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Cuñados

“Para los que ya no creen en el amor...

Sepa que todavía existe. "

Mia Connolly

Mateus

Estoy sentado en mi oficina, amo este lugar, después de todo yo era el ingeniero a cargo y planeé cada detalle, ha pasado un año desde la sede de mi empresa. Me dediqué mucho a los estudios y gracias a Dios desde mi graduación todo me ha ido bien.

Mi padre siempre luchó por criar a mis hermanos y yo sé que fue difícil para él prescindir de mi madre, pero hoy puedo brindarle una vida cómoda.

Estoy tratando de analizar un proyecto, pero realmente lo estoy intentando, porque mi mente está muy lejos, la ansiedad no me deja pensar en nada más que en Patricia, no puedo creer que estemos a solo diez días de nuestro boda.

Sigo pensando en lo divertida que es la vida, siempre soñé con casarme y tener hijos, pero primero me enfoqué en convertirme en ingeniero. Graduarme y abrir mi propia empresa era mi objetivo.

Pero como regalo de graduación, el destino me trajo a Patricia, la conocí en mi baile, me enamoré enseguida, es increíble, una mujer humilde, trabajadora y al igual que yo, ama a su familia.

— ¿Puedo pasar, jefe? —

Mirella me saca de mis sueños cuando pregunta y entra.

— Claro Mi, pero ya te lo dije, déjate de jefazos, ya tenemos más intimidad que eso, al fin y al cabo somos cuñados y amigos. Además, en unos días estaremos viviendo en la misma casa. ¿Me llamarás jefe allí también? —

juego con ella

— Está bien... Matthew, ¿puedo pasar? —

Dice riéndose y yo niego con la cabeza sonriéndole.

'Por supuesto que no, aunque todavía no estoy del todo cómodo con esta decisión de mudarme a la casa de tu padre.' —

— Ya basta Mi, así como mi padre y mis hermanos son sumamente importantes para mí, tú lo eres para Paty, ella te quiere mucho y todos nosotros también. Además, soñamos y estamos muy contentos de vivir juntos, queremos a toda nuestra familia unida. Y la casa, a pesar de estar a nombre de mi padre, es de todos nosotros, en cuanto conseguí un buen dinero me propuse comprarla, y la puse a nombre de mi padre porque él siempre trabajó duro para criarnos. —

“Lo sé, solo necesito un poco de tiempo para acostumbrarme, pero cambiando de tema, necesito que consigas estos papeles firmados antes de tu viaje de luna de miel. —

Me entrega unos documentos para que los firme.

"Firmo ahora, no puedo esperar para casarme". Ella estará feliz con su luna de miel en París, ¿verdad? —

“Estoy seguro de que sí, siempre está tratando de que le diga a dónde vas. —

- Que bien. ¿Necesitarás que haga algo más hoy? Voy a salir, voy a recoger a Paty, nos vamos a reunir con el decorador para arreglar los últimos detalles de nuestra habitación. —

— No, está bien, nos vemos mañana cheeeee... Mateus. —

Le sonrío y le entrego los documentos firmados.

— Hasta mañana, Mi. —

Digo levantándome para irme, pero antes de irme, le mando un mensaje a mi amor, haciéndole saber que estaré allí en treinta minutos.

Marcos

— Hmm, amor, te extraño. —

Patricia habla ya desabrochándome el cinturón y los jeans.

“Me muero por ser tuyo sin tener que esconderme y pedir cita. —

- Lo sé mi reina, yo también, pero ahora no falta mucho, en como un año podemos salir y casarnos, para disfrutar de nuestra fortuna. —

Mientras hablo, paso mis manos por todo su cuerpo, acariciando sus pechos que ya están duros, mostrando lo lista y loca que está por mí. Ya estamos ardiendo cuando su teléfono celular emite un pitido y sabemos que necesita verificar.

— Aff... Ot ya viene, tendremos que parar. —

Ella responde enviando un mensaje de texto a alguien en su teléfono celular.

"¿Quién o qué es Ot?" —

Pregunto con curiosidad.

— Mateus, Ot es la abreviatura de Otário, es que Ot me parece más cariñoso. —

—Jajajaja, no tienes corazón, ¿verdad? —

— Claro que sí, pero es solo tuyo, ahora vete, necesito vestirme, te veo en la cena, cuñado querido. —

"Bien, pero mañana no te escaparás de mí". —

Le doy un beso sin aliento y me voy.

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