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Amor del ABOGADO

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Sinopsis

Una casa. Un abogado. Un artista visual. Tres niños. Cuando el destino une a Mendes y Fabiola para cuidar de los hijos de una pareja de amigos, dos mundos diferentes chocan. Mendes es la tormenta, mientras Fabiola es la calma. Son como dos colores divergentes en una misma pantalla. Entre noches de insomnio y cepillos esparcidos por la casa, los dos descubrirán que, exactamente en un mes, es posible volver a sentir el corazón herido.

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Capítulo 1

-¿Hola? ¿Pelo de fuego? Tengo una gran noticia para alegrar tu vida. ¡Me voy a Brasil!

-¡Mendes, mi mejor amigo en todo el mundo! ¿Eres tú quien me llama? Yo no creo. Eres el ángel que dará color a mi vida, la respuesta a mis problemas, además de ser el hombre más sexy del mundo (después de Landon, claro). Te extraño muchísimo, te prometo que te buscaré varias mujeres para que tu estadía en Brasil sea inolvidable. - dice Alyssa, con la voz vivaz y fina que tenía.

Bueno, a decir verdad, es obvio que ella no dijo eso. Esto era sólo la encarnación de lo que creía que ella diría si tuviera el coraje, pero por supuesto el pelo de fuego no era lo suficientemente valiente para eso. En cambio, ella simplemente dijo:

-¿Por Brasil Mendes? ¿Buscar qué? ¿Me molesta? Mírate intrascendente, tengo tres hijos que criar y no tengo tiempo para escuchar sus fiestas en persona. Suficiente para la llamada. -dice exasperada. Me río a carcajadas, llamando más la atención de la que debería y uniéndome a la fila de abordaje.

-¿Cuánta animación hay? Sólo porque dijiste eso, estoy muy emocionado ahora mismo por subirme a este avión, sólo para cabrearte. -Digo sonriendo pensando en lo mucho que extrañaba burlarme de la pelirroja todas las mañanas.

Alyssa fue lo mejor que obtuve de Boston en un intercambio que hice hace años. Ryan, mi mejor amigo, había fallecido y estaba completamente enFabiolado de ella.

Sintetizando la historia, terminamos superando juntos su muerte y ella se convirtió en una verdadera hermana para mí. Hoy estaba casada con un arquitecto de muy buen gusto, como me gustaba decir, llamado Landon Harper. Confieso que era un buen tipo y se merecía a Alyssa.

-¿Y dónde piensas quedarte? Espero que no sea aquí en casa. Mis hijos no merecen ver mujeres con poca ropa caminando por casa todos los días. Además, no pondré a prueba a mi marido para ver si encuentra los traseros de otras mujeres más atractivos que el mío. -dice en tono irritado y escucho un llanto de bebé de fondo de la llamada.

-¡Ni siquiera vengas con eso! Mueres sabiendo que el arquitecto de muy buen gusto pondría tu trasero en un cuadro como exhibición solo para demostrar cuánto te ama, y tus hijos todavía no saben ni cagarse. No vas a dejar que tu mejor amigo se quede en un hotel, ¿verdad? No tengo dinero para ese pelo ardiente.

-Ay, pan duro portugués. Tienes dinero, ¡lo único que te falta es una sensación de vergüenza en tu rostro!

- Señores pasajeros, el vuelo hacia la ciudad de Sao Paulo, Brasil saldrá en minutos.

-Vaya, Alyssa, te convertiste en una madre aburrida, ¡ves! ¿Qué es esto, la crisis del futuro? -Pregunto y le entrego el pasaporte a la mujer de expresión cerrada y cabello recogido frente a mí.

-Mendes, te voy a incinerar. Deja de molestarme y ven rápido, antes de que cambie de opinión.

-Sabía que aún conservabas un corazón bueno, joven y piadoso. -Digo y le guiño un ojo a la mujer, quien rápidamente cambia de expresión y se sonroja avergonzada.

-Espero que tu avión se estrelle.

-Tú también vives en mi corazón. Por la mañana llego, espero que haya mucamas calientes. -Digo sonriendo y cruzo la puerta de embarque, viendo a la mujer suspirar.

- Mendes TU...

Y así fue como le colgué, por enésima vez este año. Subo al avión y me acomodo en mi asiento. Apago el celular, sonrío y pienso en cuántas mujeres me esperaban en Brasil.

