Librería
Español

Cuando vuelvas a mí 1

60.0K · Completado
Perpemint
52
Capítulos
37
Leídos
9.0
Calificaciones

Sinopsis

Ella aparece en su vida de una forma extraña, con un pasado misterioso y triste. Está seriamente cerrado, ya se ha metido en muchos problemas. Dueño de una cadena de famosos bares y discotecas en Bogotá. Su única familia es su hermano y su cuñada. Ocurre una tragedia. Y un ser diminuto une a Oscar y Valeria en una pasión alucinante. ¿El amor lo cura todo? ¿Qué les tenía planeado el destino? Ven a descubrir y déjate encantar por la historia de esta pareja llena de altibajos.

AmistadUna noche de pasiónSEXORománticorománticasDulceCelosoAmor-OdioChico BuenoChica Mala

Capítulo 1

Oscar

Otro día está llegando a su fin, sentado en el balcón de casa, miro cómo el sol se pone poco a poco sin mucha prisa. Me levanto de donde estaba cuando la oscuridad de la noche ya se hace presente desde hace unas horas. Voy a la oficina y tiro algunos papeles sobre la mesa, soy uno de los dueños de una cadena de discotecas y bares modernos en Bogota, me gusta administrar lo que entra y sale de mis finanzas por eso trabajo desde casa cuando Puedo. Salgo de donde estaba y voy a la cocina a preparar una merienda, no tengo criada, lo prefiero así, pero últimamente creo que necesito una para al menos organizar la casa que se ha vuelto un desastre, yo' No soy muy partidario del orden y esto se ha demostrado claramente. Me hago un sándwich rápido y me lo como mientras subo a la habitación para ducharme y vestirme. Salgo, tomo mi auto y voy al club.

Cuando llego noto que hay mucha gente, lo cual me parece genial.

- Buenas noches, señor Oscar. El barman me saluda en cuanto me ve cerca de la barra.

-Lucas ya dijo que no es necesario que me llame señor, me siento un poco viejo. Sírveme un whisky.

Se da vuelta y regresa con la botella, la pone en el vaso y se va a servir a otra persona.

Veo muchas mujeres mirándome, no es que esté convencido pero no soy del tipo que necesita ir tras una mujer, siempre me ven.

- Oscar, finalmente decidió salir de la nada y mostrar su gloriosa presencia. Miro hacia un lado y veo a Marco. ¿Qué milagro es este?

-Creo que el club es mi mierda .

-Señora, todo esto es de mal humor por no haberme comido a nadie, cariño.

- ¡ Qué gracioso! Hoy el movimiento es grande.

- Bueno, mi bolsillo te lo agradece. Él sonrió. Veo a una rubia mirándonos y acercándose a nosotros con pasos lentos y sensuales, Marco se da cuenta y sonríe con picardía. -Buena suerte, hombre. Dijo, dándole dos ligeras palmaditas en el hombro.

Marco y mi amigo teníamos como trece años, vinimos a Río y compramos un bar y con mucho esfuerzo logramos transformarlo en un bar de lujo y terminamos montando tres bares más y algunas discotecas en diferentes ciudades. .

Yo siempre he sido el serio que no se liga con nadie y Marco es el juguetón, desde hace poco más de cuatro o cinco años sale con Paula, una pelirroja vivaz, amable y un poco estresada pero que es buena y le hace Feliz, eso es para mí, lo que importa. Te mereces toda la felicidad del mundo.

- Hola gato, ¿no me vas a invitar a tomar algo contigo? Pregunta la rubia tetona mientras se detiene a mi lado.

- No me gusta perder el tiempo. Me levanto y me dirijo hacia la salida.

Vas a mantener esa cara o te vas a correr. Le pregunto mirando de arriba abajo lo que le molesta y ella viene hacia mí sonriendo, salgo del club, voy al auto, me subo y ella enseguida hace lo mismo.

-¿Vamos a mi casa o a la tuya? Dice cerca de mi boca, le pongo el dedo, no me gustan los besos de nadie, creo que los besos son demasiado íntimos. Me giro hacia el frente y digo.

- Ni lo uno ni lo otro. Enciendo el auto y me dirijo hacia el motel.

Tomo muchas mujeres y no lo niego pero nunca he llevado ni llevaré a ninguna mujer a mi casa, una regla personal es solo una mierda y ya está, se acabó y nada más hace las cosas más simples y mejores para a mí. Después de unas horas con la rubia, me levanto, me ducho, agarro mi ropa, me visto y me dirijo hacia la puerta.

- Vamos, mira, ni siquiera preguntaste mi nombre. Interrumpo.

-No _ Yo pregunté porque no quiero saber tu nombre, no me importa, fue solo uno Mierda cualquier cosa más .

