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Arrugue la cara, frustrada. No quería bailar y que los hombres me miraran con esas miradas depravadas y morbosas, pero tenían un puesto, podía ganar ese dinero y no me podía dar el lujo de perderlo. Además, podía intentarlo.
—Digamos que si acepto —lo miré, bajando la voz—. ¿Puedo usar antifaz mientras bailo? —quise saber. No quería que nadie me conociera.
El chico lo pensó.
—Está bien —asintió—. Entonces ¿tenemos un trato? —extendió su mano.
Sonreí, estrechando mi mano con la de el.
—Tenemos un trato —confirme—. Mi nombre es Jade, por cierto. —quité mi mano.
—Mucho gusto, Jade. Hoy tendremos más trabajo de lo normal porque habrá una fiesta de máscaras, así qué hay mucho que hacer, los disfraces de las meseras están atrás, luego te los enseño.
Asentí.
—Mi nombre es Jack —añadió—. Y bienvenida a Wolf's Night Club.
—Gracias —ahora me giré a Clark, pero este ya no estaba. Me volví a girar a Jack—. Oye, ¿viste para donde se fue el chico que venía conmigo?
Miró detrás de mi, con algo de confusión.
—No venía ningún chico contigo, bueno, no que yo lo haya visto.
¿Como se fue tan rápido? Este chico sí que es extraño.
CONNOR.
La noche había llegado, había dormido casi todo el día, dado que la noche anterior había sido algo pesada para mi. Mi teléfono empezó a sonar, estire mi mano hacia la mesita de noche y contesté sin mirar quien era.
—Diga.
—Levanta ese culo y ven a la fiesta —la voz de Jack se escuchaba lejana, se podía escuchar música electrónica de fondo. Me frote los ojos, intentando recordar de qué fiesta hablaba, hasta que recordé: la fiesta de disfraces. Era hoy.
—Aún es temprano —dije con voz ronca.
—Son las ocho —renegó—. Tengo un par de chicas aquí, amigo, si no vienes tendré que tenerlas para mi solo —intento convencerme. No tenía ganas de una mujer hoy.
—Hoy no, Jack.
—Aunque sea ven a distraerte un rato, todos los del pueblo están aquí, ponte un lindo disfraz para que ocultes tu cara amargada y vente para acá. También están unas de la preparatoria, no están nada mal, he.
Resoplé, si le decía que no, Jack empezaría a decirme todas las cosas buenas por las que debería ir y no pararía.
—Está bien, Jack, llego en unos minutos.
Corte.
Dejé el celular a un lado de la cama y me senté, restregándome la cara. Cuando cerraba los ojos miraba su cara, su sonrisa. Me levanté de inmediato para olvidar eso, busque mi traje. Me vestí lo más rápido que pude, dejando el saco sin abotonar y la camisa blanca por fuera. Desordene mi cabello, echándome algo de loción. Por último puse mi antifaz en negro, era simple, solo cubría la parte de los ojos.
Guarde mi celular en mi bolsillo y me apresuré a salir del departamento. Los pasillos estaban solitarios como era la costumbre. Llegué al elevador, me adentré. Un mensaje llegó a mi celular. Era de Carolina.
Grosero ?
Arrugue la cara por eso, no entendiendo. Teclee una respuesta de inmediato:
Porque?? ?☹️
Quizás lo decía porque me había ido sin decir nada a nadie, porque desde hacía un mes que no contestaba llamadas ni mensajes. Solo quería estar solo un tiempo.
Su respuesta me llegó:
Todavía lo preguntas? Te has perdido y ya ni me llamas ?
Reí, las puertas del elevador se abrieron, salí de inmediato, tecleando una respuesta:
Me extrañas? Aww sabes que yo también ❤️
—¿Vas a la fiesta, Connor? —preguntó Carl.
—Si —respondí.
