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1.- El último primer día

Lo peor de que las vacaciones terminen es que hay que volver a levantarse temprano. Según yo, las clases deberían empezar como mínimo a las once de la mañana, no a las ocho. Puede que sean solo tres horas de diferencia, pero son tres horas en las que puedes dormir más. Creo que ese es mi hobby favorito... dormir.

- ¡Arriba, Emmie! - escucho la voz animada de papá al entrar a mi habitación- ¿No estás emocionada por el primer día de escuela?

-Papá, te amo, pero en este momento quiero matarte- le contesto poniendo una almohada en mi cabeza y gritando después. Realmente odio levantarme temprano- Y no, no estoy emocionada.

¿Por qué alguien debería estar feliz por el comienzo de una etapa que no quiere que suceda? Soy una amargada de primera, pero al menos soy honesta. Brutalmente honesta como suele decir mamá a quien parece que también le decían eso.

Siento que papá se sienta en mi cama y comienza a picarme con su dedo. Josh Bell es una de las personas más molestosas del mundo. Muchas veces mamá le dice que es un inmaduro, pero sé que lo quiere así. Yo también lo quiero así.

-Ya estoy despierta- contesto al tiempo de sentarme en la cama.

- ¿Por qué no estás emocionada, Emilie? - pregunta papá poniéndose serio. Son muy pocas las veces en las que esto sucede- Siempre lo estás.

-No es nada, papá. Solo quiero dormir.

Sé por la mirada que él me da que no me cree. No quiero que sepa que lo que menos quiero en este mundo es que el año escolar comience porque se puede preocupar. Tiene razón, siempre me ha encantado ir al instituto. No por las clases, obviamente, porque es el lugar en donde mis amigos y yo pasamos casi todo el tiempo. Me gusta estar con ellos allí. Es divertido y al menos voy a estar segura de que siempre estarán allí, todos los días a cada momento. Cuando el año llegue a su fin no voy a estar segura de nada.

Mamá entra segundos después con una bandeja con mi desayuno.

¿Qué pasó aquí? ¿Por qué están los dos en casa? Eso es raro. Siempre al menos uno de los dos tiene turno de mañana.

-Muy bien- digo recelosa- ¿Qué está pasando aquí?

-Solo queríamos estar en tu último primer día de clases- responde mamá mientras yo como mi desayuno. - Eres nuestra bebé y ya estás en tu último año

-No te pongas sentimental- bromeo

-Es inevitable- mamá hace como si llorara- Mis hijos están tan grandes.

Ruedo los ojos. Ellos me dan el típico discurso que dan los padres de que este es el año más importante, que están orgullosos de mí, blah blah. Quiero a mis padres, pero cuando están pareciera como si se esforzaran mucho por hacerse notar. Es como si dijeran: "Hey, ahora estoy aquí y te amo". No tienen que hacer eso. Sé que ellos se esforzaron mucho por sacar su carrera adelante tomando en cuenta que nos tuvieron a Logan y a mí cuando todavía estaban en la universidad. Mis padres son geniales. No los culpo porque no estén siempre, aunque a veces duela un poco.

Cuando termino mi desayuno les pido que salgan para que pueda prepararme. Me doy una ducha rápida y me visto como normalmente lo hago. Unos jeans y una blusa a cuadros. Recuerdo que cuando era más pequeña me demoraba horas en escoger el atuendo perfecto para el primer día de clases. Después esas cosas me dejaron de importar, más o menos cuando tenía once años.

Me dejo el cabello suelto y salgo de mi habitación. Cuando papá está en casa por las mañanas es él quien me va a dejar al instituto para así no tener que tomar el autobús.

Cuando llego a la sala para ver si él está listo me encuentro con la cara sonriente de Jake sentado en mis sillones. Tiene su mochila negra, la cual tiene desde hace unos cinco años, en la espalda y sus ojos me inspeccionan.

- ¿Qué haces tú aquí? - pregunto sentándome a su lado.

-Papá tuvo que ir temprano al instituto por ser el primer día- responde- Tu papá se ofreció a llevarme, rubiecita.

