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Capítulo 5

-ᴅᴇʟᴜsɪᴏɴᴇ.

- ¿ Puedo saber por qué no contestaste mis llamadas telefónicas? - Pregunté abriendo los brazos en cuanto vi a Scarlett.

- ¡ Lo siento mucho pero no escuché el teléfono en absoluto! - se justificó gesticulando nerviosamente, suspiré y me senté a su lado sin decir nada.

- ¿ Pero quién te acompañó? - me preguntó entonces frunciendo el ceño, cerré los ojos y respiré hondo, - Maluma - respondí entonces avergonzado, mantuve la mirada baja porque no quería mirarla, no tenía el coraje.

- ¿ Esperar lo? ¡No lo creo! ¿Maluma el vecino? - preguntó casi gritando, - ¿Qué debo hacer? - le pregunté levantando los brazos, - quiero decir... déjame entender. ¿Fuiste a él y le pediste que te acompañara? - preguntó escandalizada e incrédula, - ¡No! ¡Por supuesto que no! ¿Pero qué se nos viene a la cabeza? Le pregunté irritada, inclinando la cabeza.

Me sorprendió mucho su pregunta: ¿podría alguna vez hacer algo así? ¡Por supuesto que no!

- ¿ Entonces, cómo te fue? - preguntó cruzando los brazos sobre el pecho, puse los ojos en blanco, molesto por su actitud.

- Nos acabamos de encontrar en el estacionamiento y me preguntó si necesitaba que me llevaran... eso es todo, ¡no se hagan ideas raras! - dije manteniendo mi mirada fija en ella quien asintió.

- ¿ Y qué te dijo Noah? - preguntó entonces mirándome fijamente, - ¡No dijo nada porque está en el trabajo! - dije molesto, haciendo una mueca, - Ok. Entonces él no lo sabe... - dedujo, suspiré y me di la vuelta, - ¡No, él no lo sabe! - repetí levantando las manos, - ¿Y con eso? ¡Simplemente me llevó porque no había nadie disponible! - dije bastante nervioso.

- ¿ Pasa algo por casualidad? - preguntó frunciendo el ceño, suspiré y me hundí en la silla, - Yo... ¡A veces siento que tengo un fantasma como novio! - Confesé con la mirada perdida, suspiró, - Lo siento... - murmuró, acariciando mi brazo, - Si te hubiera pasado a ti, Riley habría acudido en tu ayuda sin pensarlo dos veces... - Yo Murmuró, ella suspiró.

- Sé que su trabajo es importante, ¡pero yo también! ¡Conseguimos una casa pero es como si me hubiera ido a vivir sola! - dije girándome hacia ella, - ¡A veces me siento realmente sola, como si nunca pudiera confiar en él! - confesé levantando los brazos con amargura.

- Sabes que no es así - me tranquilizó, sonriéndome dulcemente - ¡Bueno, ya veo que es así! - Le dije, girándome, ella suspiró y me miró en silencio, visiblemente apenada por mí, - Quizás mudarse con él fue un error... - murmuré entonces, mirando al vacío.

- ¡ No digas eso! ¡Solo han pasado dos días! - respondió colocando una mano en mi hombro, yo me quedé en silencio, suspirando profundamente.

- Y entonces... te quedaste sola con él... - dijo luego tratando de animarme haciéndome reír, puse los ojos en blanco sacudiendo la cabeza, - Sí - entonces respondí, - ¿ Y cómo te fue? ? - preguntó luego cruzando las piernas lista para escuchar, me reí nuevamente.

- ¡ Admito que fue muy vergonzoso! Y además siempre es tan oscuro y serio... - dije, - Me sentí avergonzada todo el tiempo, pero aprecié mucho que me acompañara - continué, - ¿No te dijo nada en particular? - preguntó, - Nada, solo que tengo que llamarlo Maluma porque Juan Luis Londoño ya no existe - frunció el ceño confundida, - ¿Qué significa esto? - me preguntó, - No tengo idea... No dijo nada más - dije encogiéndome de hombros, - Ok, es extraño, muy extraño... - afirmó luego levantando las manos, - Lo único Lo que sabemos es que lo hace con el cantante - dijo luego haciéndome reír.

- Pero él no es cantante, le gusta escribir de vez en cuando pero no es su profesión... - respondí encogiéndome de hombros, - Bueno, entonces averigüemos quién es Maluma.. - dijo frotándose las manos, Levanté los ojos, puse los ojos en blanco y sacudí la cabeza divertido.

- Pero a mí no me importa... - Respondí sacudiendo la cabeza, - Ah, bueno.... No lo parece... - afirmó con una sonrisa, - ¿ A qué te refieres? - le pregunté frunciendo el ceño, - Te conozco de toda la vida, te mueres por saberlo - afirmó levantando las manos, - No me muero por saber... - respondí poniendo los ojos en blanco. - ¡ Oh, realmente creo que sí! - respondió con una sonrisa, dándome una ligera palmada en el hombro, rodé los ojos nuevamente pero no respondí.

Tenía algo de razón, pero sólo porque yo era una persona curiosa.

- ¡ Quizás yo también estaría en tu lugar! No lo puedo negar..- confesó luego encogiéndose de hombros, casi sonriendo.

- ¡ Sin embargo, no tengo curiosidad, no me interesa saber nada! - dije, ella levantó sus manos inocentemente mientras retenía una sonrisa.

No estaba interesado en Maluma .

Cerré la puerta de entrada detrás de mí y caminé hacia el ascensor, que sin embargo ya estaba ocupado.

Mientras esperaba saqué mi teléfono de mi bolso comprobando si tenía alguna llamada o mensaje de Noah, engañándome, claro .

