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Escapandome de la Muerte 1

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Aligam
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Sinopsis

Cuando Carla Scott cree que todo ha terminado para ella, conoce a un grupo de personas. Será recibida por un grupo de supervivientes... pero ¿podrá confiar en ellos? El apocalipsis ha cambiado la vida de todos... pero quizás alguien ya era un superviviente antes de que los muertos empezaran a caminar. ¿Qué pasará en los locos acontecimientos de su grupo?

AmistadProhibidoRománticorománticasCrushVenganza SecretosMisterioDramaSegunda Chance

Capítulo 1

-Sí,mamá.-

-Por supuesto mamá,me lavarélas manos al menos una vez esta noche.-

-Vale,séque se transmite a través de las personas.-

-No te preocupes mamá,son las tonterías habituales de la propaganda electoral.-

-Estábien,no lo juro.-

-Estábien mamá,hablaremos mañana por la mañana,por la noche y no te preocupes.-

Terminéla llamada y apoyéla cabeza contra el frío hierro del casillero,casi como si quisiera hundirme enél.El virus que ahora estaba causando sensación en todo el mundo también había llegado a Estados Unidos,y la gente se estaba volviendo realmente loca,en las noticias hablaban solo de las restricciones que implementarían y cómo se transmitía.Estaba tan cansado del mundo.

Un ruido sordo resonópor todo el vestuario,haciéndome girar hacia la entrada.

-¡Hola colega!-Dijo Kim sonriendo mientras entraba a la habitación.

-¿Cómo puedes estar de buen humor?-

Abrióel casillero guardando todas sus cosas dentro.

-Bueno...¡Creo que Mike quiere pedirme que me case conél!-La rubia se giróhacia míy abrímucho los ojos,poniendo una mano delante de mi boca para contener el grito de emoción.

-¡Dios mío!¡¿Estás bromeando,verdad?!-

Kim me mirósonriendo,la habitual sonrisa coqueta que tenía cada vez que mencionaba a Mike,su novio desde hace años.

-No,anoche encontréuna página en el ordenador que abrídesde internet,¡y era una tienda online de anillos de oro rosa!¡Eso fue realmente estúpido!-Mientras tanto me lanzaba a los brazos de mi amiga respirando su bálsamo de canela,que sinceramente era el fin del mundo.

-Sóloél podría hacer algo así,que idiota…pero me alegro mucho por ti,serás una hermosa señora Collins.-

Bromeéun poco con mi amigo,miúnico mejor amigo para siempre.Nos habíamos conocido en el trabajo,entreteniéndonos burlándonos de todos los borrachos que pasaban la noche.Era una chica simpática y llena de vida,de esas personas que te alegran el día.

Kim tenía muchas de esas cualidades.

La calva de nuestro director aparece por la puerta.-¡Date prisa,deberías haber empezado hace minutos!-Y luego salir de nuevo.

Puse los ojos en blanco y cerréla puerta del casillero.-Juro por Dios que un día de estos le romperéesa estúpida sonrisa que tiene.-

Kim se burló,también compartíamos un profundo odio hacia nuestro jefe Jack,un imbécil machista que solo pensaba en gastar su dinero en juegos de azar,pero al menos nos pagaba bien.

-¡Espera un año más y luego con todos los ahorros nos iremos a vivir a una isla remota del Caribe!-BromeóKim dándome un beso en la mejilla.

Salimos por la puerta del vestuario y entramos al bar,que ya estaba lleno de gente.Era más un pub nocturno que un bar,ya que sólo abría vida por la noche.Lo frecuentaban borrachos,hombres totalmente tatuados y a veces tipos raros en moto,pero al ser todos de la ciudad la gente era la misma.

-¡Por supuesto,con un coco en la mano debajo de unárbol tropical,ya puedo verme!-

dije fingiendo ser poético.

Me puse detrás del mostrador y bajo los sonidos de la banda habitual que tocaba todos los sábados por la noche,comencéa preparar bebidas para todos.Kim y yo nos movíamos al ritmo de la música,nos encantaba bailar y cantar juntos.

-¡Cómo me gustaría tomarme una botella de whisky también!-Dijo la rubia,pasándole otro vaso a un hombre que estaba en el mostrador,pero lamentablemente no pudimos consumir nada detrás del mostrador.

Nada desde que Jack había colocado cámaras apuntando directamente al mostrador...quéidiota tan chovinista.

-¡Hola Brad!-Saludéal hombretón de al menos metros de altura.

-¡Hola chicas!-Me diste el puño,era el más animado de allí,pero también el de alma más bondadosa de todos.-¿Lo de siempre?-Preguntélevantando la barbilla con altivez.

-¡Me conoces bien!¿Cómo estátu madre?-Sonrióbajo su enorme bigote.-Estábien,un poco paranoico con este nuevo virus.-

Paséla cerveza,no queriendo hablar demasiado de mi madre,Brad rápidamente la terminóen unos sorbos mientras lo miraba con los ojos muy abiertos.

-¡Ah!¡Estos son tiempos difíciles!Un amigo mío en Florida dijo que la gente estájodidamente loca.-

Ya había escuchado un par de historias en la televisión y a todos les dieron escalofríos.Se hablaba de este virus como de un tipo diferente a los que jamás se habían visto en la historia de los virus,ya que convertía a las personas en caníbales,pero las causas de una transmisión tan rápida aún eran un interrogante.

-No se preocupen,serála misma tontería de siempre,las elecciones están reñidas y esos pendejos necesitan más votos.-dije refiriéndose a todos los curiosos oyentes,miraba con odio las noticias en el pequeño televisor que mientras tanto daba lasúltimas novedades.

