Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 3 (II)

Liah se marcha del territorio de los licántropos, mientras que Legna se pasa varios días en la casa principal de sus padres. El día del festival, ella decide irse para la cabaña, obedeciendo el pedido de su abuelo

—¿No vas a ir al festival? —cuestiona su hermana menor sorprendida, ya que esas actividades son las favoritas entre los cachorros jóvenes.

—No puedo porque tengo que entrenar.

—¡Qué aburrida eres! —Ella le saca la lengua.

—¡Oye, malcriada! ¿Se te olvida que soy tu hermana mayor y que me debes respeto? ¡Qué insolente! ¿Acaso quieres que te enseñe modales? —Aprieta los puños en amenaza.

—¿Tú y quién más? —La enfrenta con el ceño fruncido.

—¡Ya verás! —vocifera Legna, pero en ese momento Riú entra a la sala y la pequeña Alexandra corre en su dirección llorando.

—¡Auxilio, papi, Legna me quiere pegar!

Riú la carga y la niña se acurruca en su pecho.

—¿Qué sucede? —pregunta él con esa calma que lo caracteriza.

—¡Tu hija es un demonio manipulador! —la acusa Legna.

—¿Cuál de las dos? —contesta él con una sonrisa maliciosa.

—¡Me largo de aquí! —exclama Legna ofendida mientras levanta el bulto que había colocado en el suelo.

—¿Te irás a la cabaña ahora? Creí que estarías preparándote para ir con tus hermanos al festival. De hecho, me extraña que aún estén aquí. Ya Alexa se encuentra en el centro de la ciudad presentando su nueva línea de ropas.

—Yo no iré, papá; necesito entrenar.

—¿Hoy? —Él entrecierra los ojos.

—Sí... —Legna se muerde el labio inferior.

—¿Tu decisión tiene que ver con lo que comentó Liah antes de marcharse? —la confronta con expresión recelosa.

—Ay, papá, ¿cuál es la probabilidad de que yo encuentre a mi mate hoy? No es eso...

—Haré como que te creo... —Él sonríe porque tampoco está ansioso por que un lobo reclame a su niña.

—Ya me voy, diviértanse en el festival —se despide deprisa, y sale de la vivienda en un santiamén.

—Vaya, de verdad el abuelo le lavó el cerebro —expresa Ryan pensativo.

—En parte entiendo a Liah, aunque quizás esté siendo un poco dramático. Por ahora, es mejor que tu hermana se concentre en sus entrenamientos. Bueno, vayan a prepararse si no se irán solos —les advierte Riú mientras devuelve a la niña al piso.

***

La música se puede escuchar a distancia, aunque en modo de silbido de lo débil que se percibe.

Lo que sí se escucha potente son los aullidos de los lobos que han encontrado a su mate. En el aire se puede percibir la dicha y el romanticismo.

—Todos se están divirtiendo, menos yo. ¡Es tan injusto! —se queja Legna y forma un puchero—. Hubiese sido divertido ver a los chicos y conocer a sus mates, si es que ya tienen.

Un recuerdo la visita de repente y le provoca un punzón en el pecho que la hace temblar.

—¡Cierto! Me imagino que Dylan y Clara deben haberse reclamado ya. Esos tontos se la pasaban de cursis e insoportables. —Hace una mueca de asco.

Ella nunca se atrevió a preguntar por Dylan, de igual manera, evadía cualquier información que su hermano le quería dar acerca de él o de Clara.

—Es mejor mantenerme aquí encerrada y luego irme a vivir al territorio zolleb. No quiero saber nada de ese tonto ni de su nueva vida con la perfección encarnizada. ¡Qué aburrimiento con esos dos!

Legna mira al cielo y suspira nostálgica. No puede negar que extraña a sus amigos y que sería divertido volver a verlos.

—Estoy aburrida, mejor me pongo a entrenar —decide mientras sale de la cabaña.

Legna camina en medio del bosque con ansiedad, como si debiera seguir avanzando. Cuando se ha alejado bastante del campo de su padre, ella escucha unos aullidos que le erizan los vellos y la alteran.

—¿Por qué no hay gozo ni dicha en su voz? Puedo sentir la frustración de ese lobo como propia, ¿qué le sucede? —se pregunta a sí misma muy intrigada.

De repente, un olor a bambú y eucalipto le inunda las fosas nasales. El perfume es tan agradable a su olfato, que le hace agua la boca y le acelera el pulso.

«¡Mate!», exclama su loba inquieta mientras lucha por tomar el control.

—¿Qué? ¡No! ¡No puedo estar tan salada! —profiere asustada y sorprendida. De todos los eventos que podrían sucederle, jamás se imaginaría que sería aquello. ¿De verdad está teniendo un lazo con un licántropo la misma noche que regresó a su hogar? No le parece posible tener tanta mala suerte—. Ni siquiera fui al dichoso festival... ¡Ay, no!, el abuelo me va a matar.

«¡Mate!», vuelve a exclamar su loba, alterada y muy ansiosa de ir a conocer a su compañero, debido a la necesidad de ser reclamada.

En ese momento, ella siente que alguien se acerca. Legna se gira para encararlo y así conocer a quien parece ser su pareja destinada.

—¿Quién eres? —inquiere mientras busca entre las penumbras. Casi pierde el equilibrio al descubrir de quién se trata—. ¡Tú! —profiere con tono defensivo, al mismo tiempo en que le apunta con el dedo índice.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.