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El Sr.Orville

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Letras de Venus
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Sinopsis

HISTORIA YA COMPLETADA!!! ------------------------------------------------- Muchos aplaudieron y felicitaron al señor Orville, yo simplemente quede en shock. ¿Ese hombre sería mi jefe? ¿Como me iba a concentrar ahora en el puto trabajo? Sin con solo verlo mojaba bragas. Mierda. Necesito hablar urgentemente con Cloe y contarle todo esto. El señor Orville me llamo en privado y pase a su oficina rápidamente. — Hijo, ella era mi asistente y ahora será la tuya. Ariana, el es mi hijo Felipe Kamesh. — Un placer conocerlo, señor Felipe Kamesh. – Extendí mi mano. — Igual para mí, Ariana. – Al tocar su mano, un cosquilleo recorrió mi cuerpo. — ¿Está todo listo, Ariana? — Si señor Orville, como pidió. — Te he dicho mil veces que no me digas señor, dime Riccardo por favor. – Asentí y me voltee para irme a mi oficina.

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Otro día más... TRABAJAR.

Prepare el desayuno, limpie todo lo posible y todavía tengo una hora y media para ir a trabajar.

¡es una pena! Quiero y necesito mis vacaciones. Gloria Dios, cuatro meses después me gradué de Mercadeo y me tomé mis merecidas vacaciones. Salí de la habitación y descubrí que el apartamento estaba tan desordenado que tuve que limpiarlo con urgencia. Todavía estoy agradecido de que el Sr. Orville me haya pagado el dinero y sé que lo pagué con mis tres años de trabajo y horas extras. También ayudó que papá me mantuviera con vida con un par de números inexplicables en mi cuenta. Nadie en Miami ni en la empresa sabía quién era yo, y preferí quedarme así.

Gloria Dios, logré financiar un camión porque el tráfico en Miami es terrible. Llamé a mi hermana como de costumbre o moriría. A pesar de mi situacion con mi familia, los dejo sin razon, me quieren y me llaman todos los dias, al año les dije que estoy en Miami y papá se encargó de hacerme llegar dinero. Me querían allá en Rusia con ellos pero no quiero volver a la vida de millonarios que ellos llevan. Al menos mi hermana es como yo, y no le presta atención a los lujos, pero se graduó de Medicina y la está ejerciendo allá, además de que está casada y tiene un precioso niño, no puede irse así como así.

— ¡Cloeeeeee! – Grité por el teléfono – ¿Como estás? ¿Como está mi chico favorito?

— Ariana. Todo bien por aquí, hermana. Y tú sobrino portándose más mal cada día, pero es la alegría de la casa. Te extraño bastante, ¿cuando vendrás?

— Vane, aún no me dan vacaciones pero cuando las tenga prometo ir, o ven tú a verme. Pero sin papá y mamá, por favor.

— Ariana Anastasia – Me regaño – No seas así, son tus padres. Tal vez tenga vacaciones en el hospital, y si a Lexy le dan permiso, iremos.

Tal vez me tome unas vacaciones del hospital, y si Lexy sale, nos iremos.

Tuve una larga charla con mi hermana y luego una breve charla con mis padres y se notaba por sus voces cuánto me extrañaban... pero viví la vida que realmente quería. Por supuesto, nuestros nombres no son comunes en Rusia, pero mamá tiene un Felipe Kamesh y padres rusos y no quiere que tengamos nombres raros. Al igual que mi papá y mi cuñado, afortunadamente influyeron en el nombre de mi sobrino, de lo contrario hubiera sido peor. Me duché, me vestí para el trabajo y, gracias al Sr. Orville, no tuve que usar un atuendo específico como las otras mujeres de la compañía. querer. Por supuesto, si me ofrecieran un Range Rover o un Lamborghini, nunca diría que no, pero en este momento, mi Jeep es mi favorito.

Según Cloe, quería ocultar que tenía dinero pero mi casa y mi camioneta no ayudaban para nada, pero puedo decir que tres casi cuatro años de arduo trabajo me han ayudado.

Llegue a la empresa y entre directamente a mi oficina, era grande y estaba decorada a mi gusto, claro, no tan grande como la de el presidente de la empresa u otros altos mandos, pero si justo como yo quería.

Fui a la cafetería a buscar el típico café del Señor Orville que ya tenían preparado, a esta hora siempre voy por el. Y al entrar en su oficina, no estaba. Que extraño, el señor Orville es muy puntual y siempre llega a la hora que es. Mejor lo llamo, para no preocuparme.

— ¿Señor Orville? ¿No vendrá a la empresa?

— Ariana. Claro que iré, en unos minutos estoy allí. Prepáreme la sala de reuniones que estaré hasta las 10am, recuerde llamar a los abogados y accionistas de la empresa para recordarle de la reunión.

Llame a todos los que el señor Orville me pidió y arregle la sala de reuniones, otra de las chicas que trabajaba en la misma área que yo, se encargó de ayudarme. Me senté a terminar el trabajo que tenía pendiente hasta que el señor Orville llegara. A lo que cruzó la puerta de cristal que daban acceso a los ascensores, llamo la atención de todos, venía con un muchacho realmente guapo y dos hombres atrás.

