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Capítulo 1: La humillación sin precedentes

—Quítate la ropa y ponte en la cama.

La voz fría del hombre sonó para dar una orden en voz baja.

—¿Me oyes? Hazlo de inmediato —dijo en tono dominante el hombre.

Al ver que la mujer no reaccionaba, una vez más mostró la impaciencia. Era como si esa mujer que estaba en la oscuridad fuera su esclava.

Fionna estaba muy asustada por su voz fría, y justo cuando extendía la mano para quitarse la ropa, sonó el teléfono.

El timbre del teléfono aterrador rompió el silencio y oscuridad de noche, pero cuando vio el identificador de llamadas, vio algo de esperanza.

Fionna respondió la llamada rápidamente, no obstante, la otra persona no le dio la oportunidad de hablar.

—Fionna, ¿no necesitas dinero? Puedo darte una oportunidad. Nunca hemos hecho el amor durante tanto tiempo que hemos estado juntos. Si ahora vienes enseguida a complacerme bien en la cama, puedo darte el dinero del tratamiento médico de tu madre.

Las palabras que venían del otro lado de la línea hicieron pedazos una vez más las pocas esperanzas que Fionna.

—Dei...

—No llames mi nombre, no eres digna.

Fionna quería dar una explicación, pero no esperaba que él estuviera tan disgustado con ella hasta ese punto.

—¿Puedes calmarte y escuchar mi explicación? Me consideraste estafadora directamente por los rumores. ¿Crees que esto es justo para mí? ¿Es amor verdadero lo hay entre nosotros? ¿O...?

Fionna estaba luchando con el poco orgullo que le quedaba, pero la persona que estaba al otro lado ya había perdido toda la paciencia.

—No hace falta que me expliques nada. Esta es la única oportunidad para ti. No me digas las tonterías. Solo dame una repuesta.

Fionna se sintió desesperada de nuevo y la última luz ya había desaparecido. Su dignidad que ya carecía de valor fue pisoteada sin piedad, y su corazón estaba tan dolorida que se había vuelto insensible.

Hacía tres años, un accidente de coche acabó con la vida de su padre. Su madre había salido herida muy grave, ahora estaba al borde de la muerte. Aunque su hermana menor no resultó gravemente herida, se había desmayado por la sangrienta escena que vio.

Se determinó que su padre era el responsable del accidente, por eso toda la compensación por el conductor muerto y una persona lesionada sería a cargo de Fionna.

Para colmo de malas, la empresa de su padre quebró con enormes deudas. Los acreedores incluso vinieron al hospital para pedir las deudas. Después de enterarse de que su padre había muerto, tampoco dejaron en paz a Fionna.

La única persona que podía ayudarla solo se quedó su novio: Deivid Gallardo. Pero esté no solo la rechazó con crueldad sino también que la humilló. Resultó que Deivid ya había amado a otra mujer. La infidelidad rompió toda su esperanza.

Pensando en esto, el dolor le hizo volver a la realidad. Ahora, este desconocido delante de ella era la única persona que podía darle dinero.

No sabía su identidad ni siquiera su nombre porque todo eso no le importaba a ella. Mientras pudiera dar a luz a un hijo para este hombre, podría sacar el dinero y poner fin al crisis.

Todo eso solo fue un negocio que satisfizo las necesidades de ambos, ¿por qué no?

Fionna suspiró profundamente luego respondió directamente

—Ya he encontrado a otro hombre, que puede ofrecerme el dinero mucho más que ti. Se acabó entre nosotros, Ojalá no te arrepientas.

Apenas colgó el teléfono, empezó a quitarse la ropa con enojo y luego se acostaba en cama desnuda sin vacilaciones como una guerrera valiente aceptó el juicio de la muerte.

En ese momento, sintió que la frialdad ya había invadido todo su interior.

Era obvio que la persona que la llamaba era un hombre, lo que hizo que el hombre del dormitorio frunciera el ceño. Si no fuera porque su tío tenía ambición de los bienes de su familia y además el force de su abuelo, no podría dejar a una mujer desconocida darle la luz a un hijo para él.

—Si no eres virgen, ni penar en conseguir ni un céntimo.

La fría advertencia sonó como una humillación sin precedentes para Fionna. ¿Cómo podía haber caído tan bajo? No tenía ni derecho a ser confiada.

—Pruebe, y verás.

Por dinero, solo pudo fingir ser fuerte.

Fionna nunca había tenido experiencia así. De modo que se estremeció cuando el hombre la tocó, pero con forme la cálida palma del hombre iba deslizándose por todo su cuerpo, comenzó a sentir calor por todas partes.

El hombre también notó que Fionna no tenía experiencia, pero cuanto más reaccionaba así, más satisfecho estaba él. No fue hasta que rompió violentamente la última barrera que estuvo seguro de que la mujer era virgen.

