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Capítulo #2 ¿Somos una familia

Jhon.

Es temprano, por ende estoy seguro de que mi hijo está despierto, pero Patricia me conoce muy bien y no me dejará ir a pelearle.

Alejo mis manos de su cintura lentamente en silencio, ella se remueve y gira quedando frente a mí.

Abre los ojos y me mira con dulzura —No lo hagas ¿sí?

La abrazo de la cintura una vez más —Está bien —asiento, y ella se acomoda girando —. Por ahora, eres su madre y debe respetarte.

Ella se mantiene firme y toma mi mano que está en su cintura, la aprieta y me dice en tono bajo. —Lo sé, pero trata de entenderlo y no seas duro con él, me respeta pero sabe con que palabras herir y hacer entrar en razón, no quiero que se meta por ende me enojé.

Beso su cabeza —Trataré — susurro a su oído.

Patricia.

Si digo que no me lo esperaba, miento porque conociendo a mi hijo y a mi esposo, todo es posible.

Jhon lo señala con su dedo muy seriamente y le grita — ¡A tú madre la respetas!¿entendido?

Jhonny lo mira de la misma manera y tuerce sus labios — ¿Acaso tú lo haces?

Jhon nisiquiera lo piensa, levanta su mano y lo abofetea volteando le por completo el rostro — Mira, las órdenes las doy yo, y si hay algún problema me reclamas a mí —Lo vuelve a señalar —. Que sea la última vez, no tienes la menor idea de que daría yo por la mía.

Jhonny toca su mejilla y alza la mirada — ¿Acaso tu la valoras papá? ¿Eh? Notas los esfuerzos que ella hace para mantener de pié ésta familia, se traga todo lo amargo y trata de sonreír, al parecer soy el único que la escucha llorar y rogar que dejes esa ¡basura!—grita lo último señalándolo.

Jhon coloca sus dos manos su cintura y lame sus labios —Te prohíbo hablar de eso.

—Sí —Jhonny ríe sarcástico —¡¿Crees que no sé que eres un asesino?!

Al escuchar eso tapo mi boca conteniendo mis ganas de explotar, esto no saldrá nada bien.

—Te he dicho que te calles ¡maldita sea!— Jhon levanta su mano para darle otra bofetada pero los interrumpo.

Termino de bajar las escaleras. —Por favor basta, ya no sé como llamar esto porque no parece ser una familia.

Jhonny me mira y aprieta sus puños para caminar hacia la puerta.

Jhon lo sigue con la mirada y le pregunta —¿A donde vas?

—Saldré —dice Jhonny sin girar a verlo.

—Dije que nadie saldría, ahora vete a tu cuarto.

Jhonny abre la boca para decir algo pero lo interrumpo.

— Jhonny, por favor.

Ana baja corriendo las escaleras, y se para a mi lado. —¿Que está pasando mamá? ¿van a pelear otra vez?

Me agacho y quedo a su altura —No mi pequeña, ¿tienes hambre?

Ella asiente con la cabeza. — Sí, pero quiero que todos nos sentemos en la mesa como en la tele.

Le sonrío, asistiendo mientras me ahogo las ganas de llorar, ella también está viendo lo extraño que somos como una supuesta familia, una familia de verdad desayuna, almuerza y cena juntos pero ellos apenas ven a su papá.

—Adelanta té, Jhonny acompaña a tu hermana al comedor —Lo miro y le hago señas con la cabeza. Él asiente y toma de la mano a su hermana, caminan juntos hacia el comedor y quito la vista, al ya no verlos.

Miro a Jhon quien sigue frustrado —No quiero que le des más motivos para que sepan cosas que nisiquiera deberían imaginar.

Él me mira apenado y me dice —Tengo que irme.

Lo miro con ironía mientras frunso mi ceño —¿Y te atreves a decir eso luego de escucharla?

Niego con la cabeza, y tomo el camino hacia el comedor, pero él me detiene tomándome de la muñeca. Me mira y yo hago lo mismo pero con odio y resentimiento en los ojos. — Haz lo por tú hija —Me suelto de su agarre y voy al comedor.

—Lupe ¿ya les sirvió niños?– pregunto, sonriendo les.

Ana me mira entusiasmada, esa niña siempre está de ánimo —Papá estará con nosotros ¿verdad?

—Sí, cariño.

Jhonny remueve su tenedor —Sigue soñando.

