Librería
Español

Encuentra tu amanecer 1

71.0K · Completado
3ndes
44
Capítulos
71
Leídos
7.0
Calificaciones

Sinopsis

Olivia es una chica dispuesta a cambiar su vida con el inicio de la universidad. Tiene un objetivo en mente: graduarse y hacer realidad su mayor sueño. Es decidida, pero también dulce y sensible y, de hecho, no ve la hora de volver a ver a su hermano mayor, que ya la espera en la universidad. Lo que Olivia, sin embargo, no tuvo en cuenta es el encuentro con Andres: un chico que forma parte del grupo de amigos de su hermano. Atribulado y siempre metido en problemas, Andres es exactamente el tipo de persona de la que Olivia quiere mantenerse alejado. La pregunta es... ¿lo logrará? "Encuentra tu amanecer, Andres". Una historia intensa y apasionante, llena de cariño y complicidad, pero también de sufrimiento y preocupaciones. Las vidas de dos jóvenes completamente opuestos, que sin embargo se cruzan y chocan. Hielo y fuego, odio y amor... ¿qué podría ser más bello y mágico? A los que nunca dejan de soñar , porque eso significaría dejar de vivir. A quienes encuentran en su sueño la fuerza para seguir adelante, a pesar de todo. A los que ahora han perdido la esperanza, pero no la locura. A ti que, aunque esté roto por dentro, sigues sobreviviendo. A ti que, sin pausa alguna, conduces tu alma a alcanzar la libertad que el sueño te otorga.

DulceRománticorománticasSEXOAmor a primera vista Una noche de pasiónChico BuenoChica MalaChica BuenaChico Malo

Capítulo 1

hace años que...

El coche de juguete sigue ahora por tercera vez el mismo camino: respaldo del sofá, reposabrazos y asiento... y luego vuelve a subir y sigue el recorrido invisible trazado por mi mano.

La lluvia cae incesantemente más allá del cristal y trato de distraerme del miedo que siento cada vez que un rayo atraviesa el cielo, lleno de nubes grises y negras oscuras.

Sin embargo, el miedo a la tormenta no es nada comparado con el de ver los faros de nuestro coche circulando por el camino de entrada de nuestra casa.

Él ha regresado y, cada vez que regresa, un escalofrío recorre mi espalda.

- ¡Ve a tu habitación, Andres, inmediatamente!- mamá me empuja hacia las escaleras con una mirada aterrorizada, mientras mi papá ya ha comenzado a gritarle en tono agresivo.

La botella de cerveza que tiene en la mano cae al suelo, derramando el líquido del interior sobre el viejo suelo de madera.

- Mamá…- Intento acercarme, pero ella continúa señalándome hacia arriba con mano temblorosa.

Subo lentamente las escaleras con mi muñequita en brazos. Abro la puerta y con un empujón de mi brazo la abro entreabierta, luego me acerco a la cama con pequeños pasos y me escondo bajo las sábanas con los ojos llenos de lágrimas. Otro trueno más me hace sobresaltarme y trato de protegerme un poco más con el edredón, que ahora ha llegado a taparme la nariz.

Creo que son más o menos las once y afuera, la oscuridad total de la noche, está iluminada intermitentemente sólo por las luces cegadoras de los relámpagos.

Tengo que ser fuerte y resistir, pero tengo tanto miedo que lo único que quiero hacer es escabullirme de la cama e ir con mami. Ojalá pudiera protegerla a veces.

Eché un rápido vistazo a la puerta entreabierta de mi habitación, de donde vienen desde afuera los gritos de la continua discusión de mis padres.

Esta escena ocurre muy a menudo por la noche, y me parece sentir que me arden las cicatrices de la espalda al pensar que podría subir y entrar en mi habitación con ese maldito cinturón en la mano. A veces el dolor es tan insoportable que siento que me voy a desmayar. Mamá intenta defenderme, lo intenta con todas sus fuerzas, pero él es más fuerte.

