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Capítulo 2: La ilusión lo oculta todo

Sofía conocía a la persona en la foto, a veces veía ese rostro en vallas publicitarias. Era el dueño de una famosa destilería local en la ciudad de Arcadia. El informe decía que se había ahogado en la bañera de su propia casa y que su esposa lo encontró sin vida.

Un caso de homicidio como este ya debería haber sido investigado y recopilado pruebas en la escena del crimen. ¿Qué podrían descubrir ahora al ir allí?

Sofía resopló con desprecio, era evidente que no querían profundizar más en el asunto y querían que ella recopilara pruebas rápidamente para cerrar el caso y dar una explicación a los familiares.

—¿Aún vas a ir, Sofi? —Isabella se apoyó en el escritorio y se tragó el último bocado de su sándwich —En realidad, creo que podríamos hacerles un favor y simplemente tomar unas cuantas fotos sin mayor interés.

—Por supuesto que iré, ¿cómo podría no ir si me lo han encomendado? ¿Solo mirar? Además, contáctame con los familiares mientras estoy fuera. Cuando regrese, quiero preguntarles sobre los detalles y tomar sus declaraciones.

Recordaba haberlo visto en algún evento promocional o anuncio. Sofía recordó que el dueño de la destilería era una persona generosa, aunque su comportamiento era educado, sus joyas y su forma de vestir revelaban claramente su riqueza de manera ostentosa.

Realmente, esta mujer es consistente tanto por dentro como por fuera. Sofía suspiró mientras se paraba frente a la puerta de la mansión de tres pisos.

Los registros en el archivo indicaban que el tiempo transcurrido desde el incidente no era mucho, pero por alguna razón, su casa ahora estaba en ruinas, como si hubiera experimentado décadas de vientos y lluvias.

El techo estaba roto, revelando manchas de musgo debajo. El patio exterior estaba lleno de maleza, densamente crecida.

Si no fuera por la llamativa puerta de madera de color marrón oscuro, les resultaría difícil encontrar el camino para entrar.

¿Qué tipo de condiciones ambientales podrían permitir un crecimiento tan exuberante de las plantas en tan poco tiempo?

Sofía miró brevemente la cerradura electrónica en la pared, que ya estaba fuera de servicio. Extendió la mano para empujar la gran puerta, cubierta de óxido y aparentemente frágil, pero esta no se movió ni un centímetro.

Debería haber habido alguien antes que ella para registrar y buscar en este lugar. ¿Cómo podía estar la puerta cerrada?

Además, este nivel de oxidación era inusual, al menos no podría haberse corroído así por la exposición al oxígeno en condiciones naturales.

Aunque era extraño, Sofía ordenó que abrieran a la fuerza la puerta.

El interior de la casa seguía ostentosamente decorado, pero aparte de eso, no había nada más que llamara la atención.

Era evidente que alguien había limpiado y ordenado este lugar, no se veía rastro de vida cotidiana.

Sofía subió las escaleras en espiral del interior y cada piso y cada habitación estaban igualmente limpios y simples, excepto el baño principal.

Probablemente este era el lugar del incidente. Sofía se incorporó medio cuerpo y frunció el ceño, sintiéndose sofocada por el olor del interior.

Aunque intentaron cerrar el caso como un suicidio, el olor en este lugar no se parecía en nada al que se encontraría en una escena de suicidio.

Sofía se tapó la nariz y tomó algunas fotos. Aunque no había tenido mucha experiencia en este tipo de escenas delictivas, incluso como aficionada que realizaba trabajos finales para el equipo de investigación criminal, sabía que un suicidio por ahogamiento normal no produciría este tipo de olor.

—Ya estoy preocupándome por el informe de cierre de este caso —dijo Sofía, empujando a Carmen, quien estaba a su lado. Carmen, debido al olor, inmediatamente tuvo una expresión grotesca en su rostro.

—¿Cómo describiré este olor a ellos? ¿A olor a sangre, a putrefacción, a moho, como si hubiera un olor a pescado también? No puedo soportarlo más, entra rápido y toma una muestra del agua cerca del desagüe de la bañera. No quiero quedarme ni un segundo más en este maldito lugar, ni un segundo más.

—¡Ayuda! ¿Por qué me toca a mí hacerlo? —gritó Carmen.

—¡Porque eres forense! ¿Si no lo haces tú, quién lo hará?

Carmen gimió y resignada sacó un tubo de ensayo para tomar la muestra. Pero algo mágico sucedió en ese momento: cuando el cuentagotas tocó el anillo de agua alrededor del desagüe, el líquido desapareció milagrosamente junto con el olor en el aire.

Sofía y Carmen se miraron atónitas, ambas pensaron que el olor había adormecido su sentido del olfato y confundido su visión, pero después de eso, ninguna persona que se acercara podía oler ese olor, ni encontrar ninguna mancha de agua residual.

Si solo fuera eso, ambas podrían intentar convencerse de que todo había sido una ilusión repentina, pero cuando todos salieron de la puerta principal de la mansión, la escena frente a sus ojos dejó a todo el equipo de investigación conmocionado.

La mansión, que antes estaba en ruinas, volvió repentinamente a su estado original, intacta, y se veía igual que en el informe de investigación.

Aunque la cerradura electrónica de la puerta no funcionaba, el indicador de luz roja estaba encendido. La vegetación en el jardín estaba bien cuidada y podada, revelando un camino de piedra que conducía a la puerta.

Sofía notó un gran refugio de perro de color blanco hueso en una esquina del patio, y junto a él quedaban restos de comida para perros sin terminar.

Todo esto frente a ellos era aún más creíble que cuando llegaron, y parecía más real y aterrador que antes.

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