Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 2

- Puede que seas fuerte, pero no podrás resistirte a mí - le dijo el chico, sonriendo dulcemente y luego comenzando a besar su cuello.

- ¡ Cerdo! - Exclamó Cory riendo, tomando su cabeza entre sus manos y levantándola para mirarlo a los ojos.

- ¡ No. Lobo! - Xander respondió besándola apasionadamente.

Así les gustaba: mirarse a los ojos y tener la certeza de estar siempre el uno para el otro. El suyo era un amor apasionado, romántico en algunos aspectos, pero animal en otros; Eran dos muchachos mayores, pero también dos lobos indomables y con alma de hierro.

Xander apretó sus nalgas y la presionó contra él, tenía que sentirla. Siéntelo como tuyo. En respuesta, Cory se mordió el labio inferior haciéndolo estremecerse y dándole un gruñido que conocía muy bien. El chico la miró sin dejar de gruñir y sonreír.

- Eres una perra. Sabes cómo hacerme engañarme haciéndome creer que pasarás toda la tarde en la cama haciendo las peores cosas, pero ahora inventarás cualquier excusa para llegar a esta noche.

- Eres perspicaz - le dijo dándole un último beso antes de soltarse de sus brazos.

- No puedes hacerme morir de deseo todo el tiempo - se quejó Xander quitándose el maletín que aún tenía sobre sus hombros.

- Oh si puedo, por eso me amas – respondió la niña, haciendo lo mismo - ¿Qué tal si vamos al lago? ¿Quieres? - -le preguntó mientras se recogía el pelo en una trenza a un lado.

- ¡¿ Por qué no?! -.

Echó a correr y se arrojó desde la terraza que daba al bosque, transformándose en un gran lobo rojo.

Detrás de él, Cory hizo lo mismo, transformándose en un hermoso lobo gris y blanco, más pequeño que su compañero. Se miraron y luego comenzaron a correr como el viento por el bosque.

Sus sentidos eran más agudos: podían oír el corazón de cualquier animal del bosque, cada batir de alas, cada gota de agua, la savia fluyendo dentro de los árboles; podían ver cualquier detalle a su alrededor; podía oler todos los olores que los rodeaban, distinguiéndolos uno por uno. Eran parte integral del bosque, de la naturaleza que los rodeaba: ¡eran lobos!

Se lanzaron hacia el bosque. Cory inhaló bruscamente y olió el dulce aroma a nuez de Xander, que se destacaba entre los miles que la rodeaban. Saltaron un arroyo y corrieron entre las rocas, hasta llegar a una pequeña colina que dominaba el lago; el aroma de las flores embriagaba el aire e impregnaba su pelaje.

-Es hermoso -, le dijo. Cory solo está pensando

-¡Sí, lo es! - el respondió el lobo rojo al lado de ella.

Permanecieron largo rato contemplando el panorama, uno al lado del otro, mientras el sol calentaba el viento frío que venía del Norte y les erizaba el pelaje. Todo era perfecto.

- Ren, ¿pasa algo? - Preguntó Darren, llevándole la taza de té que había preparado.

- No, no - respondió el niño que, poco antes, había estado mirando por la ventana absorto en sus pensamientos.

- Te conozco bien Antonio West, ¿período difícil con Esqueda? - preguntó ella, sentándose a su lado.

- No, con Esqueda todo está bien, pero algo anda mal. Tengo la sensación de que algo debe pasar -.

- Sabes, cuando un alfa tiene un presentimiento sobre su entorno, generalmente es real - le dijo su amigo, sorbiendo su taza de té.

- Chicos, ¿van a quedarse ahí mucho más tiempo? - Preguntó Jace detrás de ellos - Ambos sois antisociales -

- Cállate, rubio - Ren lo miró burlándose de él.

- No Jace, son dos -lobos solitarios - - Mario soltó una carcajada, seguido de cerca por Jace y Nathan, y este último casi se cae del taburete en el que estaba sentado.

Esqueda se despertó en cuanto vio las siete figuras caminando cerca del lago y agudizó su mirada.

-¿Hay algo mal? - Xander le preguntó, siguiendo la mirada de su compañero y también poniéndose de pie.

Recibió una respuesta simple.