-No creo que esto pase fácilmente.Y cuando llegue aquíserámejor que estéen un lugar seguro.-Dijo un anciano sentado en una mesa debajo del escenario,en ese momento el tema había llamado la atención de todos.

-Con todo el dinero que le damos al Gobierno,¿de verdad crees que no encontrarán una vacuna?-PreguntóKim,casi tan escéptica como yo,pero con un poco más de ingenuidad.

-Eso espero...que Dios estécontigo.-El anciano terminóde hablar,bebiósu bebida y saliódel lugar con toda la tranquilidad del mundo.

Sus palabras me sorprendieron un poco.

El aire estaba sombrío,una parte de mídecía que no me preocupara,que tal vez solo sería la nueva varicela.Pero me invadióuna sensación de peligro.Era una sensación tan extraña...

-Vamos,¿juego de dardos?-preguntóBrad,aliviando la situación.

Realmente supo tentarme,miréa Kim quien me dio su consentimiento ya que la mayoría de los pedidos ya habían sido realizados.

-¡Entonces di que te gusta perder!-saltéhaciaél.

Todos los sábados por la noche me pedía que jugara un juego y cada vez le hacía comer mi polvo.Tenía un talento innato para todo lo que implicara"apuntar bien".

Toméuna de las flechas rojas,ni siquiera necesitaba concentrarme lo suficiente.

Centro.

Centro.

Centro.

Centro.

Mirévictoriosamente a Brad y a la gente que nos rodeaba.No hace falta decir que,incluso si lo intentócon todas sus fuerzas,el hombre a mi lado no consiguióni uno solo.

-¡Vamos,unúltimo juego y luego te dejaréen paz!-Resoplériéndome de las palabras de Brad.-Y eso estábien.-

Esta vez tuve los dardos azules,que para Brad fueron los más desafortunados.

Centro.

Centro.

Centro.

-Tienes que doblar la muñeca.-

Pero ni siquiera tiempo para darse cuenta de que el dardo había acabado en la pared,clavándose perfectamente en la rígida madera.Me volvíhacia la fuente de la voz,la persona que me había hecho perder un hermoso tiro.

-¿Disculpe?-

Estaba sentado en una de las sillas del mostrador,vestido con una camisa a cuadros sin mangas y unos vaqueros negros que abrazaban sus piernas.Lo miréa la cara mientras se levantaba para caminar hacia mí.

Tomóel dardo,retrocedióy apuntócon un golpe sordo justo al centro.

-Es sólo una propina.-Dijo y luego volvióa sentarse.

-Mi muñeca estaba perfectamente doblada.-

Respondíobviamente,cruzando los brazos bajo mis senos.

Quizás mi padre hubiera resucitado en ese momento,y me hubiera dado una de sus manos derechas...la muñeca no estaba muy recta,tenía razón.

Mi padre,el mismo con quien había pasado semanas enteras en el bosque sólo para aprender a disparar con arco o lanzar cuchillos de caza a losárboles.

Estaba obsesionado con la supervivencia.

El hombre sacudióla cabeza y sonrió.Quéjodidamente arrogante.

Levantódólares en el aire indicándome que le sirviera algo de beber,resoplé.Kim me mirópara asegurarse de que quería ir a servirle yél asintióde manera tranquilizadora.

Le servíal extraño una copa de Bourbon,levantéla vista y vi que sus ojos seguían fijos en mí.

No eran sólo ojos,sino que eran de un azul penetrante,una especie de azul que parecía tener el poder de leer tu alma.

Miréhacia abajo,avergonzada,por primera vez.

Entonces me arméde valor.Mi papel era solo el de la simpática camarera,tenía que recuperarme de esos ojos azules.

-¿Cómo te llamas,extraño?-Le entreguéel vaso que había pedido con un poco de lentitud.

-¿Quéte hace pensar que soy extranjero?-De un sorbo apurótodo el vaso,esto lo hizo mucho más atractivo.

-Ya sabes,extraño.-Dije inclinándome sobre el mostrador,tenía su atención.-Llevo un tiempo trabajando aquí,conozco a todos y todos me conocen.Atlanta no es tan grande como parece.-

Me encogíde hombros mientras limpiaba un vaso aún húmedo,me di vuelta después de pulirlo y luego lo coloquésobre el mostrador.

-Daryl.-Me di vuelta de repente,me sorprendí.

Le sonreíal extraño.

-Daryl...es un nombre extraño,pero quién puede culparte,te reirías al escuchar el mío.-Sonreí,dándome la vuelta.

-No lo haré.-Dijo Daryl de inmediato,y penséque era un lindo gesto.

-Estábien extraño...mi nombre es--

-¡Amargo!¡Ven y canta!-

gritóJames al micrófono desde el escenario.-¡Amargo!¡Amargo!-Se levantóun coro dentro del club y yo sonreí.

Me inclinécerca del oído de Daryl.

-Carla,desconocida.-Subióal escenario aplaudida por todos.

-¿Señorita la canción?-me preguntóJames,miréa mi alrededor y luego me acerquéa su oído para decir la canción.

-Excelente elección.-

Toméel micrófono y me paréen el centro del escenario,loúnico que escuchaba era la música.

La música era todo lo que unía a personas que no tenían nada que ver entre sí,todos amaban la música.

-Estamos hablando

No séqué

voy a decir Lo diréde todos modos

Hoy es otro día para encontrarte

Rehuyéndote.-

Mi voz resonópor todo el lugar,algunos siguieron mis palabras,otros disfrutaron de mi voz con los ojos cerrados.

-Irépor tu amor,¿vale?

Enfréntame,

enfréntame.Me

iré