En ese momento llega papá a la sala y frunce el ceño al vernos a Jake y a mí juntos. Papá jamás superó que Jake y yo estuviéramos juntos, mucho menos cuando terminamos y muchísimo menos cuando se enteró de que Jake y yo seguíamos siendo amigos. Todo es muy raro para él y sigue siendo el padre celoso que tanto quiero.

Recuerdo que una vez me dijo que se le hacía tan extraño porque no sabía la razón por la cual Jake y yo terminamos. Nadie lo sabe más que Jake y yo. Es un secreto que prometimos guardar para siempre. Al principio, papá quería matarlo porque pensó que él me había hecho algo. Me costó convencerlo de que no era así, que había sido decisión nuestra.

- ¿Están listos, enanos? - pregunta papá volviendo al buen humor que siempre tiene.

Jake y yo asentimos. Estamos listos para el comienzo de una muerte lenta y dolorosa.

...

Siempre es raro volver a clase. Entrar a tu sala, volver a ver a personas que no viste en meses y sentarse en esas incómodas sillas con el pizarrón al frente. Es muy raro, al menos para mí.

Cuando Jake y yo llegamos hay muy pocos de nuestros compañeros. Me siento rápidamente en un asiento vacío y Jake se sienta en el que está al frente. Nunca nos sentamos juntos a menos que tengamos clases en las que solo estamos los dos. Normalmente yo me siento con Max y él con Nate. Obviamente Cami y Chris se sientan juntos al final de la sala donde pueden besuquearse sin que los profesores los vean.

- ¿Crees que lleguen nuevos compañeros? - pregunta Jake dándose la vuelta en su asiento para hablar conmigo.

-Lo dudo mucho, celestito. Es el último año, ¿quién se cambia en el último año?

-Es posible.

-Tú solo quieres ver si hay alguna chica nueva con la que puedas coquetear- comento, aunque me molesta un poco decirlo. Sigue siendo mi ex, al fin y al cabo.

El comentario parece molestarlo porque arruga el entrecejo y me mira fijamente. Odio cuando hace eso porque sus ojos celestes intimidan. Son demasiado lindos y extraños.

-Yo tengo ojos para una sola chica y tú lo sabes, Emilie- dice justo antes de darse la vuelta.

No tengo tiempo para pensar en sus palabras, en ese momento mi ruidosa mejor amiga y su hermano entran a la sala. Cami parece emocionada porque me abraza y balbucea cosas que no entiendo muy bien. Max se sienta a mi lado y besa mi mejilla. Chris llega, nos saluda y se lleva a su novia a buscar el asiento más escondido de la sala.

-Y.…- llama mi atención Max poniendo uno de sus brazos alrededor de mis hombros- ¿Emocionada por el primer día?

-Oh, si claro- respondo con ironía- ¿No me ves saltando de la emoción? Juro que si no me calmo me va a dar un ataque cardíaco.

-No seas pesimista, Emmie. Apuesto a que será un gran año.

-Así funciona nuestra amistad, Max. Tú eres el positivo y yo la negativa.

Max ríe y me acerca más a su lado. Muchos me han comentado que creen que Max y yo haríamos una linda pareja, pero solo lo veo como un amigo. Jamás arriesgaría una amistad tan grande como la que tengo con él con sentimientos tan tontos e inútiles como el amor. Ya lo hice muy bien y con suerte salió bien. No voy a volver a cometer el mismo error con una persona distinta.

El último en llegar es Nate. Se sienta al lado de Jake y comienza a hacerle ojitos a las chicas de nuestro salón que lo miran. Nate es el playboy y diría que las únicas chicas con las que no ha estado en este curso somos Cami y yo. Tiene un encanto y una personalidad que hace que sea irresistible para las chicas. Incluso la amargada de la clase estuvo con él por un día, aunque de eso hace ya unos siete años. Éramos unos niños.

Hablando de la reina de roma, la amargada cruza por esa puerta con su típico ceño fruncido y su cara de "odio al mundo". Abigail Dallas es una chica rubia y muy linda. Sexy como diría Nate, pero no es simpática. Le gusta echar mierda sobre la gente y eso ha hecho que casi todos aquí la odien, excepto nosotros, aunque ella nos odia. Sobre todo, a mí. No sé qué le he hecho, antes éramos muy amigas. Cuando comencé mi relación con Jake ella se alejó y empezó a tomar esta actitud. Al único que no parece odiar es a Max, porque ¿quién podría odiarlo? Es completamente imposible.

