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No te disculpare

—¿Qué? ¿Él es tu hermano?

—Sí. Me quedé en shock y pensé en todo lo que le había dicho de él.

—Maritza, sube.

 Me dijo  Lina mientras abría la puerta del copiloto

—No gracias, no te preocupes por mí. Tomaré el autobús.

—De ninguna manera.

Me miró fijamente y de mala gana me tuve que subir.

—¿Qué tal tu día hermanita?

Preguntó Él.

—Bien muy bien.

—Hermano, ella es mi nueva amiga Maritza.

—Maritza, él es mi hermano Aaron.

Él me miró y yo apenas pude decir hola.  A mi mente llegó todo lo que había sucedido anteriormente ¿Porqué tenía que ser él? De todos los chicos que podrían haber en esa universidad  porqué tenía que ser él el hermano de Lina.

Al ver que él no decía nada ella lo golpeo en el hombro.

—Cuidado, estoy conduciendo.

—Deberías comportarte como un caballero y decir: hola, al menos.

Le reclamó. Lo iba a golpear de nuevo, pero vio la marca en su cuello.

—¿Qué te paso en el cuello? Preguntó.

 ¡Oh Dios; le dirá que fui yo, pensé muy nerviosa. Pegué mi cara en la ventana queriendo no escuchar lo que diría.

—Una gatita me arañó.

 Lo escuché decir.

¿Él me está comparando con un animal? Lo miré furiosa.

—Deberías ir al hospital.

Le dijo muy preocupada.

—Tranquila, no es para tanto, así se comportan. No es nada grave.

 Apreté mis manos ¿Qué quiere decir con eso?

—Bueno si tú lo dices.

—Maritza, mi hermano puede llevarte después de dejarme en mi departamento.

—¡Qué!

Dijimos al mismo tiempo y ella nos miró extrañada.

—No molestes a tu hermano, seguro tiene cosas importantes que hacer.

Dije queriendo evitar que eso pasara.

—No estaré tranquila si él no te lleva.

—Tomare un taxi no te preocupes.

—Hermano, hazme ese favor. Te queda de camino a tu casa, que te cuesta llevarla.

—Está bien, está bien no te preocupes la llevaré.

Yo me sentía nerviosa solo en pensar que estaríamos solos en el auto, cómo se comportará ¿Querrá aprovecharse de mí? Si fue capaz de besar a una extraña que me hará ahora. Al rato llegamos al frente de un edificio enorme que se veía que era muy lujoso.

—¡Wao! Lina ¿Vives aquí?

—Sí, te invitaré otro día a pasar.

Hizo señas para que me bajara y me mostró los otros edificios vecinos, eran todos altos, elegantes y majestuosos.

—Nos vemos mañana. Se despidió.

—Ok, hasta mañana.

—Vamos, apúrate y sube.

Me dijo en un tono grosero.

Quise subir a los asientos traseros, pero las puertas estaban cerradas así que tuve que ir de copiloto. Puso el auto en marcha nuevamente y me preguntó:

—¿A dónde debo llevarte? Hablaba fríamente como si estuviera enojado.

—En la primera parada que encuentres.

Me cruce de brazos mirando hacia la ventana. Frenó el auto de repente y me fui de cabeza hacia adelante.

—¿Qué pasa contigo? Le grité.

—Le dije a mi hermana que te llevaría casa, si no me das la dirección, te llevaré a la mía.

Lo miré furiosa, era tan fácil para él hacerme enojar.

—Estoy cansado y con hambre, no pienses mal.

 En ese momento mi estómago también pedía comida, tenía tanta hambre.

—Dime la dirección y así podré irme a mi casa pronto. Le di la dirección, yo también tenía prisa en llegar a casa. Encendió el auto y avanzamos. Volteó a mirarme y me dice:

—Ese lugar a estas horas es peligroso, cómo puedes vivir en un lugar así.

No respondí y mire mi reloj en verdad ya era tarde, el tiempo se había esfumado sin darnos cuenta. Durante el viaje reino el silencio, no quería ni siquiera mirarlo. Sin darme cuenta me quedé dormida y cuando desperté estaba sola en el auto, me había dejado su chaqueta como frazada. La deje en el asiento y me bajé del auto, no sabía donde estaba. Hasta que lo vi salir de la casa.

—Por fin despiertas.

—¿Porqué estoy aquí?

—Bueno estabas tan dormida que no quise despertarte y como yo me sentía hambriento te traje a mi casa. Pensé que mientras dormías podía comer algo y luego llevarte de regreso apenas despertaras.

—Bien ya estoy despierta, pero no te preocupes llamaré un taxi.

—Buena suerte con eso, a esta hora nadie va querer llevarte a ese lugar.

—Está bien, apresúrate.

Le dije ya molesta y resignada a tener que volver a estar cerca de él.  Nos subimos al auto y luego de un rato por fin llegamos.

Abrí la puerta para bajarme del auto cuando lo escuché decir :

—Discúlpame por lo que pasó hoy.

Eso me sorprendió por completo e hizo que lo mirara.

—Lo hice para quitarme a una chica molesta de encima.

 Me miró.

Eso me molesto tanto que me baje sin decirle nada y le tire la puerta. Que descaro de él decirme que me utilizó y encima de eso quiere que lo disculpe.

Me alejé sin mirarlo y escuché como el auto se alejaba. Subí a mi cuarto y al parecer no había nadie de las personas con quien compartía el departamento, me bañe, prepare algo de comer, hice las tareas que dejaron y luego caí rendida en la cama, ya era muy tarde.

Al día siguiente me levanté temprano y me preparé para ir a la universidad. Llegué y Lina me esperaba, por supuesto que me cuestionó sobre cómo me había ido con su hermano.

Lina estaba sorprendida.

—Enserio Aaron hizo eso por ti.

—Por favor no le digas nada, todavía me da vergüenza ¿Cómo me pude quedar dormida?

—Es que me extraña, él  siempre trata a las chicas como moscas.

—¿Qué quieres decir?

—Lo que quiero decir es que no las quiere cerca, pero contigo no solo te dejó dormir en su auto si no que también volvió a conducir para llevarte a salvo a esas horas de la noche.

—¿Qué estás pensando? Tampoco es para exagerar. Ya olvídalo sí.

—Sabes Maritza, tengo el presentimiento que tú y yo seremos las mejores amigas.

—Gracias. También lo creo.

A la salida lo volví a ver, no sabía si pasar y no saludarlo o tratarlo cómo si no lo conociera. Si le decía a Lina de que lo había ignorado, no sabría cómo explicarle a ella mi comportamiento. Así que al final pasé y solo le dije hola e inmediatamente me alejé.

No me di cuenta que me siguió y cuando me alcanzó me preguntó :

—¿Aún sigues molesta?  Creo que ayer te pedí disculpas, pero no lo hice bien.

—No hay necesidad de que me vuelvas a pedir disculpas. No te disculparé.

Me di la vuelta y me fui.

 

 

 

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