Capítulo 3
- ¿ Por qué te estaba buscando? - pregunté, quedándome inmóvil detrás de él, - Tantas preguntas... - afirmó, sacudiendo la cabeza aparentemente divertido, mientras se giraba, yo permanecí inmóvil, torturando nerviosamente mis manos.
- Es una larga historia. Y no creo que sea de tu incumbencia. Es mejor que te mantengas al margen.. - afirmó inmediatamente poniéndose serio otra vez, mirándome fijamente, asentí mientras permanecía en silencio, - Y de todos modos... bienvenido a venir - afirmó luego antes de darse la vuelta y marcharse, dejándome allí, negándome la oportunidad de responderle.
Pero tenía razón, no era asunto mío, tenía que mantenerme al margen, lo sabía, incluso si una gran parte de mí quería saberlo.
Quería saber por qué el tipo estaba detrás de él y realmente quería saber por qué estaba enojado con él.
¿Qué había pasado entre ellos?
- ¿ A dónde diablos fuiste? - preguntó mi mejor amiga, Scarlett, en cuanto me vio, - Lo siento. Había tráfico..- mintió mientras me sentaba a su lado.
Llegué diez minutos tarde y odiaba llegar tarde a clase.
- Por suerte la clase aún no ha empezado.. - respondió sin dejar de mirarme, - ¿Estás bien Ariel? - me preguntó entonces, frunciendo el ceño, - Sí, ¿por qué me lo preguntas? - pregunté mientras sacaba la libreta de mi bolso.
- Eres extraño... ¿Pasó algo? - me preguntó cruzando las piernas, suspiré y me giré hacia ella negando con la cabeza, - ¿ Ha pasado algo con Noah? - preguntó aún intentando entender.
Realmente fui un libro abierto para ella, me entendió rápidamente.
Suspiré y asentí.
- Bueno.... Algo realmente pasó, aunque no con Noah.. - Confesé resignada, ella frunció el ceño, - Entonces, ¿con quién? - preguntó confundida, - Ok, te lo diré - dije girándome hacia ella.
Habría insistido de todos modos.
- ¿ Es serio? - preguntó preocupada, yo negué con la cabeza, - No, no es grave, es sólo... extraño ... - dije, ella volvió a fruncir el ceño.
Demasiado extraño en realidad.
- Anoche, como a las diez y media, tocó el timbre de mi puerta un chico, que nunca había visto en mi vida, buscando a un tal Juan Londoño, estaba realmente furioso, debían ver como me golpeaba las manos. ¡puerta! Tenía mucho miedo... Sabía que ella no podía entrar pero tenía mucho miedo, estaba fuera de sí - le dije, mirándola, Scarlett frunció el ceño, llevándose las manos a la cara.
- Hoy descubro que ese Juan Luis Londoño es mi vecino... ¡sólo que ahora se hace llamar Maluma! - Continué levantando las manos, - ¿Por qué cambió su nombre? - preguntó tratando de entender, - No tengo idea.... - dije sacudiendo la cabeza, - Debiste haberlo visto, mientras le contaba lo que había pasado parecía impasible, su mirada era tan fría, sus ojos eran tan oscuros... Realmente no sé cómo describirlo, me parecía un chico extraño, su mirada entonces me perturbó... - dije, pensando en el encuentro que había tenido.
No pude evitar pensar en su mirada fija en mí, esa mirada dura capaz de infundir miedo.
- Quizás es un solitario y no le gusta socializar... - hipotetizó, encogiéndose de hombros, - No, no es sólo eso.... - dije sacudiendo la cabeza, ella frunció el ceño sin entender, - Siento que hay 'Hay algo extraño en él... ' murmuré, '¿ Qué piensa Noah de todo esto?' - preguntó, me pasé una mano por la cara y suspiré.
- Él no.... Él no sabe nada.... - Confesé, volviendo la mirada hacia ella, - Bueno.... ¡Creo que deberías decírselo! ¿Y si ese tipo volviera? - me preguntó preocupada, - Se acaba de equivocar de apartamento, pensaba que ese Maluma vivía en mi apartamento cuando en realidad vive en el de al lado - le dije, suspiró Scarlett, moviendo un mechón de cabello rubio detrás de su oreja. .
- Deberías decirle a Noah inmediatamente, él debería saber lo que pasó... y luego, sinceramente hablando, ¡no creo que sea seguro para ti! - afirmó entonces sacudiendo la cabeza, - Sí, creo que se lo diré... - Confirmé asintiendo.
- No te atormentarás ahora con esta historia, ¿verdad Ariel? - preguntó mirándome fijamente.
Obviamente, sí.
- No, puedes relajarte.. - Respondí esbozando una sonrisa para tranquilizarla.
Sabía que tenía que mantenerme al margen y fingir que no había pasado nada, pero no podía mentirme a mí mismo.
Una gran parte de mí quería saber más sobre Juan Luis Londoño, alias Maluma.
- ¿ Eres Juan Luis Londoño? - pregunté de repente sin pensar.
Cerré los ojos y mentalmente me maldije.
Condenación.
El extraño se detuvo inmediatamente y se quedó inmóvil frente a mí, dándome la espalda.
Suspiré y sacudí la cabeza con incredulidad.
¿Pero qué diablos me pasaba?
Debería haberlo ignorado y fingir que no había pasado nada.
- ¿ Quién quiere saber? - me preguntó en respuesta con un tono oscuro, muy antipático, se volvió hacia mí con el ceño fruncido y, por primera vez, encontré su mirada.
