Prólogo

Cam, o sedutor

Prólogo

Siempre he sido una buena estudiante, una excelente hija y una novia maravillosa, pero de unos días a esta parte he estado segura de que no sirvo para el amor. Estoy al final de mi relación, siento que ya no lo quiero como antes. De hecho, ni siquiera sé si mi amor por él es como alguna vez imaginé, como en las películas en las que los personajes femeninos suenan fríos, tienen mariposas en el estómago, se ponen ansiosos, les tiemblan las manos, se les sonroja la cara y tienen miradas intensas que incluso arden. Nunca me he sentido así con Marcio. Creo que el problema está en mí, porque él siempre ha hecho todo tal y como me lo imaginaba. Siempre tan caballero, atento, amable. Es un encanto. Cuando lo vi por primera vez, me encantó. Era todo lo que buscaba en un hombre, pero... los últimos días, las cosas han sido extrañas entre nosotros, frías. Todavía no hemos tenido nuestra noche de amor, porque no me siento preparada, y eso le ha molestado, me parece. Ya no me imagino a los dos amándonos, sintiéndonos, porque ahora ya no le quiero. Ahora lo que siento es un gran afecto por él y no tengo ni idea de cómo decírselo.