- ¡Abby! - saluda mi amigo. A veces siento que Max es demasiado inocente- ¿Cómo has estado?

-Hola, Max. Bien, gracias. - saluda ella amigablemente, luego me ve a mí y su expresión cambia por completo. SI esta no es la cara de "te quiero muerta" no sé cuál podría serlo- Bell

-Dallas- respondo su saludo seco.

Se aleja y se sienta en los primeros puestos. Supongo que ahí espera encontrar la soledad que tanto está buscando.

-Deberías volver a hablar con Abby- me reprocha Max.

He tenido esta conversación miles de veces con él, pero parece que no se cansa.

-Sabes muy bien que ella se alejó de mí, no yo de ella- respondo fastidiada

-Solo digo que deberías intentarlo más fuerte.

-Max, te quiero mucho, pero cállate.

El timbre suena y todos se sientan en sus asientos. Segundos después aparece la profesora guía del curso y nos saluda.

Obviamente la profesora guía es mi tía. No puedo creer que siento directora todavía quiera dar clase. Al menos no tomé literatura avanzada este año, sino tendría que verla aún más. No me malentiendan. Amo a mi tía, pero es raro que un familiar te haga clases.

-Antes de comenzar con el discurso del último año- comienza mi tía Maddie mirando hacia el curso- Quiero presentarles a una nueva compañera.

Se aleja hacia la puerta y Jake se da la vuelta para mirarme con suficiencia. Parece que el enojo ya se le pasó, al menos un poco. Las cosas siempre son así con él. Podemos pelear un poco, pero después hacemos como si nada hubiera pasado.

Una chica un poco más alta que yo, con el cabello marrón claro, ojos marrón oscuros (casi negros) que están escondidos detrás de unos lentes de lectura y mirada baja entra al salón y permanece lo más cerca posible de mi tía Maddie. Se nota a kilómetros que es una chica tímida.

-Ella es Kelsey Grace- dice mi tía poniendo una mano en el hombro de la chica intentando dale ánimos- Espero que la integren como el buen curso que sé que son. Puedes sentarte al lado de Abigail.

Abby parece un poco fastidiada de que la pongan al lado de la chica nueva. Perturba su soledad. Kelsey se sienta con timidez y mantiene la vista baja en todo momento.

-Es linda- comenta Max a mi lado.

-No es linda, hermano, es hermosa- susurra Nate dándose la vuelta para hablar con Max.

¿Acaso es en lo único que estos chicos se fijan?

-No está mal- comenta Jake desinteresado.

- ¿No está mal? - pregunta Nate aun susurrando- Hermano, tienes un problema. Dile a tu papá que te lleve al oculista.

-No estoy ciego, Nate, solo no es mi tipo

-No, a ti te vienen las de ojos claros- bromea Nate mirándome.

Es inevitable sonrojarme. Mi mirada va directamente a Jake que está mirándome con sus ojos celestes a mis ojos azules.

-Tienes razón- dice Jake antes de darse la vuelta

Son estos momentos los que hacen difícil que una amistad entre nosotros funcione. Aun así, seguimos perseverando.

Sabemos que no podemos estar alejados el uno del otro.

Mi tía Maddie sigue su discurso el cual ya he escuchado muchas veces porque lo viene practicando desde las vacaciones. Me desconecto y me quedo pensando en que quizá este año no sea tan malo. Simplemente tendremos que aprovechar cada instancia que podamos con los chicos para pasarla bien.

Sé que será un año interesante. Puedo presentirlo, solo que no me gustan las sorpresas y sé que este año me tiene unas sorpresas igual de interesantes.

Espero que las sorpresas que la vida me tienen preparada no sean obstáculos que tenga que atravesar. No me considero una persona fuerte y no sé si soy capaz de sortear los problemas que vengan a mi vida.

Ya tengo suficiente con un problema constante que tengo y su nombre es Jacob Lawrence. No sé si pueda con más problemas.

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