- ¡ Cretino! tú no funciona . Ella grita enojada haciéndome poner los ojos en blanco.

-¿Yo querido? Ahórrame, te acostaste con un chico que ni siquiera te preguntó tu nombre y ahora quieres actuar como una mojigata. Me río irónicamente y escucho sus gritos estridentes.

No es que sea un mal tipo que humilla a las mujeres, doy placer y sólo si algunas se enojan porque no tienen más que eso, no es mi problema. Algunos apenas se dan a sí mismos el respeto que yo les daría o se sentirían ofendidos por su falsa moral.

Llego a casa y el silencio reina en cada rincón del lugar, recuerdo a Felipe quejándose del frío que hacía mi casa, pero la soledad ya se ha convertido en una gran amiga que aprecio. Me quito la ropa y me tiro en la cama y dejo que la penumbra de la mañana me guíe poco a poco hacia el sueño, haciéndome desmayar en minutos.

Capítulo no revisado.

" Cuando todo parezca perdido, allí estaré, porque siempre seré tu hogar."

Oigo a alguien cantar, pero no reconozco la voz. Busco las habitaciones de la casa y con cada paso me acerco al dulce sonido de la voz que ahora sé es la de una mujer. Subo las escaleras y al final del pasillo veo una puerta de donde parece venir el sonido. Abro la puerta de la habitación de un bebé y hay una mujer de espaldas con cabello negro que le llega a la cintura cantándole a un bebé en la cuna. Ella se vuelve hacia mí, sonríe y me abraza.

Me despierto con el celular sonando, me acerco al costado de la cama y lo levanto.

-¡Hola!

-¿Señor Oscar? Escucho la voz de Melissa, una empleada de ruta.

-dice Melissa

-Hubo un problema con las puertas de Rota.

-Manda a alguien a ver esto, quiero que todo esté en perfecto orden esta noche y la reapertura y no quiero tener dolor de cabeza. ¿DE ACUERDO?

- Sí señor.

Apago el celular y recuerdo el sueño pero no recuerdo el rostro de la mujer. Aprovecho que estoy despierta y me ducho, después de arreglarme voy a la cocina a preparar una merienda, pero cuando llego a la sala noto que realmente necesito una mucama, todo está fuera de lugar, polvoriento o sucio. .

Me hago la merienda y subo a la oficina a organizar las cuentas del negocio, generalmente paso la mayor parte del día en mi casa atendiendo todas las cuentas, me gusta saber todo lo que pasa en cada bar y discoteca.

Suena el móvil llamando mi atención.

-hola . Terminé respondiendo sin mirar quién era.

- Hola hermanito . Escucho la voz de mi hermano menor Felipe

- ¿ Recordaste que tienes un hermano?

- ¿ Desafortunadamente no puedo olvidarme de ti?

-Dime ¿qué hay de nuevo en llamarme?

-Te extrañé, cariño . Termino riéndome de su meliflua voz. Ahora en serio, Lais y yo decidimos volver a Río.

- Finalmente, llegó el momento de que ustedes dos regresaran. Hablando de Lais, ¿cómo está?

- Loco como siempre . Escucho un ruido al otro lado de la línea y un gruñido de Felipe que al parecer lo captó, así comenzaron a salir estos dos, entre bofetadas y besos.

- Estoy bien Nando y tú, ¿cómo es la vida ahí fuera? _Lais

-Normal, nada especial.

-Um, lo entiendo, voy a tener que colgar a Nando después de que hablemos, necesito enseñarle algunos modales a tu hermano.

-Está bien, ve allí . Apago el celular.

Mi hermano y yo siempre hemos sido muy unidos desde pequeños, él es la única familia de sangre que me queda. Nuestra familia era humilde y sencilla, mi padre murió cuando Felipe tenía un año y yo apenas . Mi madre terminó quedándose sola con dos hijos que criar, un tiempo después, para darnos una vida mejor, se casó con Antônio, pero en lugar de cuidarlo y protegerlo, él la maltrataba y golpeaba, varias veces yo volvía de la escuela y ella Estaba con marcas moradas. Esto pasó hasta que cumplí un año, cuando un día llegué a casa y encontré a ese cabrón amenazándola a ella y a mi hermano, entonces exploté y lo ataqué, lo golpeé como si no hubiera un mañana, pero lamentablemente lo había, le di un puñetazo. tanto en la cara que quedó horas inconsciente. Después de ese día desapareció y nunca más supe de mi madre, al contrario de lo que imaginaba, ella quedó devastada y me culpó por haber despedido a su marido. Pasaron los días y mi mamá se volvió alcohólica, no quería saber nada ni siquiera de Felipe, entonces para conseguir comida en casa me involucré en algunas cosas peligrosas y casi acabo con mi vida.