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CORAZONES ENTRELAZADOS

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Perpemint
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Sinopsis

***SAGA HERMANASTRO*** ORDEN DE LIBROS 1. Amor en Secreto 2. LA DULCE COMPLICIDAD 3.CORAZONES ENTRELAZADOS 4. Amor Prohibido en Casa *** Tras la muerte de su madre, Aurora se ve obligada a seguir a su padre a San Diego para conocer a su nueva pareja y su futuro medio hermano. Pero dentro de los muros de la villa de los Dillard vive otra alma atormentada, de mal humor y poco dispuesta a tener conversaciones pacíficas. Aurora conocerá el lado protector de su medio hermano Liam, pero también las maneras poco amistosas de Xavier, cuyo mayor deseo parece ser hacerla regresar a Casty del Norte y encontrarla fuera de esa casa. Pero cuando el dolor de Aurora se encuentra con el de Xavier, una cosa es segura: la tinta no será suficiente para ocultar las heridas en la piel. Crecieron en dos mundos diferentes, pero los une un dolor similar. Y será su pasado el que los una y los destruya en una lenta danza entre sentimientos de amor y odio. - ¿Sabes lo que hace un hombre que está verdaderamente enamorado? - - Pregúntamelo de nuevo cuando termine de destruir a quienes te lastimaron. -

RománticoDulceSEXOrománticasPosesivoAmor-OdioArroganteSegunda Chance

Capítulo 1

Son muchas cosas, pero no son esto.

Lo que tengo ante mis ojos no soy yo.

Mi cabeza está inclinada hacia atrás, mis hombros contra la pared y mis párpados medio cerrados. Un extraño destello de perezosa felicidad cruza mi rostro. Estoy en sujetador y pantalones cortos, con los dedos apretados débilmente alrededor de un vaso ahora medio vacío. Sobre mis piernas extendidas hay un libro y una bolsa transparente con el contenido que ya vi esa noche. Tristan agarra mi muslo, sus labios presionan mi cuello.

Estoy a punto de vomitar.

No me acuerdo. No recuerdo todo esto.

Sé lo que pasó antes, pero ya no sé lo que pasó después.

Me tocaron... ¿Hicieron algo más?

Y los veo de nuevo, esos monstruos. Los veo nuevamente mientras sonríen burlonamente. En otra ocasión sus garras marcaron mi cuerpo sin mi permiso. Contaminaron mi mente.

Pasó de nuevo y esta vez no recuerdo nada.

No es como cuando pasó con Janette y su hermano. Lo recuerdo bien. ¿Cómo puedo arrancar los pétalos amarillos para hacer que la amapola vuelva a sangrar si mi mente no es más que un agujero negro? Es esa flor débil ignorada por todo aquel que logra caminar descalzo por el infierno.

Un golpe en la puerta me hace saltar. Guardo el collar en el bolsillo trasero de mis jeans, borro la foto y luego los mensajes y voy a abrirlo.

Los ojos de Liam brillan con una extraña emoción. - Oye, Xav y yo vamos a ver una película, ¿quieres unirte? -

Miro hacia abajo y pienso en mí mismo antes de encontrar el coraje para mirarlo a la cara otra vez. - Pensé en leer un poco... - .

- Vamos, deja de quedarte encerrado en tu habitación. Xav quiere que estés ahí y yo también lo quiero - insiste. Ella tiene la dulce expresión de su madre en este momento. Maldita sea, es imposible decirle que no.

- Está bien, estaré allí. Elijo la película y apunto con el dedo índice a su pecho.

- Ya lo he decidido. Veremos la primera película de Shrek. Date prisa, vi tus calcetines, sé que tienes debilidad por ese ogro- , me guiña un ojo y se aleja tarareando All star en voz baja.

Me miro al espejo e intento arreglarme un poco el maquillaje antes de ir a la sala de cine.

Los chicos me esperan en el sofá. Xavier gira la cabeza en cuanto me oye llegar. Sus ojos, normalmente impasibles, ahora están sonriendo. Se acerca al apoyabrazos y señala el asiento vacío entre los dos.

- Oye – lo saludo y él me corresponde levantando la barbilla.

Me siento y Liam inmediatamente me entrega un cartón lleno de palomitas de maíz y un vaso enorme de coca cola con mucho hielo y limón.

- Si mi madre nos viera ahora mismo, probablemente le daría un derrame cerebral – se ríe entre dientes, pero sus ojos son melancólicos. - Tienes tu propia manera de unirnos aún más - me susurra al oído.

- Pero como sea – Le golpeo el estómago con el codo y él me lanza una mirada de complicidad.

Xavier acerca su hombro al mío, como si buscara un pequeño contacto, como si se sintiera excluido. Lleno el pequeño espacio entre nosotros con mi mano, esperando. Y después de unos segundos su pulgar dibuja pequeños círculos en mis nudillos. Me mira por el rabillo del ojo, fingiendo que no pasa nada.