Intento cerrar los ojos y respirar profundamente, pero el sonido de algo rompiéndose me hace sentar al instante.

Sé que mamá no quiere que lo haga, pero no puedo quedarme aquí sabiendo que ella está en peligro y así, lentamente, llego al primer escalón y me asomo para entender lo que sucede en el primer piso.

-¡Eres simplemente un incompetente! ¡Un inútil! - grita mi padre, luchando por mantener el equilibrio, y mi madre está apretada contra la pared con las manos alrededor de su cintura.

-¡Cálmate, por favor!-

-¡Cállate!- toma un plato del fregadero que tiene en la mano y lo arroja contra la pared, reduciéndolo en cientos de pedazos que caen al suelo.

Jadeo y aprieto los labios para evitar que los sollozos se escapen de mi boca.

Mamá parece aterrorizada y el miedo que siente me mata a mí también.

Lo veo acercarse a ella con paso amenazador y tambaleante y toma su barbilla con un agarre firme y fuerte, capaz de hacerme estremecer.

-Solo eres una vergüenza para esta familia.- la empuja al suelo y es cuando decido reunir coraje y subir rápidamente las escaleras, arrodillándome junto a ella.

-¡Mamá!-

-¡Andres! ¡Sube!-

El hombre se echa a reír al vernos y me agarra del brazo, arrastrándome hacia el otro lado de la habitación y tirándome al suelo. Froto mi mano en la rodilla que golpeé en el suelo y trato de contener los sollozos. Sé que si me viera llorar sólo empeoraría la situación.

-Mira, Andres. Tu madre es solo una puta que se folla al vecino mientras yo estoy en el trabajo.-

Las lágrimas corren por mi rostro mientras mira a la mujer mientras ella intenta volver a ponerse de pie para alcanzarme.

-Pequeña, ¿estás bien?-

Asiento lentamente, pero luego mis ojos se abren cuando ese monstruo la agarra por el cabello y le da una bofetada en la cara.

-¡Me das asco! ¡Solo eres una puta ingrata!-

-¡Ma-mamá!- mi voz se quiebra entre sollozos, mientras la veo secarse la sangre que sale de su labio roto con la palma de su mano.

Está completamente fuera de control y no sé qué hacer. Estoy demasiado débil para afrontarlo. Me presiono contra la pared y trato de calmar mi respiración, que se está volviendo demasiado dificultosa.

-Está bien, Andres.- mamá me toma la mano e intenta mostrarme una débil sonrisa, quizás intentando calmarme. Aprovecha el tambaleo de mi padre para acercarse aún más a mí. -Ve a la sala, toma el teléfono y enciérrate en el armario, ¿vale? Llama al y haz como cuando jugamos a "policía". Ve, Andres...-

A cuatro patas salgo de la cocina y sigo las indicaciones de mi madre.

Tengo que hacerlo, no puedo decepcionarla.

Impido que el miedo se apodere de mi cuerpo y me obligo a hacer lo que me dice.

Marco el número con dedos temblorosos y espero a que alguien conteste.

-. ¿Cuál es la emergencia? -

-Papá está lastimando a mami.- Intento hablar despacio, haciendo justo lo que mami me enseñó a hacer cuando jugábamos.

-¿Cómo te llamas?-

-Andres.-

-¿Cuántos años tienes, Andres?-

-Los tienes.-

-Ok, Andres. ¿Estás en casa ahora mismo?-

-Sí. Mamá y papá están discutiendo y él la está lastimando.-

-Voy a enviar una patrulla, Andres. Tienes que mantener la calma, ¿vale? Sigue hablándome. ¿Qué pasó?-

-Papá llegó a casa después de beber mucho...comenzó a discutir con mamá y luego le dio un puñetazo. Mamá me dijo que llamara.-

-Lo hiciste genial, pequeña. ¿Estás a salvo?-

-S-Sí. Estoy encerrado en el armario.-

-Bien hecho, Andres. ¿Estás herido?-

-No. Mamá, eso sí, sí.-

-Nosotros cuidaremos de tu mamá. Ya vamos. Pero no debes moverte de ahí, ¿vale?-

-Ok.-

Sigo temblando, mientras gritos y sonidos de objetos estrellándose contra la pared llegan desde la cocina.