—Jhonny —Le regaño —. Ya basta ¿sí?

Voy a la cocina y me encuentro a Lupe quien trata de hacer algo, pero parece frustrada.

—Lupe....—Le digo y ella sobre salta por lo cual me río.

—Ha pasado bastante tiempo ya, para que no te acostumbres a preparar comida asiática para mí esposo —Le digo en broma.

Ella baja la mano de su pecho lentamente y me mira a los ojos —Pero señora, si tampoco usted que tiene más tiempo con él.

Y sí, tiene razón ya debería acostumbrarme pero es que yo sólo me acostumbro a lo mío.

—Maria era una experta en eso, pero aprendí mucho con ella —Me encojo de hombros algo triste.

Lupe se acerca y me toca el hombro —Todos hacemos lo que podemos.

—Ve a descansar lupe, no quiero perderte —La miro con una sonrisa de boca cerrada.

Ella asiente sonriendo — Está bien, señora —Se marcha.

Termino lo que ella empezó y regreso a la mesa para servir, mi ojos caen en los de Jhon y tan sólo suspiro para sentarme a su lado.

Ana aleja su plato como de costumbre y me mira — ¿Cuando podemos ir a la escuela mamá?

—Yo te avisaré cariño —Le sonrío y ella asiente —.  Puedes llamar a una amiga para que venga si es lo que quieres.

—¿De veras?—Me pregunta emocionada y yo asiento.

Prosigo por mirar a Jhonny quien ignora a todos con la vista en su celular.

—No quiero que uses tu celular en la mesa, ¿de acuerdo?, que sea la última vez —advierto.

Él no me hace caso y sigue — Hay mamá, dejad de tratar de hacer como si fuéramos una familia.

—¡Jhonny es la última vez que repites ese tema y de ahora en adelante quiero que cierres la boca cuando estemos en la mesa!—grito ya cansada y molesta. Él se callla y en silencio guarda su celular para luego dejar caer sus manos sobre la mesa.

—¿Entendido?

—Sí, mamá —responde y yo sólo suspiro tocando mi cabeza, esto me supera demasiado y nisiquiera sé que hacer.

—Mamá, ¿por qué no comes?—La voz de Ana me hace alzar la cabeza.

Finjo una sonrisa rápidamente —No tengo hambre cariño, se pueden retirar si así lo desean. 

Decirle eso fue como desencadenarlos ya que se paran inmediatamente y se marchan.

—¿Qué está pasando?— pregunto alejando mis manos de mi cabeza.

Lo oigo soltar un suspiro.  — No lo sé.

Lo miro frunciendo el ceño con bastante ironía — ¿No lo sabes?, eso es una respuesta para ti.

—¿Y qué quieres que te diga?

— ¡Deja de tratarnos como si fuéramos a quienes les das órdenes sin explicaciones!— grito molesta. Me paro de la mesa y me cruzo de brazos mirándolo — ¿que somos para ti?¿eh?

Él se para y sostiene la mesa con ambas manos — Enserio, ¿quieres discutir?—Me mira de reojo.

Río con sarcasmo —Me satisface que lo digas —me alejo de la mesa para irme pero él se atraviesa en mi camino seriamente.

—Es sólo precaución, por favor Patricia, no quiero estar enojado contigo. 

—Fíjate que yo si lo estoy contigo —Lo señalo en forma de amenaza —. Jhon, te juro que un día nos querrás y no nos tendrás.

Me toma de la cintura y me pega contra la pared — ¿Qué harás? No eres capaz de alejarme de lo que más amo.

Trato de respirar acorde por la cercanía —A mí ya me estás perdiendo poco a poco y cuando mires tu reloj también a tus hijos.

Me aprieta la cintura y con su otra mano me toma del cuello —Dime que estás bromeando —pide.

—Eso quisiera Jhon, eso quisiera —digo entre cortada.

Él me mira serio y ríe levemente cosa que odio de él por consecuencias del pasado — ¿Sabes cuanto te amo?¿eh?—Acerca su rostro más al mío y dejo de respirar —. Si tan sólo quieres arruinarme y huir sólo engaña me y verás.

Mis ojos viajan a su labios, los cuales se tuercen y aprieta su mandíbula — ¿Qué?

Alzo la mirada y lo miro a los ojos —Dame otra razón para estar más enojada contigo y verás, me cuesta creer en tus palabras sabes.

