2 - 4
Señaló pero no me convenció mucho.
—Por fin, ¿qué harás esta noche?— Preguntó si tenía un pensamiento. .
—Emm...— Me aplasté los labios en una línea solitaria. —Nada, claramente—. Necesito estudiar, separarme de todos los demás durante toda la noche.
Además, rápidamente necesité abofetearme por haberle proporcionado esos datos significativos. ¿Su señal pasó de ansiosa a atractiva?
—¿Toda la noche?— Murmuró.
—En cualquier caso, Abraham aparecerá—. Lo había descuidado—. Mentí una vez más. Muchos se encuentran en un marco de tiempo tan breve. No tengo la más tondita idea de lo que pasa conmigo. Oscar saca lo más terrible de mí.
Sus labios dieron forma a media sonrisa y mi corazón giró. Necesito alejarme de O Scar. Actualmente sé que sí.
—Necesito irme—, dije, intentando moverme a un lado, sin embargo, me tomó por el brazo. Su señal estaba caliente y envió un flujo eléctrico alrededor de mi cuerpo.
—A decir verdad, necesitaba darte la bienvenida a Bob's—, comentó, rindiendo. ¿Qué? ¿Me das la bienvenida? ¿A un bar? Ja, jugará.
—No me conoces lo suficiente como para darte cuenta de que no voy a esos lugares—, comencé a decirle. —Es para... Los adultos y solo hay licor y juegos y esas cosas desordenadas—. Me limité a la base como si otra persona nos estuviera prestando atención.
—Vamos, pequeña Gabriela, relájate, muéstrale a Abraham que no eres esa joven agotadora— . ¡Diviértete, embriague!— Gritó.
Abrí la boca completamente asombrado, sin embargo, en ese momento la cerré una vez más, no tenía ni idea de qué decir antes de su propuesta. Sin embargo, al mismo tiempo, el pensamiento fue tentador. ¿Abraham pensó que era agotador? Já en realidad no tiene ni idea de la Gabriela genuina. En cualquier caso, Oscar habría preferido no salir conmigo solo para demostrarlo.
Entrecerré los ojos hacia él.
—Esto no es realmente para Abraham, ¿verdad?— Pregunté.
—En realidad no—. Es para mí. Necesito ver qué eres capaz de hacer. —Ya que me gustaría conocerte por completo—, respondió guiñando un ojo y acentuando la última palabra. Puse mis mejillas en llamas.
Corrupto.
—No iré en ningún caso—. Se lo dije.
Él negó.
-Respuesta incorrecta. Te traeré a las siete.
Me dio una última mirada interesante y se fue, dejándome con la palabra en la boca. No, obviamente no iba.
Me aplasté las manos y salí del salón. ***
Las luces de un vehículo que salía antes de la casa me advirtieron que había aparecido. Verdaderamente no iba a ir, pero lo reflexioné mejor y, como me senté sin rumbo, elegí
disfrutar de un tiempo libre y salir por el bien del entretenimiento por ahora. Desde después de eso no volveré a ver a Oscar. Megabyte
Además, traerá problemas.
¿Con gracia y Abraham? Ni un mensaje, ni una llamada.
Abrí la entrada en el momento en que miré por la ventana a Oscar moviéndose hacia ella. Su mirada hacia mí corrió incorrectamente de pies a cabeza.
Me había decidido por un vestido, cada vez que me ponía uno por primera vez, ya que generalmente usaba pan de tacón. Además, letárgico, fue algo corto y, para mi desgracia, se adhirió al cuerpo. Me había metido un abrigo, algunos cosméticos, sin duda, y cabello libre, como de costumbre.
—Piernas de lada—, dijo, observándolas.
Sentí, por segunda vez hasta este momento, que mis mejillas se consumen.
—¿Muy obligado contigo?— Sonaba más bien como una investigación.
Se rió.
Paseamos hacia su vehículo, me sorprendió que tuviera uno tan rico. Llevaba pantalones oscuros y una camiseta que se pegaba a su cuerpo. Me abrió la entrada del copiloto.
—Miss...— sonrió con un destello de diversión mientras sostenía la entrada.
Le sonreí medio y me subí al vehículo. Él cerró mi entrada. Me puse el cinturón de seguridad mientras lo veía abarcar el vehículo y sentarme instalado.
Lo encendió.
—Esperaba un —mucho obligado— cuando abrí la entrada para ti—. Murmuró. —Sea como fuere, con tu media sonrisa es suficiente para mí.
Lo investigué.
—Independientemente, necesito que esta noche termine rápidamente—. Se lo dije. — Necesito volver a las diez—.
—¿Te gustaría deshacerte de mí tan rápido?— Se dirigió. —Trata de no enfatizar que no muerdo...— Bueno, no en el caso de que prefieras no hacerlo—. Me dio una breve mirada.
Agité la cabeza completamente asombrado por sus críticas.
—¿Además, por qué a las diez?— Pensé que habías dicho a las tres en punto. Le eché un vistazo rápidamente.
—Estás loco asumiendo que crees que continuaré hasta las tres de la mañana en un bar—. Con un niño. —Advertí—. Del mismo modo, a las diez años necesito regresar. Así es como está en mi plan.
No debería haber dicho la última opción.
—¿Plan?— Se dirigió. A pesar de que no lo veo asombrado.
Estábamos casi en el bar.
Tenía un plan de mis propensión, etc. Hoy, por ejemplo, necesitaba estudiar hasta las diez y después o descansar. Esa es la forma en que fue para siempre.
—No lo ignora—.
Minutos después del hecho de que se detuvo en el área de estacionamiento que, por cierto, estaba llena. Escapé del vehículo. Osc ar se situó cerca de mí. La música se escuchó aquí y no puedo imaginar cómo debería estar dentro.
—Martha dijo que acompañaría a alguien hoy—, comentó, como si le preguntara. — ¿Martha?—
Me echó un vistazo.
—El mejorado—. El que encontró un asiento en mi mesa hoy. La rubia. - aclaró.
Obviamente sabía cuál era mi identidad. Recuerdo cómo guiñó un ojo audazmente a mi novio—. —No hay pensamiento—. Afirmé hacerme la luz de él. —Por cierto, ¿en qué mesa estabas?— Le eché un vistazo. Miró favorablemente a su lado.
—Extremadamente interesante—.
Nos detenimos ante el tremendo hombre de seguridad. Estaba inquebrantable. Se ve tan tenue con su ceño fruncido.
Investigó a Oscar y vi cómo lo recordaba rápidamente. Y después me vio, fruncirando el ceño significativamente más.
—Él me acompaña—. Se rompió con poder y me dio un escalofrío cuando lo escuchó hablar así.
Él nos dejó pasar de inmediato. Estaba rebosante de individuos. Oscar puso su mano sobre mi espalda suavemente para dirigirme.
—Buscaremos una mesa accesible—. Murmuró en mi oído, su aliento se estrelló en mi pie. Me estremecí.
Nos presentamos en una mesa un poco lejos de los individuos, alrededor había algo más, sin embargo, estaban ocupados. Incluso parecía ser que este estaba sentado firmemente para nosotros.
—Voy por ciertas cervezas lager—.
No tuve la oportunidad de hacerle saber que necesitaba un jugo, pero que se fue. Fingí una exacerbación y me sentí cómodo en el asiento. Mirando hacia los lados. Mi mirada se detuvo a un niño alrededor de dos mesas propias.
Abraham.
Estaba bebiendo. Sea como fuere, estaba en buena compañía. Martha estaba con él.
