El viaje mas incomodo de mi vida
Después del beso quedé en absoluto silencio y no es para menos, me dejé llevar a tal punto de gemir y ahora estaba sumamente avergonzada, por Dios había hecho eso delante del abuelo, de mi falso prometido y de mi novio.
—ella estaba en silencio, cosa que agradecí, llegamos al estacionamiento y le abrí la puerta mientras ella me miraba impresionada, no me extrañó su actuar porque por lo visto sale con idiotas que ni siquiera le abren la puerta del coche. Me coloco mis gafas de sol, subí y coloqué el auto en marcha.
—estaba demasiado incómoda porque había tanta tensión entre nosotros que se podía cortar con un cuchillo, en definitiva, este era el viaje más incómodo de mi vida, aunque este hombre es el protagonista de todos estos momentos que he tenido desde que decidí venir a la dichosa fiesta en casa de mi “novio”.
—maneje hasta un centro comercial porque estaba seguro de que ella no tenía ropa acorde para su nuevo estatus social, así que iría personalmente a solucionar eso.
—llagamos al centro comercial más costoso de la ciudad, él bajó del auto y yo no moví ni un músculo.
—Abrí la puerta y le tendí la mano, ¡vamos de compras!
—tomé su mano porque varias personas observaban la escena, él entrelazó nuestras manos y fuimos a tiendas de marcas que en mi vida pensé pisar.
—buenos días, ¿en qué les puedo ayudar? —mi prometida quiere renovar su guardarropa, ¿sería tan amable de mostrarnos la ropa exclusiva de la temporada?
—sí, señores, pueden pasar y colocarse cómodos.
—no tenía idea de que la atención en este lugar fuera personalizada, no tuve que escoger ni una sola prenda, unas cuatro chicas buscaban los outfits justos de mi talla y los colocaban en un perchero para que eligiera los que deseara llevar.
—Mia estaba tan impresionada que no tocaba nada de lo que le ofrecían, así que me levanté con ella y la invité a probarse la ropa porque mi paciencia estaba desapareciendo.
—comencé a medirme la ropa evitando ver el precio, le modelé cada prenda y él parecía satisfecho con el resultado, me hizo señas para que me quedara con una falda lápiz negra y camisa azul rey, los cual combinaban con los, Louis Vuitton.
—lo quiero todo, ella se llevará ese conjunto puesto y necesito que envíe la ropa a la siguiente dirección, le tendí mi tarjeta de crédito y nos fuimos a una joyería donde me tomé el tiempo de escoger las cosas que creía apropiada para ella, ¿me puede mostrar los anillos de compromiso y de matrimonio?
—¡no voy a probarme esas cosas Iván!
—¡Harás lo que yo diga! Y guardarás silencio, estamos en un lugar público, ¿quieres que nuestra discusión salga en primera plana? Destrozando la reputación de ambos, recuerda que a partir de hoy eres una persona importante, por eso andas de mi mano.
—voltee a los lados y me percate que él tenía razón, había personas que nos sonreían y saludaban, ¡este maldito hombre me las pagará!
—tuve que tomar su mano, para medirle los anillos, elegí lo que más se parecían a ella, ya que no quería nada recargado ni ostentoso, más bien elegante y sofisticado porque ella es una chica joven.
—tengo que confesar que los anillos me encantaban, bueno, más bien todo lo que él compró parecía escogido por mí, ¿cómo puede hacer eso? Será que es brujo, lo mismo paso en la tienda les juro que ese hombre parece conocer mis gustos así que después de tanto resistirme acepté el hecho de tener el diamante más hermoso que había visto en mi vida justo en mi dedo anular, lo extraño es que era pequeño, delicado pero el más hermoso del mundo.
—trague grueso al ver cómo se veía su mano con ese hermoso diamante, ahora si era real, ese anillo lo había comprado especialmente para ella, ¿en qué momento pasó eso? Se supone que mi asistente hace ese tipo de cosas, ¿por qué me tomé el trabajo de buscar algo tan puntual? —no seas idiota Iván estamos hablando de tu futura esposa, es lo mínimo que podías hacer —decía mi consciencia, así que la tomé de la mano y salimos de la tienda para ir a una de carteras.
—estaba muy avergonzada y asustada porque este hombre se había tomado en serio esto y yo estaba segura de que no me casaría con él y no tendría como pagar todo lo que ha comprado y estoy segura de que tendremos una fuerte discusión.
—ella no quería escoger nada, así que pedí los bolsos más exclusivos en distintos tamaños y colores — ¡Iván, por favor deja de comprar!
—¡Pensé que a las mujeres le gustaba esto!
— sabes que soy enfermera, ¿crees que puedo llevar esa ropa y esos bolsos?
—obvio, acaso las doctoras van en fachas —no, pero.
—pero nada Mia, acostúmbrate a tu nuevo estilo de vida— revisé la hora y noté que se nos había pasado la hora del almuerzo— ¿Qué deseas comer?
—cualquier cosa —esa no es la respuesta correcta, puedes decir si quiere comida italiana, asiática, etc.
—me dio vergüenza, mi respuesta, prefiero la comida italiana… Fuimos a un restaurante muy elegante y nos encontramos a varias mujeres voluptuosas en una mesa, Iván las saludo con la cabeza, pero por la forma en que ellas nos observaban me daba a entender qué habían pasado por su cama, pero él las ignoró por completo ¿te puedo hacer una pregunta?
—por supuesto, levanté mi vista de la carta para prestarle atención.
—¿una de esas mujeres ha salido contigo?
—¡todas!
—quede en shock, ¿todas?
— sí, estuve con todas.
—¿saliste con 5 mujeres que al parecer son amigas?
—no, he salido con nadie aparte de ti, me explico tuve un encuentro con cada una de ellas, ¡eso es todo lo que diré!
—¿juntas?
—levante mi ceja porque esa información no era de su incumbencia, ¡no diré nada más! Pero puedes estar tranquila porque yo no frecuento a nadie más de una noche, la miré profundamente.
—mierda, no soporté la intensidad de su mirada y terminé bajando el rostro para ver la carta porque sentía mi cara arder, ya que su mirada tenía tantas promesas que sabía que cumpliría en cualquier momento y eso me hizo estremecer.