Sus ojos eran oscuros, terriblemente fríos pero fascinantes al mismo tiempo. Me miró atentamente, estudiando mi esbelta figura de pies a cabeza, avergonzándome.
Sentí mi cuerpo arder por su mirada punzante, me armé de valor y di un pequeño paso hacia adelante.
- Yo... - Respondí casi en un susurro, terriblemente avergonzado.
¿En qué situación me estaba metiendo?
- ¿ Por qué? - preguntó quedándose quieto, inmóvil como si fuera una estatua, sin alterarse, ¿realmente estaba a punto de contarle todo?
¿Estaba loco? ¡Ni siquiera lo conocía!
- Porque... anoche un chico tocó la puerta de mi casa buscando a esta persona... y pensé que podrías ser tú.. - Le expliqué manteniendo mi mirada en él quien frunció levemente el ceño, - ¿Cuándo pasó? - preguntó, frunciendo ligeramente el ceño, - Era tarde... Alrededor de las diez y media... - Respondí simplemente, - ¿Le abriste la puerta? - preguntó en tono tranquilo, - ¡No, claro que no! Ni siquiera lo conozco.. - Respondí torturando mis manos, él suspiró profundamente asintiendo.
Parecía preocupado.
- ¿ Puedes describirlo? - me preguntó entonces, dando medio paso adelante, acercándose, - Sí, eso creo... - murmuré, pensando en el rostro del chico, pensando con claridad.
- Era alto, pelo negro muy corto... ojos claros... ¡y me parece que tenía las manos tatuadas! - Le expliqué, levantando mi rostro hacia él quien asintió levemente, como si inmediatamente entendiera de quién estaba hablando.
- ¡ Si alguna vez regresa, no le abras la puerta, bajo ningún motivo! - me ordenó en tono serio, casi haciéndome preocupar, fruncí el ceño pero no objeté.
Para decirme así debió tener una razón más que válida, quizás lo conocía, quizás sabía quién era.
¿Pero realmente estaba confiando en las palabras de un extraño?
- Entonces… ¿lo conoces? - Le pregunté, en un tono terriblemente bajo, - ¡No debes abrirle la puerta bajo ningún concepto! ¡Tienes que mantenerte alejado de él! - repitió ignorando la pregunta, parecía que me la estaba imponiendo, asintió sin objetar.
Por alguna extraña razón sentí que podía confiar en él, seguramente, para decirme eso, él sabía quién era ese tipo.
Después de todo, él me estaba ayudando, ¿verdad? Me estaba advirtiendo.
- Ok... - murmuré asintiendo, él me miró por un brevísimo momento antes de girarse y caminar hacia la salida sin decir una palabra más, haciéndome entender que ya había ido más lejos.
- Entonces ¿quién es Juan Luis Londoño? - Le pregunté siguiéndolo, simplemente no podía detenerme, tenía muchas ganas de saber quién era y por qué ese chico lo buscaba.
Suspiró y se detuvo.
- Soy yo - respondió entonces dándome la espalda, yo me quedé quieto, sorprendido, - Oh.... - murmuré, - Pero ahora soy Maluma.. - continuó de nuevo, sin intención alguna de darse la vuelta. , ¿no quería que lo llamaran por su nombre real?
¿Por qué?
- ¿ Por qué te estaba buscando? - pregunté, quedándome inmóvil detrás de él, - Tantas preguntas... - afirmó, sacudiendo la cabeza aparentemente divertido, mientras se giraba, yo permanecí inmóvil, torturando nerviosamente mis manos.
- Es una larga historia. Y no creo que sea de tu incumbencia. Es mejor que te mantengas al margen.. - afirmó inmediatamente poniéndose serio otra vez, mirándome fijamente, asentí mientras permanecía en silencio, - Y de todos modos... bienvenido a venir - afirmó luego antes de darse la vuelta y marcharse, dejándome allí, negándome la oportunidad de responderle.
Pero tenía razón, no era asunto mío, tenía que mantenerme al margen, lo sabía, incluso si una gran parte de mí quería saberlo.
Quería saber por qué el tipo estaba detrás de él y realmente quería saber por qué estaba enojado con él.
¿Qué había pasado entre ellos?
- ¿ A dónde diablos fuiste? - preguntó mi mejor amiga, Scarlett, en cuanto me vio, - Lo siento. Había tráfico..- mintió mientras me sentaba a su lado.
Llegué diez minutos tarde y odiaba llegar tarde a clase.
- Por suerte la clase aún no ha empezado.. - respondió sin dejar de mirarme, - ¿Estás bien Ariel? - me preguntó entonces, frunciendo el ceño, - Sí, ¿por qué me lo preguntas? - pregunté mientras sacaba la libreta de mi bolso.
- Eres extraño... ¿Pasó algo? - me preguntó cruzando las piernas, suspiré y me giré hacia ella negando con la cabeza, - ¿ Ha pasado algo con Noah? - preguntó aún intentando entender.
Realmente fui un libro abierto para ella, me entendió rápidamente.
Suspiré y asentí.
- Bueno.... Algo realmente pasó, aunque no con Noah.. - Confesé resignada, ella frunció el ceño, - Entonces, ¿con quién? - preguntó confundida, - Ok, te lo diré - dije girándome hacia ella.
Habría insistido de todos modos.
- ¿ Es serio? - preguntó preocupada, yo negué con la cabeza, - No, no es grave, es sólo... extraño ... - dije, ella volvió a fruncir el ceño.
Demasiado extraño en realidad.
