies.

-Debo estar borracha.- dictaminó ella. -Probablemente eres solo un producto de mi imaginación y estoy hablando solo. Dios, yo también estoy loco ahora.-

No pude evitar estallar en carcajadas y me acerqué a ella, sentándome junto a su roca.

-No estás alucinando y no estás loca.- Traté de tranquilizarla.

-Oh, gracias.- dijo mirando al frente. -De todos modos, ni siquiera estoy completamente borracho, solo estoy un poco borracho. La cerveza ya no me afecta.

-¿Te gustan los espíritus?- le pregunté riendo.

-¡Puedes decirlo de nuevo!- confirmó.

-A quien le dices.- suspiré. -Estoy soñando con un cóctel potente. Ya sabes las de mil colores, diferentes tipos de alcohol mezclados que ni siquiera reconoces lo que hay dentro...-

-¿Y un poco de sirope de frutas para rematar?- continuó.

-¡Exactamente!- exclamé, dándome una palmada en el muslo.

-Me encanta.- dijo ella simplemente, sonriendo.

-Sí.- suspiré. -Había una cola interminable en el piano bar.-

-Es la primera vez que vienes aquí, ¿verdad?- me preguntó mirándome. -Previsible. La hoguera del 21 de junio en Pipeline Beach es uno de los eventos más esperados del año. Celebran el inicio de la temporada de verano.-

Me volví hacia la multitud que bailaba, algunos alrededor del fuego, algunos cerca del quiosco, algunos adentro, luego regresé a la chica.

-¿Y no te esperabas este evento?- le pregunté curiosa.

-Oh si, lo estaba esperando sin ninguna duda.- respondió ella. -Antes descubrí, unos días antes de salir, a mi novio desde hace dos años ahora en la cama con otra. Y antes de que preguntes, sí, acertaste, OTRO.-