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Demasiado tarde

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Jeni’sNovela
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Sinopsis

Sophia es una joven transparente sobre sus sentimientos, incluso queriendo ocultarlo, su expresión siempre la delata. Pero logró ocultarle un gran secreto a su amor de verano, Jason Hughes, por pensar que nunca se volverían a ver después de su regreso a España. Pero lo que muchos no saben, incluida Sophia, es que el mundo no es realmente tan grande y que el destino es impredecible... Por lo tanto, las coincidencias y los incidentes suceden todo el tiempo. Un amor de vacaciones, un embarazo no planificado y oculto... Después de cuatro años, ¿qué puede cambiar para la madre soltera Sophia y su bebé Alice?

EmbarazadaDramaChica BuenaAmistadFelicidad18+

Capítulo 1.

Aprovechando que hoy no tengo trabajo, voy a pasar todo el día con mi pequeña Alice, ya que de todos modos no me deja descansar ni dormir.

Caminamos en silencio por la acera hasta un parque cerca del departamento donde vivíamos.

Cuando ya es posible ver el pequeño parque del barrio y sus llamativos colores, la personita cuyos dedos estaban entrelazados con los míos, los arranca de mi mano entusiasta y corre directo al parque. Su pequeño cuerpo rebotaba arriba y abajo mientras me miraba con sus ojos brillando al sol.

—Abajo, quiero bajar. — Ali se emociona señalando un tobogán.

—Vamos vamos. — Termino respondiendo con la misma emoción mientras no puedo evitar reírme.

Se reía cada vez que la ayudaba a deslizarse, y mi corazón se hinchaba de amor con cada risa, con cada sonrisa que hacía. Y así fue como me di cuenta que no necesito mucho para ser feliz, solo las sonrisas de mi pequeña Alice.

—Ali, ¿cuántas veces tengo que ponerte en ese tobogán? Creo que ha sido veinte veces seguidas. — digo suspendiéndola para volver a ponerla encima del tobogán, según mi cuenta, ahora por vigésima primera vez.

—Cinco, diez... — Aplaude con sus manitas. — Otra vez, otra vez mami.

—Vale, hoy soy toda tu princesa.

—dos, tres y... sígueme mami. — Empiezo a reírme porque empezó a contar por dos y no por uno.

Ella cae y rápidamente la atrapo al final del tobogán antes de llegar al suelo acunándola en mi regazo.

—¿Alguien quiere helado de chocolate? — pregunto mirando a mi alrededor como si no la estuviera viendo; Todavía con ella en mi regazo ya esperando una respuesta inmediata.

— Yo aquí, me encanta el helado de chocolate . — responde Alice al poco tiempo sosteniendo mi rostro con ambas manos y volteándose hacia ella mientras en la parte de decir —te amo— grita.

—Hmm... Me encanta besar a los niños a los que también les gusta el helado de chocolate como a mí... Supongo que tendré que besarte mucho entonces. — digo llenándola de besos mientras ella se balanceaba riendo.

— ¿Vamos a la princesa Alicia? — digo poniéndola en el suelo y tendiéndole la mano. — La señorita Alice tiene que darse prisa o el jefe de los helados se comerá todos los de chocolate. — rápidamente toma mi mano y comienza a caminar frente a mí.

—Dos helados de chocolate, por favor. —pregunto mientras meto el dinero en la bolsa.

Me vuelvo a mi lado y Alice se ha ido. Me doy la vuelta y no hay Alice. Mi corazón comienza a latir más rápido y empiezo a entrar en pánico. Si le pasa algo, no se que hacer, vivo por ella...

Rápidamente agarro mi celular y estaba a punto de llamar a la policía cuando un cabello rubio aparece detrás de un remolque de hamburguesas cerrado ya que solo abre por la noche.

—Oh, Dios mío, Alicia. — Levanto una mano a mi corazón y la otra a mi cabeza tirando de mi cabello hacia atrás. — No puedo perder el tiempo por un segundo y te vas.

Todavía asustado pero aliviado de que no se haya ido realmente, me quedo quieto y observo sus movimientos.

Camina despacio torpemente como si no quisiera hacer ruido con los pies y yo la miro sin entender, cuando se acerca a mí, coloca ambas manos rápidamente sobre mi pierna y mira hacia arriba para poder verme. .

—ABUÚ— grita ella. Y entonces entendí, ella quería asustarme.

—Realmente me asustaste muchísimo. — le digo agachándome a su altura, y ella se ríe. — No me dejes así nunca más, ¿de acuerdo?

Ella asiente con la cabeza y la abrazo.

Después de mucho tiempo comiendo helado como Alice lo hace muy despacio... Nos sentamos un rato y luego la llevé a jugar con otros juguetes.

Volvimos a casa y pasé el resto del día viendo dibujos animados con ella y comiendo bocadillos. Después de todo, no siempre tengo todo el día para pasar con ella.

Después de comer se quedó dormida encima de mí mientras miraba la televisión.

Fui a la cocina a comer algo, y tan pronto como pasé el teléfono, tuve una gran necesidad de dejar mi orgullo a un lado y llamar a mis padres;

preguntar si todo está bien, decirles que pasé todo el día con mi hija y que nos divertimos, decirles cuánto está creciendo y haciéndose más inteligente... Tengo ganas de llamarlos todo el tiempo, pero sé que no Ya no me acoges después de mi embarazo. Así que quien no acepte a mi hija también tendrá problemas conmigo. Después de todo, es solo un niño inocente lleno de simpatía y amor para dar.