- Soy como un burro - exclama Liam, atrayendo nuestra atención.

Xavier resopla, molesto. - No, es su burro. Rompe la polla de la misma manera. -

- No lo sé, Xav. Ella es tu fisgonea, no la mía. Sólo tú sabes cuánto te cabrea y de qué manera- , responde Liam con una sonrisa pícara. La coca casi sale de mi nariz. Él sabe.

Me aclaro la garganta y digo: - Ustedes dos, idiotas, cállense y miren la película. -

Ambos responden al unísono: - Sí, señora. -

En cierto momento Liam termina sus palomitas de maíz y comienza a comer las mías. La mayoría de las patatas fritas terminaron en el suelo junto con algunas almohadas. Acabo de descubrir que Liam a veces puede ser un verdadero desastre. Ver una película con él significa soportar en silencio sus inquietudes y su forma de recitar las líneas que más le gustan.

- ¡ Esta es mi parte favorita! - Grito señalando la pantalla con excesiva alegría.

-¡Empapame ! - grita Liam, estallando en carcajadas inmediatamente después.

- ¿Conoces al hombre de los panecillos? - , recita Xavier sin quitar la vista de la pantalla del televisor.

- ¿ El hombre de los panecillos? - , digo, siguiéndole la corriente y tratando de hacer mi voz más fuerte.

- ¡ El hombre de los panecillos! - Exclama Liam con voz aguda.

- Sí, conozco al hombre de los panecillos. ¿Qué vive en la harina? - , recitamos los tres al unísono.

Creo que he escuchado la risa de Xavier un par de veces, pero estoy convencida de que se ha convertido en una de mis favoritas. Y son tan pocos los momentos en los que decide dejarse llevar, que ni siquiera lo parece. La ira en sus ojos ya no ruge e incluso el odio que corre por sus venas opta por tratarlo con delicadeza.

Tiene una sonrisa genuina en su rostro. Parece... feliz .

Pero como siempre, su risa muere lentamente y regresa allí, dentro de su mente.

- Mira como le hago sonreír de nuevo – Me susurra Liam al oído y yo frunzo el ceño.

- ¡Oye, Xav! ¿Quieres jugar baloncesto más tarde? - le pregunta.

Xavier se vuelve hacia nosotros. - ¡ Cierto! ¿Vienes tú también? - , me mira con tanta intensidad que me hace sonrojar.

Nunca me invitaron a sus juegos. - ¿Quieres que esté allí? - digo tratando de recuperarme de mi asombro. Xavier pone los ojos en blanco.

- ¿ En tu opinión, Sherlock? - , murmura Liam.

Cuando termina la película, me quedo un poco más con Xavier.

- ¿Realmente te gusta tanto jugar al baloncesto? Pensé que tu pasión era golpear a la gente en la cara ; ellos le dedican una sonrisa burlona.

Se rasca la barbilla pensativamente. - Hagamos así. Responderé a tu pregunta si respondes a la mía. -

- Bueno. -

- ¿Aún amas a tu ex? - pregunta y me quedo como de piedra.

Después de un momento de vacilación, decido no perderme más en mis pensamientos y responder: - No sé lo que siento. Era importante para mí, pero no creo que me encantara... -

- No lo crees - repite, torciendo la boca - Entonces no estás seguro. -

- No sé qué decir. -

Apoya los antebrazos sobre las rodillas y se inclina hacia adelante, mirando a un punto indefinido de la habitación. - Vas a ir a la universidad en unas semanas, ¿verdad? ¿Dónde postulaste? -

- Me uní al CSUS - respondo. ¿Por qué esta pregunta?

- Se va a Berkeley - , declara con una risa amarga. - Estarás a unas dos horas de distancia. -

- Creo que he perdido el hilo – digo frunciendo el ceño.

- Tú y yo estaremos casi ocho horas separados - explica, pero yo sigo sin entender.

- Estaré en casa para las vacaciones. -

- Es inteligente, ¿no? -

- Tú también lo eres - respondo instintivamente, casi como si quisiera defender su imagen.

- Nunca terminé mis estudios - admite, pero no tiene el valor de mirarme a los ojos. - Después de todos los golpes que he recibido, creo que solo me quedan unas pocas neuronas - intenta reírse para ocultar su malestar.

- No es el número de neuronas que te quedan lo que determina tu nivel de inteligencia. La diferencia la marcan las conexiones sinápticas. Y de todos modos, podrías volver a estudiar en cualquier momento – lo tranquilizo y extiendo mi mano hacia su hombro, pero él se aleja.

- Conocerás a mucha gente. Encontrarás a alguien que entenderá mejor las tonterías que dices. Como las cosas que acabas de decir. Liam también se irá – escucho el nerviosismo en su voz. Tras un momento de silencio, añade con aire resignado: - Basta. -

- ¿Hacer que? -