-¡Vampiros! -.

Los dos lobos olisquearon el aire: los intrusos no tenían olor, ni latidos del corazón y corrían a una velocidad impresionante. Realmente eran vampiros.

Esqueda gruñó y corrió hacia las orillas del lago con Xander a su lado.

¿Dos lobos contra siete vampiros? ¡Nunca lo habrían logrado!

-¡ Ren! ¡Vampiros! ¡Al lago! ¡¡Ven AHORA!! - Esqueda gritó en la cabeza de su hermano.

En respuesta recibió un gruñido de profunda ira.

Los vampiros se dieron cuenta cuando Nathan y Jace, los más rápidos de la manada, emergieron del bosque gruñendo: el espléndido lobo blanco como la nieve con ojos gélidos estuvo a punto de agarrar a uno de ellos por el brazo, pero fue arrojado al suelo.

Su compañero, Nathan, un lobo beige con ojos verde oscuro, mordió a uno en el cuello. Cuando Xander y Cory entraron en la refriega, Mario llegó justo a tiempo para defender a Jace, que todavía estaba en el suelo. Darren cargó.

El gran lobo negro fue inmediatamente atacado por uno de los vampiros que avanzaba hacia Mario, el único que tenía los ojos rojos mientras se transformaba en un enorme lobo marrón.

La batalla estaba en pleno apogeo cuando, de repente, Esqueda fue tomada por detrás; la niña se retorció y mordió al vampiro en el brazo, pero él no lo soltó y apretó más fuerte, se escuchó un crujir de huesos y el joven lobo soltó un aullido de dolor. Le había roto el hombro.

De repente el agarre se aflojó y un grito de dolor se abrió paso entre los presentes mientras Nathan corría para apoyar a Esqueda: Ren había salido de la nada en cuanto escuchó el grito de dolor de su hermana y se arrojó sobre el vampiro desgarrando su espalda. Xander, que también había notado lo que estaba pasando, le cortó la cabeza con un preciso mordisco en la garganta.

Los lobos se volvieron hacia los vampiros, gruñendo más ferozmente, y los enemigos, gritando el nombre de su amigo, huyeron.

-¿Estás bien? - —le preguntó Nathan, levantando su pata con el hocico.

-No, duele muchísimo -, gimió Cory.

-Se curará en unas horas, intenta aguantar - sugirió el lobo beige.

Más lejos Jace se levantó dolorido.

- Oye, ¿qué te pasó? - Mario le preguntó oyéndolo gemir.

- Ese bastardo me rompió algunas costillas -, respondió con un gruñido.

Xander, Darren y Antonio se transformaron primero.

- Xander, ve y ayuda a Mario a llevar a Jace a casa - ordenó Antonio, girándose hacia el niño, quien asintió y se transformó nuevamente en lobo - Darren, Nathan, salid a patrullar esta noche, yo llevaré a Cory a casa -

- Está bien, nos vemos mañana. Si hay algo te lo haré saber - respondió el niño transformándose nuevamente en lobo y corriendo hacia el bosque seguido de Nathan.

Mientras los demás se dirigían hacia la casa de Xander y Jace, Ren se agachó junto a su hermana y le acarició la cabeza.

- ¿ Puedes transformarte? - le preguntó suavemente, Cory asintió y, donde antes estaba el lobo gris, ahora estaba la espléndida chica rubia sosteniendo su dolorido hombro - Bien hecho Cory - sonrió el alfa.

Juntos emprendieron el camino a casa, pasando por un camino que atravesaba transversalmente el bosque, ahorrándose muchos kilómetros.

- Gracias Ren - dijo en cierto momento la niña volviéndose hacia su hermano, pero este no la miró cuando respondió

- No tienes que agradecerme. No debería haberle dejado acercarse tanto. Debería haber intervenido antes -.

- No, soy yo quien debería haberlo notado, pero estaba demasiado ocupado buscando… -

- Yo... - concluyó el chico la frase - estabas demasiado ocupado buscándome . No me viste y te preocupaste. Te oí susurrar mi nombre antes de que te atacara, pero estaba buscando un buen lugar para atacar. Luego te escuché gritar y nunca más te vi - su tono destilaba ira y culpa.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.