Fionna había gastado todas fuerzas después de ser torturada, yacía desnuda en la cama. Todavía podía notar claramente el dolor en la parte inferior del cuerpo. La temperatura residual en la habitación no disminuyó, en este momento se escuchó la voz fría y despiadada del hombre.

—Estás ovulando estos días, por lo que no ve a ningún lado, vendré en cualquier momento.

El hombre se puso rápidamente su bata, le estaba dando la espalda a Fionna, y todo lo que decía no transmitía ninguna pizca de emoción.

El hombre dio unos pasos hacia adelante y se detuvo.

—Ya que has recibido el dinero tienes que cumplir con las reglas, de lo contrario sufrirás las consecuencias.

De ese modo Fionna fue abandonada en ese extraño y oscuro dormitorio por el hombre impasible.

En ese momento, finalmente pudo dar un suspiro de alivio y no podía las lágrimas se le cayeron. El hombre volvió al día siguiente y Fionna volvió a desempeñar sus obligaciones, pero la situación de hoy era mucho mejor que el día anterior.

Después de la pasión, no les dieron ni tiempo de sentir la respiración del otro, el hombre se puso de pie sin piedad. Fionna también sintió la frialdad por su gesto.

La habitación seguía siendo toda oscura, pero Fionna se sentó y envolvió su cuerpo en una sábana.

—¿Puedo… salir un rato esta tarde?

Preguntó Fionna tentativamente.

Sin embargo, la voz fría la decepcionó.

—No, devuelve el dinero si quieres salir.

El hombre se arregló rápidamente y luego dio pasos grandes con la intención de marcharse.

—Espera, ¿cuándo podré salir?

Fionna continuó preguntando.

Pero no hubo respuesta.

El hombre continuó caminando hacia la puerta como si no la hubiera escuchado.

Fionna saltó apresuradamente de la cama desnuda y bloqueó al hombre poniéndose delante de él. Tenía la espalda pegada a la puerta fría y de frente estuvo pegada al hombre.

De esa forma el hombre chocó con el cálido cuerpo de la mujer; sin embargo, no estaba emocionado, sino enojado.

—Apártate.

Aunque el fuerte grito asustó un poco a Fionna, todavía insistió.

—Me apartaré después de decir lo que quiero decir.

—Sé que no confías en mí y romperé las reglas si salgo de aquí, pero...

—Cállate, no hay peros. Te echaré de esta habitación si no te apartas ahora mismo.

La voz fría sonó de nuevo, haciendo que Fionna se quedara aterrorizada.

—Señor, no te enojes. Solo quiero saber cuándo puedo salir. No me escaparé ni veré a nadie. Si te preocupe, puedes encontrar a alguien que me siga. Soy...

Fionna también quería replicarle gritando, pero su situación en ese momento no le permitía ser arrogante.

—Lo diré por última vez, apártate del...

La frase que aún no se había terminado fue detenida por la loca delante de él con la boca.

Esa era la única forma que se le ocurrió a Fionna para calmar a un hombre.

El hombre frunció el ceño con frialdad y empujó a Fionna con fuerza.

—Ah…

Fionna se cayó al suelo, pero, aun así, no pudo retener al hombre y tampoco consiguió la oportunidad de salir.

El hombre se fue con arrogancia y Fionna se levantó tambaleándose sin encender la lámpara del cuarto.

Era mejor no poder ver nada, porque al verse con claridad, no pudo contener las lágrimas.

Desde que nació hasta ahora, ¿cuándo sufrió tal humillación? ¿En qué se diferenciaba esto con estar en prisión? Su familia se quedó en las ruinas, encima fue traicionada por su novio. ¿Había alguien más desgraciada que ella en el mundo? ¿Qué había hecho para vivir una vida tan triste?

Fionna se secó la sangre del brazo y volvió a apagar la luz. Cuando llegó a la ventana y abrió un poco las cortinas, vio con éxito la espalda del hombre.

Sus piernas largas y delgadas caminaban a un ritmo firme. Llevaba un traje bien recto, y tenía su cabello meticulosamente peinado. Las chicas gritarían de admiración con solo ver su espalda, pero ese hombre era la vergüenza de Fionna para siempre, y nunca olvidará esa imagen de su espalda.

Fionna se estaba volviendo loca, porque el teléfono se rompió y no podía contactar con el hospital. Además, estaba encerrada con llave y no podía salir.

Aguantó hasta la hora de la cena, una criada vino para traerla la comida. Entonces suplicó durante mucho tiempo para pedir por prestado su móvil y llamar a la enfermera.

Dio un suspiro de alivio cuando se enteró de que su madre y su hermana estaban bien por el momento.

Todo lo que tenía que hacer ahora era persuadir al hombre para que la dejara salir y pagar los gastos médicos de su madre.

Un día después.

Fionna abrió la puerta y llamó a la criada.

—Decidle a vuestro jefe que la temperatura de mi cuerpo está subiendo ahora, y que es el mejor momento para ovular. Así que será mejor que venga.

Fionna solo podía ver a ese hombre de esa forma, no podía tener en cuenta nada más.

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