Me puse mis gafas graduadas, que ahora llevaba conmigo constantemente debido a la miopía que había adquirido en los últimos dos años, y apoyé un libro al azar en el sillón para fingir que era un hombre relativamente culto. Este tipo de cosas siempre atrajo a las mujeres.

Me llevo la mano a la barbilla, me acomodo la barba y pienso que, después de todo, fue bueno aceptar este trabajo en Sao Paulo. Era obvio que no le diría a Alyssa que estaba trabajando y que mi contrato era por seis meses. Ella debe seguir teniendo la ilusión de que yo estaba de vacaciones.

Tal vez después de unas semanas en su casa, ella comience a darse cuenta y me mate, pero para entonces habré ahorrado los euros que gané con tanto esfuerzo sentado cuatro horas al día en mi oficina.

La azafata de piel oscura y hermosos ojos verdes interrumpe mis pensamientos y sonríe con picardía, entregándome una copa de champán. Acepto con gusto y le guiño un ojo, quien sale orgullosa sobre sus talones con una postura perfecta.

Era bastante bonita, lo confieso, pero fue demasiado fácil. Admito que con el paso de los años, esto de pasar tiempo con varias mujeres se estaba volviendo demasiado aburrido.

Ya no existía el juego de la conquista ni la dificultad de encontrar un desafío. No es que estuviera dispuesto a buscar una relación seria ni nada por el estilo, pero a veces lo fácil se volvía aburrido.

Ignoro mis pensamientos demasiado maduros que deben haber sido consecuencia de mis años de camino y cierro los ojos, preparándome para dormir en un vuelo agotador que debe haberme costado una hora más o menos.

-Hola, disculpa, ¿este es el sillón? -Escucho una voz de mujer, interrumpiendo el inicio de mi sueño.

Abro los ojos de mala gana y me sorprende ver a una hermosa mujer de ojos azules y cabello rubio ondulado que le llegaba hasta la cintura. Ella sonríe suavemente y una advertencia suena en mi cabeza recordándome que la historia del arquitecto de muy buen gusto y el cabello ardiente comenzó exactamente así.

¿Podría realmente caer un rayo dos veces en el mismo lugar?

-Si no, lo haremos ahora. -Digo coquetamente y la veo sentarse, quitando la sonrisa y claramente ignorando mi coqueteo. Difícil. Obtuve algunos puntos.

-Gracias. -solo dice, empezando a mirar su celular y ignorándome. Decido entablar una conversación.

-¿Brasileño? -Vuelvo a preguntar, probando su reacción ante mi sonrisa. Se encoge en el asiento y se muerde el labio inferior para no sonreír. Mi ego se infla cuando me doy cuenta de que mi encanto siempre funciona.

-Sí, mi nombre es Ana, solo vine a pasar las vacaciones a Portugal. Sólo una semana, para ser exactos. -dice y sonríe, apoyando su celular en su regazo. -¿Y tu? ¿Portugués?

-Propia y original. Encantado de conocerte, mi nombre es Mendes. -Digo extendiendo mi mano para estrecharla y arrancando otra risa de ella.

Noté que ella se reía un poco extraña, como un gruñido casi como un bufido de cerdo al final, pero traté de ignorar ese detalle. Si el maldito cliché de Alyssa funcionó, ¿cómo podría no funcionar el mío?

-¿Te gusta leer? -Pregunta señalando el libro en mi sillón. Como dije, siempre funciona.

-Por supuesto, siempre llevo un buen libro. -Digo con seguridad y sonrío, casi ahogándome con mi propia mentira.

-Sabes, podríamos concertar una reunión cuando bajemos del avión. Puedo tomar tu número y... menos diez puntos. Fácil . No duró ni diez minutos de conquista.

Respiro profundamente y pienso en lo molesto que estaba empezando a volverme. Hace cinco años habría llevado a esta mujer al baño del avión. No debería actuar de esta manera. ¡Joder , vuelve, Mendes!

-Por supuesto. - digo y tomo tu celular, guardando mi número en tu libreta de direcciones. Ella ata los mechones rubios en un moño para dejar al descubierto su cuello, lanzándome una mirada seductora, y yo sonrío, pensando que realmente esa mujer podría atraerme. Me inclino hacia su oreja y decido hacerle un cumplido, fijando mi vista en su brazo para ver si temblará como las mujeres de Portugal. -Eres la chica más atractiva que he visto en mi vida.

