Dueño de mis suspiros

Alejandra Padilla es una chica mala... Al menos, eso es lo que pretende ser. Provocar, bromear y echar leña al fuego en cualquier discusión es su mayor entretenimiento. Se hizo mala reputación para llamar la atención de sus padres, una pareja conservadora y estricta, de la alta sociedad y que valoran la imagen de la familia Padilla, padres a los que no les importa mucho Alejandra, que se rebela para que se fijen en ella.

Alejandra no es como dicen, no es una "diabla" o "chica mala", como la llaman en la escuela donde estudia. Ella solo finge serlo, pero por dentro es solo una niña que necesita amor, afecto y protección. Ella entrará en un juego muy divertido y provocador cuando Niel ingrese a la escuela donde estudia, y en ella encontrará todo lo que siempre quiso pero nunca admitió.

Niel es el típico chico malo, chico malo, y que solo se preocupa por sí mismo. Es huérfano desde que la gente entiende. Criado por un traficante de drogas que le enseñó cómo salirse con la suya de la peor manera posible.

Niel fue colocado en el internado de Saundress para vender drogas, traficando a instancias del hombre que lo crió. Quiere convertirse en traficante de drogas y para eso tiene que demostrar que puede. Necesita concentrarse en lo que se le envió a hacer, sin distracciones y sin sentimientos. Lo máximo que puedes lograr es divertirte con algunas chicas, sin que nada que implique algo que pueda poner en peligro tu futuro.

Pero, ¿cómo puedes concentrarte en vender drogas cuando estás irremediablemente fascinado y enamorado de una mujer muy mala, un diablo provocador que te volverá loco?

Alejandra Padilla es una chica mala... Al menos, eso es lo que pretende ser. Provocar, bromear y echar leña al fuego en cualquier discusión es su mayor entretenimiento. Se hizo mala reputación para llamar la atención de sus padres, una pareja conservadora y estricta, de la alta sociedad y que valoran la imagen de la familia Padilla, padres a los que no les importa mucho Alejandra, que se rebela para que se fijen en ella.

Alejandra no es como dicen, no es una "diabla" o "chica mala", como la llaman en la escuela donde estudia. Ella solo finge serlo, pero por dentro es solo una niña que necesita amor, afecto y protección. Ella entrará en un juego muy divertido y provocador cuando Niel ingrese a la escuela donde estudia, y en ella encontrará todo lo que siempre quiso pero nunca admitió.

Niel es el típico chico malo, chico malo, y que solo se preocupa por sí mismo. Es huérfano desde que la gente entiende. Criado por un traficante de drogas que le enseñó cómo salirse con la suya de la peor manera posible.

Niel fue colocado en el internado de Saundress para vender drogas, traficando a instancias del hombre que lo crió. Quiere convertirse en traficante de drogas y para eso tiene que demostrar que puede. Necesita concentrarse en lo que se le envió a hacer, sin distracciones y sin sentimientos. Lo máximo que puedes lograr es divertirte con algunas chicas, sin que nada que implique algo que pueda poner en peligro tu futuro.

Pero, ¿cómo puedes concentrarte en vender drogas cuando estás irremediablemente fascinado y enamorado de una mujer muy mala, un diablo provocador que te volverá loco?

Niel es un vagabundo que necesita redención. ¿Y si la dama es tu redención?

Ella es una dama, él es un vagabundo.

Ambos lucharán por el amor que sienten el uno por el otro.

"Si amar es un pecado, prefiero pasar por el infierno solo para amarte para siempre..."

"Él es más yo que yo mismo. Sea lo que sea de lo que estén hechas nuestras almas, la suya y la mía son lo mismo"