—¿Qué quieres que haga? ¿eh?¿que quieres, Patricia?– Me pregunta pegando su frente con el mío.

—Ya vete, no que deberías irte, ya haz lo —ordeno entre dientes —. Dejaré de quejarme pero no molestes.

Trato de alejarlo pero me lo impide y me besa a la fuerza.

Lo golpeo una y otra vez pero él no me suelta — ¿Qué te pasa?—Trato de hablar pero él me calla tomando mi lengua cosa que me deja sin aire y por ende sigo golpeando lo. —¡Suéltame!

Él se aleja y sonríe divertido mientras toca sus labios — Adiós, reina —Se marcha.

Toco mis labios y hago un gesto de dolor al sentir dolor en mi lengua — Ése imbécil me chupó la lengua.

Me cruzo de brazos molesta pensando en como vengarme, al instante que me llega una idea me río.

—Ya sé como, a los hombres es fácil vengarse de ellos.

Al llegar la noche le llevé la cena a los niños a su habitación y se quedaron dormidos al rato.

Termino de vestirme con lo más sexy que tengo y bajo a sentarme en el sofá.

Pasa media hora y me acuesto cruzando los pies. Llevo puesto un baby doll color blanco y con eso le digo todo. Escucho la puerta por ende cierro mis ojos haciéndome la dormida.

Siento su presencia y su mirada sobre mí pero trato de ignorarlo cuando me muero de la risa por dentro.

—Sé que no estás dormida – dice con seguridad. Abro los ojos y sonrío con picardía un poco juguetona.

Me acomodo quedando sentada —¿Ya cenaste?

—Pensaba en llegar para la cena pero hubo un imprevisto —Se disculpa con amabilidad.

Me paro y lo miro —Te voy a servir, digo si tienes hambre.

Él me mira y coloca una mano en su cintura —Tengo hambre, pero de ti —Me dice serio.

—Sólo hago mi rol de esposa —digo y tomo el camino de las escaleras pero él habla.

—Sí, quiero cenar.

Suspiro y camino hacia la cocina sintiendo su mirada en mi trasero, voy a disfrutar eso, a puesto que está loco por tocarme, que pena no.

Se sienta y le sirvo sintiendo su mirada. —Quieres dejar de hacer eso —Le digo soltando el plato sobre la mesa.

Pasa su dedo alrededor del plato mirándome, con la otra mano afloja su corbata — ¿Sigues enojada?

—Buenas noches —Tomo el camino para salir del comedor.

—¡Patricia!—exclama y lo ignoro.

Al estar en la recámara me tiro boca abajo y trato de dormir, si pienso en mis problemas no podré así que imagino una vida feliz y un esposo normal que consiente a los niños sería tan distinto pero amo a Jhon y tal vez ese sea mi error.

Oigo y siento sus pasos —¿Piensas seguir así?

—¿Que me dijiste?¿eh? Que si quería discutir pues como ves no, así que haz lo que te de la ¡maldita gana!—digo sin sacar la cabeza de la almohada.

—Patricia estoy harto ¿sabes? —Se acerca en silencio.

—Y yo tengo mucho que gritárte.

—Haz lo, hagas lo que hagas nunca dejaré de amarte.

Me paro de la cama harta y disponible para enfrentarlo —Veo que estás ignorando que nuestros hijos están grandes y que saben lo que está pasando. 

Él alza las manos —Y ¿que quieres?, que los sienta y les explique lo que soy —Me dice con sarcasmo.

—¿Sabes algo?—meneo la cabeza —. Quédate con lo primero y lo que más amas de acuerdo, pensé que tu familia era lo primero pero me equivoqué y sabes algo, nos perderás, tal vez no te importe perderme porque hay miles de mujeres pero nunca tendrás a tú familia, tú primera familia. 

Sin previo aviso una traicionera y gruesa lágrima rueda por mi mejilla, no quiero llorar, no quiero hacerlo pero es la única manera de desahogar me.

Quito con mi mano la lágrima. —¿Qué te parece que alguien venga y nos mate a todos? Tú te consigues otra mujer y nueva familia, genial —río irónicamente.

—Sabes que nunca dejaría que nada les pasara —dice pasivamente.

—Me duele que no puedas hacer un sacrificio por tú familia, sino lo hacías por mí creí que al menos por tus hijos, tengo tanto miedo de que un día les pase o secuestren a uno de los dos. 

Caigo sentada sobre la cama y termino de una a un mar de lágrimas.

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