— Muchos saben ya que edad tengo yo, desde hace cuanto estoy dedicándole todo mi amor a mi empresa. Pero hoy, me retiro por motivos de salud, pero dejó en el cargo con toda mi confianza a mi hijo, mi primogénito. Felipe Kamesh Orville, el nuevo presidente de Compañía Orville Trasatlántica.

Muchos aplaudieron y felicitaron al señor Orville, yo simplemente quede en shock. ¿Ese hombre sería mi jefe? ¿Como me iba a concentrar ahora en el puto trabajo? Sin con solo verlo mojaba bragas. Mierda. Necesito hablar urgentemente con Cloe y contarle todo esto. El señor Orville me llamo en privado y pase a su oficina rápidamente.

— Hijo, ella era mi asistente y ahora será la tuya. Ariana, el es mi hijo Felipe Kamesh.

— Un placer conocerlo, señor Felipe Kamesh. – Extendí mi mano.

— Igual para mí, Ariana. – Al tocar su mano, un cosquilleo recorrió mi cuerpo.

— ¿Está todo listo, Ariana?

— Si señor Orville, como pidió.

— Te he dicho mil veces que no me digas señor, dime Riccardo por favor. – Asentí y me voltee para irme a mi oficina.

Felipe Kamesh

¿Será ella mi asistente? Mierda y mierda mil veces. ¡Si lo único que quiere es follarla día y noche todos los días! Su acento, nada más sexy que su acento, cómo dijo mi nombre... su cuerpo, sus ojos... el lunar sobre sus labios, su todo... maldita sea. Si tengo que ver a esa mujer todos los días, no sé cómo voy a trabajar. O se rasgará los pantalones o vivirá con dolor porque siempre tendrá una erección. Es inhumano y un castigo. No la conozco y ya estoy pensando en llevarla a la cama. Honestamente, no he cambiado. Quiero saber más sobre ella.

Pude tomarme un descanso después de las reuniones y firmar documentos para que la empresa siguiera estando a mi nombre. Yo estaba trabajando en otra empresa en Nueva York que recién empezaba y mi papá me llamó para entregarme el cargo de presidente de la empresa y tuve que mudarme a Miami. De mis tres hermanos, solo a mí me interesa el negocio familiar.Los demás solo ven sus cuentas bancarias, y no es que no los quiera, porque son mis hermanos, pero en ningún momento se interesaron en ver o ayudar a papá como lo he hecho yo desde hace un tiempo ya.

— Señor Felipe Kamesh. Está es la agenda que su papá llevaba, aquí están todas las reuniones y eventos futuros a los cuales el señor Orville debía de asistir. Si necesita de mi, marque el 0 y hábleme por teléfono, o simplemente vendré.

— Muchas gracias Ariana. ¿Ya saliste a almorzar?

— No señor, salgo en un rato. – Note que se mordía su labio inferior.

— Estupendo. ¿Cuál es su hora de salida?

— 6:30PM, pero a veces me quedo horas extras.

— ¿Tiene como irse o quien la busque?

— Tengo como irme señor. Si me disculpa, tengo trabajo que hacer.

Mierda, creo que la interrogue de más. Necesito saber urgentemente si tiene novio, con quien y donde vive. Algo me decía que esta chica no sería fácil. Pero me encanta.

Ariana

Oh Dios. Dios. Diossssss. ¿Que fue eso? Es jodidamente guapo y atractivo. Su cuerpo me mataba, como sus brazos se veían en su traje, sus labios gruesos, su mirada provocadora, su cabello marrón largo. Aaaaaaaaah. ¿Por que esto me pasaba a mi?

— Cloeeeeee, ¿donde estás? Te necesito.

— Estoy saliendo del hospital. ¿Que ha sucedido? ¿Estás bien?

Le conté todo, desde el momento en que llego hasta ahorita, y mientras más hablaba, mi hermana más se reía. Quería matarla.

— No te ríassssss. Esto es serio, Cloe.

— ¡Es que es jodidamente guapo! – imito mi voz – Tus problemas son tan de adolescentes, hermana.

— ¿Como trabajo si tendré ese Adonis cerca mío todos los días? ¡Su oficina conecta con la mía, una puerta nos separa!

— Aprovecha hermana, captúralo. – Reí – Pero jamás dejes que se aproveche de ti.

— Nunca hermana, soy Piper. ¡Una rusa bien jodida! – Ambas reímos.

Luego de almorzar, termine el trabajo pendiente y gloria Dios, el adonis no se atravesó en mi camino. A las 6, acomode todo y baje al sótano donde estacionaba mi camioneta. Y donde justo me encontré a Felipe Kamesh montándose en su auto, que sofisticado, tiene chofer. ¿Esto es en serio? ¿Dios me castigaba así?

— Chaouu, Ariana. La veo mañana.

— Hasta pronto, señor Felipe Kamesh. – Me monte en mi camioneta y respire fuertemente.

Al llegar a casa, no dejaba de pensar en el. Esto no era un enamoramiento ni un cuento de hadas como yo era antes, era una fuerte atracción, su cuerpo me tentaba, me hacía pensar en más. Obviamente el no me ve así, y mierda, es mi jefe. ¿Como pensare en más? ¿Como querré tener algo con el? ¿Cómo podría si quiera acostarme con el? Mínimo terminare en la calle si al menos me le insinuó. Que desastre.