—Jade empezó a trabajar ahí —murmuró. Rodé los ojos ya que ahora no paraba de hablar de esa Jade; solo le hice una seña de adiós con la mano y salí del edificio.
Mi auto estaba estacionado afuera, era un Audi en negro. Mi celular sonó anunciando otro mensaje. Pero era de Kayler.
Era necesario ese corazón??
Reí algo fuerte, enserio que me hacían falta estos dos, si, quien iba a decir que Kayler también. Antes que solo me cagaba verle la cara, antes porque estaba celoso de que él estuviera con Carolina, pero ahora que había encontrado a... Teclee una respuesta:
Celoso, Brown?
Otro me llegó al mismo tiempo, era de Carolina:
Sabes que si, y no le hagas caso a Kayler, he? Sabes cómo es. Y te dejo porque si sigo no me dejará en paz con que borrará tu número de mi agenda ??♀️
Me adentré a mi auto, encendiéndolo.
Escribir:
Claro, te llamo mañana.
Metí mi celular a mi bolsillo delantero, arrancando el coche. El bar no estaba tan largo pero no quería caminar. Las calles de este pueblo el día eran solitarias pero en las noches no. Todos salían a partir de las siete de la noche a algún bar, a algún parque, a beber o a cenar algo con amigos. Y más ahora que sabían que habría fiesta, se llenaría. Y si es que no estaba lleno ya.
Al llegar estacione el auto en el parque acero que estaba reservado para mi, habían muchos autos más alrededor. La música se escuchaba desde aquí afuera. Habían personas haciendo fila para poder entrar mientas que él guarda de la entrada les pedía sus identificaciones y todo eso. Me adelante a la entrada, dado que no necesitaba hacer fila.
—Que hay, Rick —salude al guarda.
—Que hay, Connor —me devolvió el saludo, dejándome pasar.
Adentro estaba demasiado lleno, las luces de todos los colores me cegaban por una milésima de segundo. Habían personas bailando y otras en las mesas bebiendo y mirando a las dos chicas que estaban bailando en la tarima. Como pude me acerqué a la barra, Jack estaba sentado en ella bebiendo algo.
Me senté a su lado.
—Aquí estoy —le dije por encima de la música, miré al de la barra—. Dame un whisky —ordene.
El chico asintió.
—¡Por fin! Me estaba aburriendo aquí solo —renegó.
—Pero si está lleno y tal parece que la demás gente se está divirtiendo —le dije.
Hizo una mueca.
—Necesitamos más atracción, las personas quieren ver chicas nuevas en esa tarima, pero no hay —lo pensó—. Hoy entro a trabajar una chica de mesera, era perfecta para que también bailara pero esta difícil —explicó. Y me imagino que hablaba de Jade.
—Aquí tienes —el de la barra me puso el whisky. Me lo lleve a la boca, dando un trago de inmediato.
—Pues convéncela —lo anime—. Dile que le pagarás más o algo así.
—Quizás eso funcione —miró la multitud—. Te la enseñaré, estaba por ahí atendiendo mesas. —la buscó—. Mira, allá esta —señaló a una chica al fondo, estaba limpiando la mesa de algún borracho que derramó alguna bebida. Pude observar sólo su espalda, tenía el cabello largo y negro, era bajita y estaba bueno por así decirlo. La chica se giró, tomando su charola. Traía un antifaz que le cubría la mayoría de la cara así que no se la pude ver bien. —Viene para acá, así te la presento.
Di otro trago a mi whisky, negando con la cabeza, no quería conocer a mas gente. Tenía suficiente con lo que me hizo alguien una vez, solo necesitaba a una chica para pasar la noche y ya.
—Otro día, Jack —me puse en pie—. Iré al baño —anuncie, caminando entre la multitud. Recibía empujones y más empujones, hasta que choque con alguien, provocando que votara la charola y los vasos que venían en ella. Todos se hicieron añicos.
Era ella.
Era la famosa Jade.
