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El demonio dulce

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Sinopsis

Te quiero mi vida, te quiero dulce amor, por eso obsequio un chocolate al hombre que choco late mi corazón. Eres un hombre espléndido y genial, espero que este chocolate te siga haciendo especial. Eres mi hombre, eres mi amante y con este chocolate estoy aquí para que me ames. Los chocolates son como los besos, ni se piden, ni se roban, se obsequian al hombre de tus sueños. Darte este chocolate me emociona más que a ti, eres el hombre que da brillo a mi existir. Este chocolate es una caricia para el alma, te lo obsequio porque sé que tocará tu corazón, mente y cuerpo.

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1

Fynn.

Observó detenidamente al hombre frente a mi, ¿enserio creyó que podría escapar de mi? ¿creyó que podría huir del Demonio Canadiense?. Es un idiota, miro su rostro ya desfigurado por los golpes que mis hombres se encargaron de hacerle.

- Te lo volveré a repetir... ¡EN DÓNDE MIERDA DEJASTE MI DINERO! -exploté, saben perfectamente que mi paciencia es de un 0%.

- L-lo perdí s-señor... P-pero prometo dárselo la próxima semana -dijo con voz entrecortada, lo miré incrédulo, observé a mis hombres y les di una señal, estos me miraron, asintieron y salieron.

- La próxima semana -dije en un susurró, una gran carcajada salió de mis labios provocando la risa en mis hombres.- ¿Piensas que te daré una segunda oportunidad? -rió, mientras limpio una lágrima imaginaria, me acerqué a la pequeña mesa que está en una esquina, tomé un folder color beige y comencé a hojear hasta dar con su información. -Veo que tienes una esposa y dos pequeños niños -dije con ternura fingida.

- P-por favor... A ellos no les haga nada ¡Asesineme a mi! -gritó, odio cuando hacen eso, me acerqué a él y estrelle mi puño en su mandíbula.

Escuché el sonido de varias cadenas, sonrió con malicia y abrí la enorme puerta de metal, observé a Duncan, Carlos y Alan empujar una enorme jaula de metal cubierta por una tela negra, me acerqué a esta y acarició los gruesos barrotes de metal. -¿Sabes lo que hay aquí?.

Él idiota negó mientras lágrimas caían de sus ojos, saque la llave de mi bolsillo y la coloqué en el gran candado, se escuchó una gran respiración y sonrió. -Te presentó a Osvaldo.

Les hice una señal a mis hombres para que se alejarán de allí, tome un barrote que estaba en el suelo y lo estrelle con la enorme jaula provocando un sonido demasiado fuerte, se escuchó un leve gruñido, nos salimos de la habitación y observé a mi cocodrilo salir de la enorme jaula.

- Esperó que te diviertas -rió y nos alejamos de la habitación, escuchamos los gritos de dolor de ese idiota y sonrió, subimos las escaleras hasta llegar a la primera planta, cerré con seguro la puerta y quite mis guantes de cuero negro. -Neil, mandas a Dionicio y a Jerónimo a que ceden a Osvaldo, en unas horas iré a New York, mi padre quiere que hablar conmigo.

- Te aseguró que te hablará sobre tu compromiso con Katherine -se burló, le di una mirada seria y su sonrisa se borró. -Bueno yo digo, sabes muy bien que el padre de Katherine quiere casarlos para unir ambas mafias.

Tiene razón, desde que el señor Rafferty se entero de mi relación "amigos con derecho" que tengo con Katherine, tuvo la brillante idea de hablar con mi padre para unir la Mafia Canadiense y la Mafia Cubana, no lo negaré, Katherine es sexy, tiene las curvas en los lugares indicados, es una diosa en el sexo, es el sueño de todo hombre, pero no él mío.

- Sabes que ella y yo sólo follamos, yo no estoy listo para las mierdas del amor y el compromiso -dije mientras me dirigía hacía los almacenes que estaban cerca de mi mansión.

- Amigo, tal vez ya sea hora de que te busques a una pareja, que seas feliz y tengas tu propia familia, sabes que Daisy quiere tener una cuñada y sobrinos, y tú mamá quiere tener nietos, tan siquiera puedes darles ese privilegio.