Bueno, el efecto no fue como el del espacio. Los pelos de sus brazos no se erizaron y sentí que me ardía la cara por la bofetada que recibí. Su boca se abrió en una perfecta "o" y se levantó exasperada y le pidió a la azafata que cambiara de asiento.

Maldije mentalmente cada palabra posible que podía recordar por la vergüenza por la que había pasado y me llevé la mano a la cara tratando de esconderme de la mirada crítica de los demás pasajeros.

Mierda, Mendes, ¿cómo olvidaste que llamar niña a una brasileña es un insulto enorme?

Y ese fue el día en que tomé nota mental de no volver a cometer ese estúpido error nunca más. Había aprendido de la manera más difícil al perderme una gran cita (o el cliché del avión que la molesta Alyssa se me había quedado grabado en la cabeza), y ahora, no me quedaba más que cerrar los ojos y esperar que este maldito viaje no fuera peor. de lo que había comenzado.

Sao Paulo Brasil.

-No puedo creer que hayas llamado niña a la mujer. -dice Alyssa ahogándose con su propia risa sentada en el sofá, repitiendo esa misma frase por décima vez.

Estábamos, en ese momento, en la casa -o mejor dicho, en la mansión donde vivía Alyssa en Brasil. Sin duda mucho mejor que un hotel.

Podría hablar mal de Harper tanto como pudiera por respeto a mi amigo Ryan, pero tenía que admitir que era uno de los mejores arquitectos que he conocido.

La casa se dividió en tonos blanco, negro y marfil, mezclándose entre unas paredes que tenían un tono verde agua y los muebles personalizados que hacían que la casa pareciera salida de Hollywood.

Sin embargo, en la parte central derecha de la habitación, había una escalera blanca en forma de caracol que definitivamente conduciría a las habitaciones imperiales de arriba.

Si iba a estar aquí por un tiempo, necesitaría contratar seguridad. ¿No era éste el país donde irrumpían en casas y mataban gente todos los días?

-No tiene gracia, Alyssa, deja de reírte. -Digo poniendo los ojos en blanco y arrojándole una almohada a la cara.

-No hay manera de no reírse, Mendes. Vaya, daría cualquier cosa por haber visto tu cara. -dice riendo aún más y cayendo de lado sobre Landon, quien también evitaba reír para no perder su pose de listo.

-Lo siento hombre, pero realmente eso fue un error inmensurable. - Dice Landon cortando su resistencia y riéndose ahora con su esposa.

-¿Y qué son esos ridículos lentes en tu cara Mendes? Este estilo nerd e intelectual no tiene nada que ver contigo. -Ella continúa.

-Encanto, cabello ardiente, encanto. Te sorprendería la cantidad de mujeres con las que me he ligado sólo por estos anteojos recetados. -Digo parpadeando y veo sus ojos marrones rodar.

-¡Ah, mentirosa, qué encanto! Admite que la edad se está acercando, que tu vista está empeorando y que oficialmente te estás convirtiendo en un hombre varado. Caramba Mendes, ¿cuánto tiempo vas a permanecer en esta vida de adolescente? ¡Consigue una mujer! -dice y se levanta escuchando el sonido del vigilabebés.

-¿De qué sirve tener una sola mujer, si puedo tenerlas todas? Además, no existe tal cosa como un hombre que se queda varado, ¡qué dice la vieja Alyssa! - digo frunciendo el ceño y apoyando la fuerza de mis brazos en mis piernas.

-En una hora te cansarás, amigo. Cariño, por favor dale un consejo a este cabeza hueca. Voy a ver a Sofía y vuelvo enseguida. Ah, y baja la voz porque los chicos están durmiendo. Si Luke y Noah despiertan, seréis dos hombres muertos. -dice mirando a Landon y subiendo corriendo las escaleras.

-Lamento admitirlo, pero mi esposa tiene razón, hombre. Landon dice, exhalando y mirándome.

-¡Ah, vamos Harper! ¿Me vas a decir que durante estos años de matrimonio nunca extrañaste tu vida de soltería ni siquiera un solo día?

-No. -responde con convicción, sin pestañear. -Estoy loco por Alyssa, Mendes, y eso lo sabes tú más que nadie. Ninguna mujer en este mundo me haría sentir la atracción que siento por ella. Quizás pienses que es una locura, pero cuando encuentres a la mujer adecuada, te darás cuenta de que vale la pena. Mis hijos me vuelven loca, pero nada me hace más feliz que llegar a casa y verlos.