Capítulo 2: El infierno
Aretha
Me toca salir y me encuentro en una sala llena de gente.
Hombres y mujeres me miran como depredadores.
- Tenemos a nuestro "show-stopper". Una joven que acaba de cumplir dieciocho años. Y es virgen. Ningún hombre puede verla desnuda. Ningún hombre que la toque, mira esta piel de porcelana, está hecha para ser acariciada, está hecha para ser decorada. ¡Mira qué hermosa es! ¡Empezaremos la puja en quinientos mil dólares!
- seiscientos mil dólares .
- Setecientos mil dólares .
- ¡setecientos cincuenta dólares!
Veo cómo luchan por comprarme.
Me excita, el traje que llevo es bastante transparente.
- ¡Este hermoso ejemplar es sólo tuyo! Puedes hacer lo que quieras con él. ¡Puedes enseñarle tantas cosas! ¡Imagínatela debajo de ti! Con sus preciosos ojos azules, ¡te está mirando hambrienta! Te desea y muy pronto la harás tuya.
- Ochocientos mil dólares.
- Un millón de dólares.
- ¡Un millón cien mil!
- ¡Dos millones de dólares!
Una joven y fresca virgen, ¡sólo para tu placer! Mira sus hermosos pechos, llenos y firmes. Serán todos tuyos, totalmente tuyos para acariciarlos. ¡Incluso podrías poner tu tercer pie dentro de ellos! Se sentirá como en casa.
Puedo oír las risas en la habitación.
- ¡Cinco millones de dólares!
- ¡No! ¡Seis millones de dólares!
- Diez millones de dólares .
- ¡Diez millones de dólares una vez, diez millones de dólares dos veces! ¡Diez millones de dólares vendidos tres veces!
¡Y ya está! ¡Me han vendido como mercancía! Me llevan a una habitación contigua.
- ¡Sienta el culo y pronto vendrán a por ti!
Me senté en una silla.
Diez minutos después. ¡Veo a una hermosa mujer que viene hacia mí! Podría decir que es una modelo, ¡es tan guapa!
- Ahora puedo ver mi mercancía de cerca. No está mal. Es una bonita pieza. ¡Vamos a disfrutarla en casa! ¡Eh, levántate y sígueme!
Giro la cabeza hacia ella.
- ¡Estoy hablando contigo! Déjame en paz.
Me levanto para seguirla. Llegamos a la entrada y hay un coche precioso. El conductor se baja para abrirle la puerta. Ella le dice:
- ¡Abre el maletero y mételo dentro!
- ¡Sí, señora!
Abre el maletero y dudo un momento antes de entrar. ¡Me tumbo dentro pensando en mi vida! De todos modos, ¡nunca he tenido suerte en la vida! ¡Estoy dejando un infierno por otro! Pero mi pregunta es, ¿cuál será peor?
Taylor
Un hombre está sentado en una silla, ¡cubierto de sangre! Sólo puede ver por un ojo porque le he arrancado uno. Se ha meado encima, lo que hace que la habitación apeste.
- Te lo ruego, no sé nada más, ¡te lo he dicho todo!
- No, seguro que no me lo has contado todo. ¿Quién es tu verdadero jefe?
- No lo conozco, nunca lo he visto. Nunca ha dado la cara.
Le doy una bofetada con la mano enguantada. Se cae de la silla. Mi guante tiene pinchos que lo hacen muy hiriente.
Puedo oler algo más: ¡acaba de hacerse caca encima!
- Idiota, ¿estás cagando?
- Lo siento .... ¡No he podido evitarlo!
- ¡Vas a conseguir que vuelva a tu vientre!
Llamando a los guardias:
- Desvístelo y lamerá cualquier cosa que salga de su ano.
Cojo un pañuelo para no respirar el olor de su caca.
- Ahora cómete todo lo que tengas en los pantalones.
- ¡No puedo hacerlo! ¡Por favor, te lo ruego!
- ¡Cómetelo o me iré contigo!
- Me lo voy a comer ....
Llora como un bebé. Le coge la mano y toma su caca medio blanda, duda un momento.
- ¿A qué esperas? ¡Cómetelo!
Inmediatamente se lo mete en la boca. ¡Noto que le da un ataque y tiene ganas de vomitar!
- ¡Si lo sacas, te lo vas a tragar!
Lucha contra las ganas de vomitar durante cinco minutos. Antes de tragarse la caca por completo. Levanta hacia mí su cara llena de mocos, lágrimas y sangre.
- ¡Señor, tenga piedad!
- ¿No has aprendido que la lástima no existe? ¡Come rápido para que podamos seguir adelante!
Voy a tomar asiento en la entrada de este almacén para tomar un poco de aire fresco.
Come despacio, su cara expresa todo el asco que le da comerse su propia caca.
Una hora más tarde, por fin ha terminado. Todavía está luchando contra el impulso de sacarlo todo.
- Si sale, tendrás que tragártelo.
- ¡Lo siento, señor!
- Ahora, cuéntamelo todo, quiero todos los detalles.
- Así es como iba a hacerlo, iba a sustituir los diamantes y reemplazarlos por falsificaciones. Una vez que tuviéramos el dinero, podríamos revenderlos para ganar una doble comisión.
- Voy a dejarte ir para que puedas darle un mensaje a tu jefe.
- ¿De verdad vas a liberarme?