Suelto un fuerte suspiro de tristeza y voy a la heladera a buscar un poco de leche y me la bebo... Realmente pierdo el hambre con este tema.

Tan pronto como llegué a la habitación, ella estaba durmiendo tranquilamente mientras a veces sonreía.

Ella sonríe incluso en sueños.

Me río al pensar en una madre completamente babeando por su hija.

Ajusto la manta sobre sus pies descalzos y me acuesto a su lado, acariciando su cabello.

—Te quiero mucho hija mía, mi querida Alice. — susurro. — Jamás permitiré que te pase nada malo algún día, yo... te prometo que te protegeré. No dejaré que te sientas solo, siempre estaré a tu lado. Duerme bien, mi angelito.

Me despierto con una pequeña mano pellizcando mi nariz y riendo. Suspiro y sonrío mirando el reloj colgado en la pared: AM. Sí, por lo general se despierta muy temprano con ganas de su leche.

—Buenos días, mi amor.— Le doy un beso en la frente y ella sonríe.

La recojo y camino hacia el baño, le lavo la cara y le peino el cabello, que por cierto crece tan rápido como ella. Ella sola mueve su cepillo de dientes de oso de peluche sobre sus dientes blancos.

Cuando tengo que ir a trabajar, se queda con mi vecina, que ha sido una gran amiga y me ayudó desde el principio; incluso antes de que naciera Alice, señorita Pam. Cuando mis padres me echaron de la casa después de quedar embarazada, alquilé este apartamento y me mudé desconcertada, sin rumbo y sin saber qué hacer. Conocí a Pam, quien llamó a mi puerta y se presentó como mi vecina de arriba.

Ella vive sola ya que es viuda y su único hijo Jackson siguió la profesión de su padre y está en el ejército, según Pam ahora está en una misión secreta y lo único que sabe es que está en el extranjero, sin embargo, no sabe el lugar seguro. Entonces, los dos solos, terminamos juntándonos. Cuando le hablé de mi vida, me tomó de las manos y me dijo: — Ay, hija mía... Espero que no te culpes por nada, no hiciste nada malo, solo ahora tendrás una vida—. para cuidar, además de los tuyos. Tus padres se arrepentirán, solo necesitas darles un poco de tiempo para pensar —. Y así seguí pensando, pero mis padres todavía no quieren saber de mí, incluso después de todo este tiempo. Pero gané una gran amiga, una gran vecina y una gran segunda madre.

Después de poner a Alice en el piso, ella va a la sala a ver dibujar, donde se queda un buen rato mientras yo también hago el mío y luego voy a la cocina y le preparo la leche tibia y la tortilla para mí.

Como rápido después de tomar la leche de Alice y voy a la habitación a empacar la mochila de Ali la cual llevo a la casa de Pam con ropa para que pueda ducharse más tarde, unas galletas como snack que le encantan y algunos juguetes.

Tomo un cambio de ropa para mí: jeans, una camisa blanca lisa de manga larga y un abrigo delgado para atar alrededor de mi cintura ya que podría tener frío después del trabajo. Dejo la puerta del baño entreabierta, me doy una ducha rápida y me visto. Me recojo el pelo largo en una famosa cola de caballo y me pongo unas zapatillas de deporte.

—¿Tienes frío?— le pregunto volviendo a la sala y viéndola un poco acurrucada en el sofá con su botella vacía en la mano. Ella niega con la cabeza que sí.

Realmente es un día lluvioso afuera hoy, lo que hizo que el clima cálido en España terminara enfriándose.

Visto a Alice con un abrigo y un sombrero con orejitas de panda. El corazón salta con tanta ternura. Agarro mi bolso y la mochila de Alice y tomo su mano yendo al ascensor, cierro la puerta y tiro la llave en mi bolso. Cojo el móvil para echar un vistazo a la hora prevista:.

Necesito apurarme, tengo que estar en el trabajo a las: AM en punto, y todavía tengo que esperar el autobús ya que no tengo auto.

Tan pronto como se abrieron las puertas del ascensor y caminé hacia la puerta de Pam, allí estaba ella, ni siquiera tuve que presionar el timbre. A veces nos esperaba en la puerta, lo cual era gracioso. Le encantan los niños y se ha encariñado con mi pequeña Alice.

—¿No llegas tarde? — pregunta Pam, inclinándose para abrazar a Alice, quien corre a sus brazos.

—Si un poco.

—Ya estaba preocupado por el pequeño Ali. Dio: y no Alice me gritó y pateó mi puerta. — ella ríe.

— ¿No estabas preocupada por mí, Pam? — hago un puchero fingiendo estar triste.

—Claro, claro... Yo también estaba preocupado por la señorita Sophia, pero sobre todo por nuestra Ali. — ella sonríe y se levanta — Llegarás tarde más cariño, puedes irte y dejarme todo a mí ahora no te preocupes, y asegúrate de tener cuidado en las calles y regresar a salvo.

—Sí, sí.— Me río porque ella siempre dice lo mismo de —regresa sano y salvo—, —ten cuidado— y cosas por el estilo.

—Adiós hija mía, mamá volverá pronto. Sé una buena chica para Pam, ¿de acuerdo? — Me inclino para abrazarla. — Adiós Pam, gracias por todo, cuídate también. — También la abrazo con cierta facilidad porque es más baja que yo.

—Dale un beso a mami, Alice. — pregunta Pam haciendo el gesto y Ali la imita.

—Adiós amor de mi vida, llego tarde. — Sonrío, y le devuelvo el beso en el aire antes de salir corriendo y entrar al ascensor.

(***)