En cierto momento escucho un grito tan escalofriante y lleno de terror que mis piernas ya no responden a mi cuerpo y me encuentro corriendo hacia la cocina.

Mi padre sostiene un cuchillo y le apunta con una sonrisa en el rostro.

-¡Está nuestro hijo en la casa!-

-No, Clorinda. Está tu hijo en la casa. Será uno de esos hombres con los que te follas mientras estoy en el trabajo.-

-¿Qué estás diciendo?- la voz de mi madre tiembla, mientras las lágrimas mojan sus mejillas enrojecidas por el miedo.

Un trueno muy fuerte me hace saltar y estallo en lágrimas de terror. Me encojo en un rincón de la habitación y acerco las rodillas al pecho, sintiéndome inútil por no poder protegerla.

-Eres una puta.-

Se acerca a ella, pero, justo en ese momento, la puerta se rompe y unos agentes entran corriendo a la cocina.

- ¡Aléjate de ella, inmediatamente!- uno de los policías apunta con su arma a mi padre y estalla en carcajadas con una risa sádica capaz de ponerme la piel de gallina.

-Estás muerta.- le sisea a mi madre justo antes de tirar el cuchillo al suelo y ser esposado por los agentes.

Mamá corre hacia mí y me abraza con fuerza.

-Lo hiciste genial, Andres.-

Continúa abrazándome, mientras nuestras lágrimas se mezclan y el miedo es sustituido por alivio.

-Todo estará bien, pequeña. Te prometo que.-

Y maldita sea, realmente lo creí.

-¿Estás lista, cariño?- La dulce voz de mi madre me llega desde abajo y me tomo unos segundos para pensar la respuesta.

¿Estoy listo? No sé si realmente lo es, pero quiero y debo serlo.

Llevo toda mi vida esperando este momento y nada ni nadie podrá arruinarlo.

-¡Olivia!-

-Sí, ya voy.- Me recojo el pelo en una prolija coleta y agarro la última maleta para meter en el coche.

Respiro hondo y miro por última vez la habitación en la que crecí. Sonrío cuando veo las fotos colgadas en la pared y mis pensamientos van directamente a las amistades que espero hacer en la universidad. Dejo toda mi vida aquí, pero en Stanford espero encontrar mi futuro.

-¿Te llevaste todo?-

-¡Mamá!- pongo los ojos en blanco y dejo un beso en su mejilla. -Tomé todo, relájate.-

-Lo siento cariño, pero realmente estoy muy nerviosa.- mueve sus manos nerviosamente y trato de sonreírle para calmarla.

-Todo irá bien.- Le susurro suavemente, sacando una manzana del frutero para masticar durante el camino.

-¿Estás seguro de que te llevaste todo? Tal vez lo olvides…-

-Vamos.- Agarro mi bolso y dejo que mi padre cargue con la última pieza de equipaje.

Maldita sea... estoy a punto de ir a la universidad. Mi corazón late aceleradamente ante la idea de que, finalmente, uno de mis mayores sueños está a punto de hacerse realidad.

Siempre quise ingresar a Stanford y todavía se me llenan los ojos de lágrimas cuando pienso en la noche en que descubrí que me aceptaron. Fue uno de los mejores momentos de mi vida...

Tampoco puedo esperar a ver a mi hermano James nuevamente. Tengo una relación especial con él: nos llevamos dos años y, cuando él se fue de casa para ir a la universidad, fue muy difícil separarnos. Él cursará el tercer año de ingeniería, mientras que yo estudiaré medicina y luego me especializaré en pediatría.

Siempre me han encantado los niños y cuidarlos es, para mí, un sueño secreto.