Enamorada del hermano mafioso de mi marido.

0
·Autora Encantada—Rafael… por favor… —supliqué, no sabía si para que parara o para más. Mis pezones dolían de necesidad, mi coño se contraía alrededor de él, succionándolo.
—Dime que lo sientes —exigió, mordiendo mi lóbulo, su pulgar presionaba mi clítoris en círculos crueles—. Dime que eres mía.
—No… —mentí de nuevo, pero mi cuerpo me traicionó: el clímax me atravesó como un rayo, un estallido que me dejó convulsionando, gritando su nombre mientras me derramaba en su mano, empapándolo.
Él no se detuvo hasta que el último espasmo pasó, sacando los dedos lentos, brillantes de mí. Los llevó a su boca, lamiéndolos con una mirada que me prometía más.
—Esto no termina aquí —susurró, acomodándome el vestido con ternura inesperada—. Elige, Valeria. Antes de que sea tarde.
El auto se detuvo frente a mi edificio. El conductor abrió la puerta. Rafael me besó la frente, lo hizo con tanta ternura, que era todo lo contrario a lo que acababa de hacer bajo mis piernas.
románticasEn curso