- Neil ya que dije que esas mierdas no son para mi -observé los paquetes de cocaína siendo apilados en varios camiones. -Además para que quiero hijos, son un estorbo, eso de estar cambiando pañales y consentir sus caprichos no son lo mío.

- ¿Y que pasará en un futuro? Fynn tú no eres eterno, algún día morirás, ¿quién seguirá con el legado Novikov?, necesitas un heredero y una esposa Fynn.

- Neil si no tienes nada que hacer, lárgate, me estás dando dolor de cabeza -lo mire serio y observé mi ¡Phone 13, le mandé mensaje a Katherine para vernos, necesito desestresarme.6

- Bueno como tú digas, pero escucha esto Fynn, algún día llegará esa personita especial para ti, que hasta terminarás obsesionandote de ella -se fue y suspire, en cierto punto tiene razón, pero todas las mujeres son unas perras que sólo buscan dinero y sexo. A los cuatro tonos Katherine respondió.

- Fynncito mi amor, ya te extrañaba -habló con una voz chillona que me me fastidia.

- ¿Crees que puedas venir a la mansión? Quiero desestresarme -fui directo al grano. Escuché una leve risita y sonrió arrogante, la muy perra si vendrá.

- Claro que si mi Fynncito, en 15 minutos estaré allí -perfecto.

- Te veo en mi despacho -colgué y seguí revisando los cargamentos de cocaína, hice algunos cálculos y di la autorización para que se fueran, me acerqué a Alan, el encargado de armas y lo observé. -¿Alguna noticia?.

- Si señor, el barco que viene de Rusia me confirmo que son 100 cargamentos de ametralladoras y 200 cargamentos de fusil de francotirador T2 -sonrió, le di una palmada en la espalda y me fui hacía mi despacho, me senté en mi sillo de cuero negro y observé los gruesos fajos de billetes, comencé a contarlos, escuché una golpes en la puerta. -Adelante -seguí con mi mirada en los billetes y escuché unos tacones resonar en el suelo, levanté la mirada y observé a Katherine vestida con un abrigo color verde militar que le llega tres dedos arriba de la rodilla y unos tacones aproximadamente diez centímetros de altura.

- Hola mi amor -se acerco a mi y beso mis labios, la miré serio, observé mi rostro en el pequeño espejo que está detrás de mi y observé que tenía una leve mancha de labial rojo en mi labio inferior. -Katherine, cuantas veces te he dicho que nunca dejes marcas de labial en mi boca

- Lo siento amorcito, fue inevitable, además te tengo una sorpresita -recorrió mi sillón hacía atrás, la miré con una sonrisa arrogante y observé que se quitó el abrigo quedando completamente desnuda enfrente de mi.

Sonrió, con mi dedo índice le di hice una señal para que se acercará a mi, cuando lo hizo, se arrodilló frente a mi y quitó lentamente mi cinturón mientras me miraba lujuriosa, bajo mi pantalón junto con mi boxer y beso la punta de mi polla.

- Sigue igual de grande que la última vez que follamos -dijo mientras restregaba mi polla en su cara.

- Sabes muy bien que mi polla es grande nena -acarició su cabello e introdujo mi polla en su boca dándome una buena mamada, no es por presumir pero mis 27 centímetros hacen feliz a cualquier mujer.

Katherine siguió con la mamada mientras acarició su cabello y leves gruñidos salieron de mis labios, pasaron 10 minutos y estaba a punto de correrme, la aleje de mi y con un movimiento brusco, la coloqué en el escritorio dándome la espalda, alce su pierna derecha y la coloqué en la superficie del escritorio y su mejilla también recargada en el escritorio, me coloqué un condón y la penetre. Mis embestidas eran rudas y bruscas, seguí moviendome mientras le jalaba su cabello, sentí como se corría alrededor de mi polla y las 5 embestidas me corrí en el condón, salí de ella, me quite el condón, le hice un nudo y lo tire al bote de la basura, acomode mi ropa y salí de allí dejándola sola.