¿Pero no estaba pensando en mí?

¿No se preguntó si fui a clase?

¿No le importaba si lo resolvía o no?

¿Estaba realmente tan ocupado con sus propias cosas que ni siquiera pensó en mí ni por un segundo?

Las puertas del ascensor finalmente se abrieron, bajé la cara para guardar el teléfono en mi bolso y caminé hacia adelante, por supuesto, chocándome con alguien, lastimándome el hombro.

- ¡ Lo siento! - dije, mirando hacia arriba, - Por esta vez creo que puedo perdonarte... - afirmó el chico.

Al escuchar esa voz inmediatamente levanté el rostro, mis ojos se encontraron con los de Maluma, quien me miraba divertido, con una sonrisa en los labios.

¿Quién podría ser sino él, por supuesto?

Le sonreí un poco avergonzada, él se hizo a un lado dejándome entrar.

- Al parecer el ascensor es el lugar perfecto para quedar – comentó entonces alejándose de mí.

No hablaba tan en serio entonces, se las arreglaba para bromear de vez en cuando.

Me reí y asentí.

- ¡Ya! - Entonces dije: - Oh, um... Gracias de nuevo por... ¡sí, por esta mañana! - Le dije luego dándose vuelta antes de irse, se giró y me guiñó un ojo.

Luego, sin decir nada más, siguió caminando, saliendo del vestíbulo de entrada.

- ¿ Noé? - Le devolví la llamada mientras entraba a la casa, para luego cerrar la puerta detrás de mí.

- ¡ Estoy en mi habitacion! - exclamó levantando la voz para que pudiera escucharlo, puse mi bolso en el sofá y me uní a él.

- ¡ HOLA! – Lo saludé permaneciendo en el umbral de la puerta, se giró y me sonrió, una sonrisa deslumbrante, se veía feliz, demasiado feliz.

- ¿ Qué estás haciendo? - Le pregunté entonces, entrando en la habitación, se volvió de nuevo y me sonrió entusiasmado, - ¡ Todos! - exclamó entonces, sin poder dejar de sonreír, - ¡Tengo que decirte algo realmente muy importante! - afirmó entonces levantando los brazos, yo fruncí el ceño, permaneciendo en silencio, esperando que hablara y explicara.

- ¡ Me voy a Chicago por una semana con mi papá! - afirmó entusiasmado, yo me quedé quieto, en silencio. visiblemente sorprendido.

¿Una semana? Acabábamos de mudarnos.

- ¿ Pero cómo? ¿Te vas de nuevo? - Le pregunté frunciendo el ceño, él asintió, - Fuiste a Los Ángeles el mes pasado... - Murmuré aún confundido, - ¿Por qué te vas otra vez? - Entonces pregunté: - ¡ Hay una conferencia médica importante que no podemos perdernos! - explicó, - ¿Y dura una semana? - le pregunté inclinando la cabeza, - Sí, durará una semana más o menos porque habrá cursos, convenciones y conferencias - explicó emocionado, - Entiendo... - murmuré asintiendo, - No puedo no ir. ¡Ariel! ¡Estoy seguro de que lo entiendes! - me dijo entonces abriendo bien los brazos.

- Sí, absolutamente.... claro que lo entiendo.. - Respondí asintiendo, él sonrió satisfecho.

Siempre entendí todo.

- No te importa, ¿verdad? - preguntó sin dejar de mirarme, yo negué con la cabeza, - No, claro que no... - mintió, encogiéndose de hombros, - ¡Es por trabajo, es muy importante! - afirmó, - Lo sé, lo entiendo... - volví a afirmar, - Aunque esto nos impida celebrar nuestro aniversario - dije entonces, él se acercó a mí y puso sus manos en mis mejillas, - Prometo arreglarlo lo antes posible. Tan pronto como regrese, ¿vale? - me preguntó sonriendo, esbocé una sonrisa y asentí, Noah besó mi frente y se alejó, regresando al armario a buscar algo de ropa, suspirando me senté en el colchón de la cama.

- ¡ Verás que esta semana pasará rápido! ¡No notarás mi ausencia! - dijo entonces tratando de animarme, lo miré y esbocé una sonrisa.

¿Ya había olvidado lo que pasó por la mañana? ¿Había olvidado que me habían dejado varado?

¿Será posible que siempre llegue más tarde?

Su trabajo era más importante, ¡obviamente todo era más importante que yo! Ya debería haberme preguntado cómo me fue en clase, ¿qué estaba esperando?

¿O tal vez estaba demasiado ocupado con su viaje para pensar en ello?

Seguramente lo estaba y ya se había olvidado de todo, sino ya me habría preguntado si lo había solucionado.

En su lugar yo lo habría hecho.

- Debería traer cosas de verano ¿no? Allí también hará calor, ¿verdad? - preguntó, volviéndose hacia mí, puse los ojos en blanco y me encogí de hombros, sinceramente sin interés.

- Sinceramente no lo sé.. - Respondí, - Pero definitivamente sí - dije entonces, - Traigo un poco de todo, luego veré... - dijo encogiéndose de hombros, tomó algo de ropa. Salí del armario y comencé a llenar la maleta.

- ¡ Tengo muchas ganas de hacerlo! ¡Será una gran experiencia, me ayudarán a crecer y convertirme en un verdadero médico! - afirmó entonces, le sonreí y asentí, - Yo... debería ir a preparar el almuerzo - dije entonces levantándome, quería irme de allí, ya había oído suficiente.

- ¡ Me uniré a ti pronto! - respondió, no respondí, salió de la habitación y se dirigió a la cocina.

Frustrado y decepcionado.

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